viernes, 26 de junio de 2015

El rancio españolismo de Carolina Punset, nota disonante en la investidura de Ximo Puig







Ayer jueves 25 de junio de 2015, Ximo Puig Ferrer, candidato por el PSPV-PSOE a la Generalitat Valenciana, fue investido presidente autonómico a través de un acto en el que lo mejor fue la alegría por el cambio que se respiraba en las Corts Valencianes tras veinte años de oscurantismo, amiguísimo y corrupción, y lo peor, a criterio de quien relata esta crónica, la carpetovetónica y  agorera intervención de la candidata de Ciudadanos, Carolina Punset, quien, tremendistamente, advirtió del peligro que se avecina a los valencianos con el nuevo gobierno tripartito (en realidad bipartito) asociado a un Bloc «independentista y partidario de los Países Catalanes».

Resultó de un nostálgico tragicómico que Carolina Punset se envalentonara al resucitar el anticatalanismo obsoleto que proliferó en la Valencia de los años ochenta y atacara disparando entre las cejas a la lengua autóctona.  Según la líder de Ciudadanos, «nadie duda de que el valenciano es un bien cultural y ha de protegerse y aprenderse, pero si se convierte en lenguaje único frena el desarrollo personal, profesional y colectivo [de tal manera que conforme aumente la inmersión lingüística y el uso del valenciano] retrocederemos a la aldea [ya que] puede ser muy emotivo abandonar las lenguas universales para proteger una minoritaria, pero es poco útil para encontrar empleo».

Hasta los diputados del PP hacían gestos de estupefacción al comprobar como Carolina Punset enarbolaba la defensa de unas añejas esencias tradicionalmente custodiadas por la derecha y conforme la señora Punset progresaba en su discurso, más que justificar su ‘no’ a la investidura de Ximo Puig parecía desembuchar un panfleto anticatalanista.

Volviendo declaración de intenciones del flamante Ximo Puig, destacó su contundencia al afirmar que su gobierno sería «beligerante contra la corrupción» (sonrojo y miradas al suelo en la bancada popular) y también cuando propuso un Pacto por la Viabilidad de la Generalitat para exigir al gobierno central el pago de la deuda histórica que aun tiene pendiente con la Comunitat Valenciana. Puig anunció que se «emprenderán acciones legales» ante el gobierno en España antes de que acabe el año –gobierne quien gobierne– porque la Comunitat «está exhausta de ofrendar nuevas glorias a España», declaración a la que la españolista Carolina Punset respondió diciendo que «de decir que se está exhausto de ofrendar nuevas glorias a España, al 'España nos roba' hay sólo un paso».

Como siempre, será el tiempo quien ponga las cosas en su sitio, y nos informe de que proyectos se quedan en intenciones y que objetivos alcanzados convierten en realidad las promesas electorales que hoy ilusionan a una comunidad harta de engaños, prepotencia, corrupción y de amiguismos del alma. De momento, el PP ya no gobierna en la Comunitat Valenciana y Ciudadanos ha dejado bien claro quien es y donde se ubica.



Alberto Soler Montagud
Médico y escritor

martes, 23 de junio de 2015

‘Kichi’, el alias de un alcalde








Tal vez con los años me haya vuelto conservador y mi progresismo no sea más que fachada. Quien sabe.

Viene esto a colación de la extraña sensación que me invade cada vez que leo o escucho en un informativo referirse al alcalde de Cádiz como: José María Gonzalez 'Kichi'.

No me considero anclado a protocolos y practico la informalidad siempre que las circunstancias me son propicias. Sin embargo, a título personal, me parece una salida de tono, o al menos me resulta chirriante, que los periodistas le otorguen al señor alcalde de Cádiz el  mismo tratamiento que a los toreros (en el mejor de los casos) o a los delincuentes, es decir, primero el nombre y apellido y luego, entrecomillado, el apodo, en este caso 'Kichi' para servir a Dios y a usted.

No entraré en disquisiciones sobre si los piercings, las coletas kilométricas o vestir indumentarias de Alcampo son la tarjeta de presentación más adecuada para un alto cargo público que representa a todos y no sólo a un colectivo o a una determinada estética, pero sí quiero dejar constancia de que la imagen de un ciudadano entrando al despacho de su alcalde y diciendo: "oye Kichi, que los semáforos de mi calle no funcionan ", me parecería un gesto de gran proximidad, pero también de inmenso mal gusto.

Quede claro que con esta opinión sólo estoy cuestionando las formas y no los contenidos. Del mismo modos, no entra en mi ánimo censurar a ninguna ideología sino sólo al celofán que en ocasiones las envuelve. Que cada cual tome buena nota y a quien no comparta mi reflexión, que pase página sin acritud, pues esto no es más que un punto de vista.




