domingo, 27 de febrero de 2011

DOCUMENTO SONORO INÉDITO: UNA GRABACIÓN DE GUSTAV MAHLER TOCANDO EL PIANO






DOCUMENTO SONORO INÉDITO:
UNA GRABACIÓN DE GUSTAV MAHLER TOCANDO EL PIANO


Como documento sonoro inédito, y hasta increíble, voy a ofreceros la posibilidad de escuchar a Gustav Mahler interpretando él mismo al piano el primer movimiento de su 5ª sinfonía (sí, habéis leído bien: interpretándose el mismo al piano).


Este “milagro” ha sido posible gracias una interpretación encapsulada que se conserva (en realidad hay varias obras grabadas y no es difícil encontrar el CD que las contiene) en la que se utilizó la técnica de los famosos “piano rolls” o pianolas de inicios de siglo.


Portada del CD editado por la Fundación Kaplan




Las grabaciones en si no son mas que unos "rollos" que fueron grabados utilizando una tecnología desarrollada por Welte-Mignon que fue perfeccionada en la Alemania de 1903.


Tanto Gustav Mahler como otros intérpretes y compositores famosos de principios del siglo XX hicieron varias pruebas de grabación con los técnicos de la Welte-Mignon y dejaron impresos varios “rolls” o “rollos master” en los cuales quedaban registradas dos puntuaciones, una para la nota (cada una de las teclas pulsadas en el piano) y otra para el volumen del registro.


Una sesión de grabación en los "estudios" de Welte-Mignon
(Ferruccio Busoni recording for the Welte-Mignon - 16 March 1907)


Como podréis comprobar por el audio, el resultado final es francamente sorprendente ya que la reproducción de la interpretación del artista, en este caso el propio Gustav Mahler, recrea con absoluta fidelidad los acentos, la dinámica-armónica y el ambiente que rodeó la interpretación durante la “grabación”. Y no solo eso, consideremos que cuando tantas veces se ha discutido acerca de cual debería ser la velocidad, el tempo, al que debería ser interpretada una obra (en este caso el inicio de la Quinta de Mahler), es el propio compositor quien nos ofrece la posibilidad de sincronizarnos con el metrónomo virtual que su cerebro siguió durante la ejecución de la obra.

Lo que vais a escuchar es el “roll master” original de la época, grabado por Mahler y reproducido en una pianola de Welte-Mignon exactamente. Podéis estar seguros de que así fue como sonó aquél día.




viernes, 25 de febrero de 2011

Akira Miyagawa, Beethoven, Pérez Prado y... Maaaambo.


INTERESANTE VIDEO

El director de orquesta japonés
Akira Miyagawa dirige una orquesta de músicos jovencísimos
interpretando una fusión perfecta entre la 5ª Sinfonía de Beethoven y el Mambo nº5 de Pérez Prado.

Y no es broma.


jueves, 24 de febrero de 2011

ALMA MAHLER, UNA MUJER DE TODOS Y DE NADIE


DEMASIADO MUJER PARA UN SOLO HOMBRE
DEMASIADO GENIAL PARA UN HOMBRE CORRIENTE



Manon Gropius

ALMA MAHLER
(Viena 1879 - Nueva York 1964)
Pocas mujeres en la historia del arte han sido una fuente de inspiración tan notable y han influido en tantos hombres de talento como la compositora, pintora y musa vienesa Alma María Schindler, una de las mujeres más polémicas y fascinantes de la Europa contemporánea quien, desde su infancia, tuvo la suerte de vivir en un ambiente privilegiado en el que su padre, Emil Jakob Schindler, un hombre que aunque no mostró mucho talento como pintor, fue capaz de reunir en su casa a lo mas granado de la clase alta vienesa y a los mas renombrados artistas, bohemios y notables del ambiente cultural de la Viena de la transición entre los siglos XIX y XX.


En contra de lo que cualquier mujer de su época hubiera hecho, Alma Schindler supo romper con los estigmas que la sociedad imponía a la condición femenina y actuó siempre con libertad y sin represiones al exponer su opinión sobre cualquier tema por controvertido que fuera. Desinhibida en sus relaciones fue amante y fuente de inspiración de muchos poetas, pintores, músicos, escritores, científicos y hasta un sacerdote con los que mantuvo apasionados romances aunque tuviera que pagar a lo largo de su vida el alto precio de perder a varios hijos y nunca encontrar el amor definitivo que le hiciera sentir que su búsqueda había terminado.

