Tal
vez con los años me haya vuelto conservador y mi progresismo no sea más que
fachada. Quien sabe.
Viene
esto a colación de la extraña sensación que me invade cada vez que leo o
escucho en un informativo referirse al alcalde de Cádiz como: José María
Gonzalez 'Kichi'.
No
me considero anclado a protocolos y practico la informalidad siempre que las
circunstancias me son propicias. Sin embargo, a título personal, me parece una
salida de tono, o al menos me resulta chirriante, que los periodistas le
otorguen al señor alcalde de Cádiz el mismo tratamiento que a los toreros
(en el mejor de los casos) o a los delincuentes, es decir, primero el nombre y
apellido y luego, entrecomillado, el apodo, en este caso 'Kichi' para servir a
Dios y a usted.
No
entraré en disquisiciones sobre si los piercings, las coletas kilométricas o
vestir indumentarias de Alcampo son la tarjeta de presentación más adecuada
para un alto cargo público que representa a todos y no sólo a un colectivo o a
una determinada estética, pero sí quiero dejar constancia de que la imagen de
un ciudadano entrando al despacho de su alcalde y diciendo: "oye Kichi,
que los semáforos de mi calle no funcionan ", me parecería un gesto de
gran proximidad, pero también de inmenso mal gusto.
Quede claro que con esta
opinión sólo estoy cuestionando las formas y no los contenidos. Del mismo
modos, no entra en mi ánimo censurar a ninguna ideología sino sólo al celofán
que en ocasiones las envuelve. Que cada cual tome buena nota y a quien no
comparta mi reflexión, que pase página sin acritud, pues esto no es más que un
punto de vista.
Alberto
Soler Montagud
Médico y escritor
Médico y escritor
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