Alberto Soler Montagud
Médico y escritor

viernes, 12 de junio de 2015

Mònica Oltra y Ximo Puig: Love Story






Estoy plenamente desencantado, hasta el extremo de ponerme a escribir en mi iPhone muy a pesar de que odio teclear con un dedo en una pantalla minúscula donde siempre pierdo la visión global del texto y acabo cometiendo errores garrafales de composición, sintácticos y ortográficos.

Pero mi enfado, mi decepción y mi desencanto han llegado a un límite que las trifulcas entre el PSPV y Compromís han hecho que rebase.

Tras la empecinada obcecación de Mònica Oltra quien, de la noche a la mañana, ha pasado de ser la valiente chica que a todos cae bien a golpe de camisetas, para convertirse en una caprichosa que súbitamente dice querer ser presidenta y lo plantea sin argumentos convincentes, sin ser el candidato más votado de la izquierda y proclamándolo en todas las tertulias televisivas que quieran escucharla.

Tras la alerta de ayer por la tarde, cuando todo parecía perdido de cara a un pacto que afianzara el tripartito que tácitamente eligieron los valencianos en las urnas.

Tras el susto de ayer por la noche cuando los hastiados valencianos casi nos resignábamos a tener una Generalitat presidida por Ximo Puig con la ayuda de Ciudadanos y la abstención de los populares que, como carroñeros, acudían a reclamar su ración de lo que fuera quien sabe si alentados por un mediador desesperado.

Después de todo esto, hoy jueves -¡oh sorpresa!-, como si nada hubiera sucedido, nos hemos encontrado con que Puig, Oltra y Montiel (PSPV, Compromís y Podemos), se han abrazado con fraternidad tripartita como si nunca hubieran discrepado ni roto negociación alguna. Como si nunca hubieran dado un disgusto de muerte a su electorado. Los tres han firmado el acuerdo programático para un futuro gobierno de izquierdas en la Generalitat, así sin más y como si nada, sonrisa va y sonrisa viene por parte de quienes han empezado a fallar a sus votantes demasiado pronto y a jugar con sus ilusiones obcecados en la tarea de adjudicarse cada uno de los tres su parcela de poder y de efímera gloria.

Aun consternado, me pregunto si valió la pena el soponcio de la tarde y de la noche de ayer miércoles.

También hoy por la mañana ha tenido lugar una entrañable sesión constitutiva de las Cortes Valencianas que ha ido como la seda  (algo impensable por las alarmas que se dispararon ayer) tras la cual Ximo Puig ha declarado:

"Creo sinceramente que estos días después de las elecciones no han sido los mejores días que hemos tenido".

"Es verdad que suspendimos las negociaciones, es verdad que nunca se han roto definitivamente, y es verdad también que hay muchos actores que hay que respetar".

¿Respetar dice usted?

Don Ximo, con todo respeto le digo que se le ha olvidado añadir que "también es verdad" que sus rifirrafes con Mònica Oltra  han tenido en vilo a miles y miles de valencianos que ayer casi tiran la toalla, víctimas de un triste desencanto, al ver que no había pacto tripartirto o que el PSPV se abrazaba a Ciudadanos con la bendición del PP ya que el mismísimo Alberto Fabra le tiraba a usted los tejos.

Ignoro cual será la siguiente entrega de este vodevil en clave de una canción del dúo Pimpinela que usted y la señora Oltra están interpretando con arreglos orquestales de ese mudo de los hermanos Marx (con perdón) que está siendo el señor Montiel, representante de Podemos.

Sepan los tres que me tienen más que decepcionado y, al menos por hoy, permítanme decirles voy a pasar de ustedes y que mañana –si se portan bien en lo que aun queda de pactos– será otro día.

Con su permiso, apago el iPhone y voy a seguir trabajando.




Alberto Soler Montagud

Médico y escritor

viernes, 5 de junio de 2015

¿Pactará el PSPV-PSOE con Ciudadanos?





Un ‘juego de tronos’ entre Ximo Puig y Mònica Oltra propiciaría un pacto de los socialistas valencianos con Ciudadnos que requeriría la colaboración del PP con su abstención.

Aunque la primera opción de Ximo Puig sea la de pactar con Compromís que la presidencia del Consell sea para los socialistas a cambio de respaldar a Joan Ribó en el Ayuntamiento de Valencia, Mónica Oltra insiste en que quiere ser también presidenta y Podemos la apoya a cambio de que vayan juntos a las generales de noviembre. 

Como conclusión, a Puig no le quedaría más remedio que plantearse un pacto con el centro derecha de Ciudadanos, algo que sólo verían con buenos ojos (o se callarían por disciplina aunque no les gustara) los incondicionales del PSPV-PSOE. Como este pacto con C´s necesitaría de una abstención por parte de los populares para que Puig fuera presidente, la primera pregunta que surge es saber que pedirá el PP pedirá a cambio a los socialistas,  aunque es fácil de adivinar que sería la ayuda para que los populares obtuvieran las alcaldías de algunos importantes ayuntamientos.