LOS AMORES DE ALMA MAHLER
La vida amorosa de Alma, mujer de singular y precoz belleza, comenzó a una edad muy temprana y le permitió conocer y relacionarse con importantes artistas, fundamentalmente músicos y pintores, tales como el pintor simbolista austríaco Gustav Klimt con quien Alma aprendió a besar por vez primera como mujer. En recuerdo de ello, y por lo que para Klimt significó la experiencia, el pintor la plasmó en un cuadro que tituló, precisamente, “El beso”, y cuya valoración actual se cifra en varios millones de dólares. A partir de entonces, la jovencísima Alma mantuvo muchas otras relaciones, más bien efímeras, entre las que destacan sus aventuras con el director teatral Max Burchkard y con su profesor de piano y compositor Alexander von Zemlinsky, entre muchas otras, hasta que, en 1902 contrajo matrimonio con el compositor y director de orquesta de origen judío Gustav Mahler, 20 años mayor que ella y con quien llegó a tener dos hijas: María y Anna.


EL BESO
(Klimt)

GUSTAV Y ALMA MAHLER

GUSTAV MAHLER - ALMA MAHLER
El amor entre Mahler y Alma siempre estuvo marcado por una serie de sentimientos paradójicos, plenos de contrastes y en los que la entrega y el desinterés, la lealtad y las infidelidades y la veneración y el menosprecio marcaron la pauta en una relación en la que el conservadurismo vienés y el progresismo (sobre todo por parte de Alma) que imponían los nuevos usos del recién estrenado siglo XX estuvieron siempre en pugna.
Si bien Gustav Mahler aseguraba amar profundamente a su esposa (hasta el extremo de dedicarle varias de sus composiciones y hacerle auténticos retratos musicales tal y como sucedió con su Sinfonía No. 5), su amor incluyó ciertos términos impuestos tales como la exigencia de que Alma renunciara a sus aspiraciones musicales (además de ser una buena pianista, Alma despuntaba como compositora de lieder) para que Mahler pudiera dedicarse exclusivamente a dirigir y componer (dos músicos no tenían cabida en su hogar, según el músico) mientras ella atendía a su familia, supervisaba las finanzas y ejercía como copista de las partituras y lectora de las pruebas de las obras de su marido. Si bien en principio Alma asumió esta imposición planteada por Mahler antes de que contrajeran matrimonio, finalmente se hastió de ejercer un papel que la hacía sentir prisionera en medio de una vida sin alicientes que sempiternamente giraba alrededor de la genialidad de su famoso esposo y la sumía cada vez mas en el tedio de una resignación forzada por la impotencia y las responsabilidades que contrajo tras el nacimiento de sus hijas.

UNA INFIDELIDAD FACIL DE ENTENDER

GUSTAV MAHLER - ALMA MAHLER - WALTER GROPIUS
Tras la repentina muerte de María, la hija mayor del matrimonio Mahler, como consecuencia de una difteria complicada, Alma quedó sumida en un apático y depresivo duelo que le hizo buscar refugio en un balneario de Tobelbad, cerca de Graz (Austria) donde conoció y se enamoró del joven arquitecto Walter Gropius, el mismo que años después fundaría la Bauhaus (una innovadora escuela de arquitectura que consiguió algo tan innovador para la época como fusionar arte y diseño industrial).
Mahler descubrió la infidelidad de su mujer a través de una carta de amor que, tal vez intencionadamente, Gropius escribió a Alma poniendo el nombre del compositor como destinatario en el sobre. Abatido y resignado ante su culpa asumida de que Alma se hubiera enamorado de otro hombre, Mahler, gravemente enfermo por una cardiopatía que le fue diagnosticada el mismo día del entierro de su hija, le suplicó a su esposa que se quedara con él en un desesperado intento por recuperar a Alma. El compositor manifestó de pronto un súbito interés por las composiciones de su mujer que antes siempre ignoró aunque para ella, enamorada de Walter Gropius, era ya demasiado tarde para cualquier intento por salvar su matrimonio aunque decidió no abandonar a su marido hasta que un año más tarde, en 1911, Gustav Mahler murió poco después de su gira como director orquestal en Estados Unidos, viaje en el que Alma permaneció siempre a su lado y del que regresó en unas deplorables condiciones de salud que presagiaban un desenlace fatal inminente.