Según publica Levante-EMV, los populares admiten en privado que el peor de los escenarios que imaginan sería una Generalitat gobernada por el PSPV y Compromís con la ayuda externa de Podemos. Es por ello que el PP hará tyodo lo que esté en sus manos para que los socialistas puedan gobernar en solitario.

Dudo muy mucho que este presunto coqueteo del socialismo valenciano con la derecha llegue a materializarse, pero si así fuera sería más que decepcionante. Al menos para unos cuantos que aun creen en las ideologías.


Vaya juego de tronos y de poder!




martes, 2 de junio de 2015

Ada Colau invita a desobedecer las leyes






Señora Colau:

Si bien sus actuaciones desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca merecieron muchas veces mi aplauso, compruebo consternado que ahora anda usted desatinada y muy fuera de lugar al plantearse la intención de desobedecer las leyes injustas cuando llegue a ser la alcaldesa de una de las ciudades más conocidas, reconocidas e importantes de todo el orbe como es Barcelona.

Considero que los resultados electorales de los pasados comicios municipales le han investido, señora Colau, de un aura de responsabilidad que debería usted asumir sin fisuras, pues lo quiera o no, ha entrado de pleno en el juego de la política y es de suponer que deberá acatar sus reglas más que nadie. Es por ello que, si alguna de estas reglas o leyes le parecen injustas, su actuación debería ser la puesta en marcha de los mecanismos previstos por nuestro sistema democrático a fin de modificarla o abolirla en lugar de desobedecer su cumplimiento y, lo que es más grave, instar a la ciudadanía a que lo haga y por tanto a que delinca.

Tras leer sus declaraciones en las que dice que  « si hay que desobedecer leyes injustas, se desobedecen», me he imaginado a un hipotético alcalde o alcaldesa de Londres o Nueva York encabezando una manifestación, vestido con una indumentaria más corriente que casual y alentando a los manifestantes para que incumplan una ley determinada y, la verdad, me ha sido imposible admitir la posibilidad de que los máximos responsables de dos ciudades tan emblemáticas como las mencionadas pudieran actuar de un modo tan irresponsable al protagonizar un espectáculo tan bochornoso e impropio de su cargo en lugar de recurrir a los cauces legales previstos por la democracia.

Piénselo bien doña Ada, actuar de ese modo sería como otorgar una carta blanca a los ciudadanos para que se erigieran en jueces de las leyes que ellos quieren cumplir o no cumplir en base a una especie de ley del Talión por la que cada cual adaptara las leyes a sus necesidades y las cuestionara y sentenciara en vez de combatirlas por cauces legales.

En cualquier caso, que un ciudadano tome la decisión de no cumplir una ley por considerarla injusta, es un derecho que sin fisuras le reconozco, así como también el de manifestarse para protestar por esa disposición legal que presumiblemente vaya en detrimento de los derechos de la ciudadanía, pero que sea un alto cargo público, como una alcaldesa (que debería manifestar un total respeto por la legalidad a la hora de resolver una situación o legislación no deseada), quien promueva tal incumplimiento, lo considero un acto nefasto y censurable.

Insisto doña Ada, piense usted bien en lo que ha dicho ya que no es así como funcionan las cosas desde un cargo oficial electo. Y si no es capaz de entender lo que de muy buena forma y fe le digo a través de este texto, creo que lo mejor sería que se retirara y regresara a la lucha por los derechos cívicos desde una plataforma ciudadana siendo que  aún está a tiempo para hacerlo.

Se lo digo sin acritud.




Alberto Soler Montagud
Médico y escritor


Serafín Castellano pone la mano. Más corrupción en el PP







Presuntamente, el conocido político del PP y ya ex Delegado de Gobierno de Valencia (ha sido fulminantemente cesado y expulsado cautelarmente de su partido) , Serafín Castellano, pudo percibir comisiones fraudulentas de hasta 750.000 euros durante su etapa como conseller.

Según se ha filtrado, los beneficios del político le habrían llegado tras adjudicar su consellería una concesión de extinción de incendios forestales a una empresa de hidroaviones de un íntimo amigo que le habría hecho llegar pagos en efectivo, regalo de escopetas, complementos de caza e invitaciones a cacerías así como objetos de lujo adquiridos en la exclusiva relojería y joyería Gimenez.

Esto suma y sigue





Tiro al plato,
Tiro al pichón
Qué más da 
¡Tonterías! 

Dice el ínclito Serafín

Buscando su comisión

En lúdicas cacerías

Mira al cielo con ilusión
Y ve volar un hidroavión
Al que siguen muchos más

¡Un incendio forestal!
¡Abre el grifo, agua va!
¡Funcionó la concesión!

Luego, tras la montería
Se va a una armería
Muy ufano, Castellano

¡Una Browning por favor!
Son mil quinientos, señor
¡Ya pagará el contratista!
Yo sólo soy un artista

Experto en poner la mano