LA PLEYADE DE AMANTES DE ALMA MAHLER
UNA MUJER DE TODOS Y DE NADIE

Ya viuda de Gustav Mahler, Alma comenzó a trabajar con el biólogo y músico vienés Paul Kammerer con quien mantuvo una tortuosa relación en la que Paul, presa de la pasión y el arrebato que le produjo su enamoramiento de Alma, llegó a amenazarla con suicidarse disparándose un tiro frente a la tumba de Mahler si ella no accedía a casarse con él.
Después de que Alma consiguiera romper con el científico, su corazón volvió a ser libre, más no por mucho tiempo, pues conoció –en realidad ya lo conocía desde muchos años atrás, incluso antes antes de su matrimonio con Mahler- al pintor Oscar Kokoschka para quien posó varias veces en su estudio y quien en su famoso cuadro Der Windsbrauf (La novia del viento), plasmó plenamente el amor que llegó a sentir por Alma aunque su relación fuera también no solo atormentada sino también muy censurada por el conservadurismo de una sociedad vienesa siempre crítica con el comportamiento atrevido y reaccionario que Alma manifestó desde su adolescencia.


LA NOVIA DEL VIENTO
(Kokoschka)

Tras la ruptura con el pintor, éste llegó a trastornarse de tal modo que mandó hacer una muñeca de tamaño real para recordar a Alma con todos sus detalles. Kokoschka, en su desesperación, acostumbraba ir a un teatro local llevando con él la famosa muñeca como si de Alma se tratara.
Temerosa ante las posibles consecuencias de esta desbordada pasión de su amante, Alma regresó con Gropius, con quien finalmente se casó en 1915 y tuvo una hija a la que pusieron por nombre Manon, quien fatalmente, y al igual que sucediera con su primogñenita del matrimonio con Mahler, murió de poliomielitis en plena adolescencia. El músico Alban Berg, gran amigo de Alma, compuso en memoria de Manon el famoso Concierto para violín y orquesta “A la memoria de un ángel” en el que, al mismo tiempo de su recuerdo por la joven muerta dejó plasmado el amor que también sentía por Alma.
En el fondo, Alma, pese a ser una mujer independiente, atractiva y apasionada, siempre fue un ser solitario en busca de un cobijo que, probablemente, nunca llegó a encontrar terrenalmente.
Al igual que ocurriera tantas veces en el pasado, su relación con Gropius también tocó fondo y finalmente se divorciaron en 1920. Ya para entonces el poeta y novelista Franz Werfel había conquistado el corazón de Alma y de esta relación nació un bebé que, de nuevo, por una extraña fatalidad que mas parecía una maldición, falleció a los diez meses como si un infausto destino persiguiera a Alma para malograr el fruto de sus amores.

Aunque finalmente se casó con Werfel en 1929, el corazón de Alma siguió predeterminado a ser de todos y de nadie cuando, de nuevo, el destino tenía previsto para ella un hombre de quien una vez mas iba a enamorarse. En esta ocasión se trató de un atractivo sacerdote llamado Johannes Hollnsteiner, un profesor de teología de escasos treinta años (para muchos futuro cardenal de Viena) con quien Alma Mahler mantuvo una intensa y apasionada relación que le hizo abandonar a Werfel por un tiempo. El affaire con Hollnsteiner hizo que circulara por Viena un nuevo escándalo en torno a Alma Mahler de quien se dijo que era una mujer bella y “con tanto talento e inteligencia que bien valía una misa”.

UNA MUJER ANTE LA QUE NADIE MOSTRÓ INDIFERENCIA
No sería aventurado afirmar que Alma Mahler podría ser descubierta a través de los hombres que la amaron, una serie de hombres notables y tocados por la genialidad que sucumbieron ante una mujer en la que hallaron un contrapunto femenino que les fue imprescindible para posibilitar que aflorara su genialidad.
Alma Mahler, una de las mujeres mas destacadas de la Europa de entreguerras, fue cimentando la fama que la convirtió en el puntal que ha marcado una referencia en la transición del arte desde las formas mas clásicas y decimonónicas hasta lo que llegó a ser el convulso contexto social, histórico y creativo surgido con el advenimiento del siglo XX.
Para muchos de sus biógrafos, Alma siempre fue, hasta en los últimos años de su vida, una tirana emocional tanto con sus maridos como con sus amantes e incluso sus amigos. Sin embargo, y a pesar de ser una figura tan controvertida y que provocó sentimientos sumamente extremos en todas las personas que se cruzaron en su vida, podríamos afirmar sin miedo a equivocarnos que nadie que la conoció llegó a manifestar indiferencia ante ella ni, por supuesto, olvidarla jamás.

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jueves, 17 de febrero de 2011

Capesius. El farmacéutico de Auschwitz



"Una novela sobre un personaje real, fascinante y prácticamente desconocido de Auschwitz"
"Un libro que golpea como un puño [...] Un inolvidable fresco del mal"



SINOPSIS

Victor Capesius era un respetable farmacéutico en la ciudad transilvana de Schäßburg antes de ser destinado a Auschwitz como oficial de las SS. Un día llegó un tren de deportados judíos desde su tierra natal. En la rampa del campo de exterminio, Capesius se encontró con la mirada esperanzada de sus vecinos, hombres, mujeres y niños a los que conocía desde hacía años. Con total sangre fría envió a muchos de ellos a la cámara de gas y se enriqueció con sus pertenencias.

Durante tres décadas, Dieter Schlesak ha investigado la figura del farmacéutico de Auschwitz, que aunque juzgado y sentenciado a nueve insignificantes años, vivió tranquilamente hasta su muerte en Alemania.


Los trenes de mercancías llegaban cargados de deportados, y un simple farmacéutico -un hombre gris y anodino- ejercía el terror en la rampa. Sin acritud, con amabilidad, decidía quién debía ir a la cámara de gas y quién era apto para el trabajo de Auschwitz. El escritor de origen rumano Dieter Schlesak hace un retrato del hombre que cumplía órdenes, y nunca las cuestionó.


EL FARMACEUTICO DE AUSCHWITZ

Un rostro anodino, hinchado, bien alimentado. Un hombre banal, un visitador médico, un buen bailarín, un afable vecino, un trabajador nato, un SS eficaz, un asesino, un genocida, un hombre («si es que esto es un hombre»). Tan «solo» el encargado de decidir a la llegada de los trenes quién merecía vivir y quién se sumaba a la cola de las vidas estériles, el cancerbero de la rampa, el dedo que señalaba a los recién llegados la dirección a la cámara de gas, o bien, si aún servían para esclavos, el camino al infierno de Auschwitz. Victor Capesius lo hacía con la amabilidad de los buenos empleados, con la mentira profesional (un perro no necesita saber que lo van a matar, solo que lo maten). «Los hombres, a la derecha; las mujeres, a la izquierda»; después, Capesius avanzaba entre las masas enviando, a un lado, a las personas de apariencia frágil, a los mayores y a las madres con bebés y, al otro, a las personas fuertes y jóvenes, sobre todo hombres.

Quienes se quejaban de ser separados de sus ancianos padres,de sus hijos o de sus mujeres eran tranquilizados con grandilocuentes palabras; se les decía que la separación era necesaria porque aún tenían que andar unos diez kilómetros y a los débiles iban a llevarlos en coches. Así que unos y otros se marchaban, dóciles, con la esperanza de volver a verse. No se lo imaginaban, no podían imaginárselo. ¿Quién podría prever una deshumanización tan sofisticada?


EL AUTOR Y EL LIBRO

Dieter Schlesak, el autor de El farmacéutico de Auschwitz (editorial Seix Barral), es húngaro como Capesius, a quien conoció y trató, pero para su libro no solo habló con él, sino también con las víctimas que identificaron y acusaron al farmacéutico durante el Proceso de Fráncfort (1964-1966), un proceso realizado 18 años después del de Nuremberg, sin jueces extranjeros ni bajo leyes internacionales, y con la indiferencia de parte de la población. Está considerado como el juicio más importante de la historia alemana, ya que sentó en el banquillo no a los autores, sino a los cómplices, ayudantes y miembros de la segunda línea involucrados en el genocidio de Auschwitz. Fueron condenados 22 criminales considerados hasta entonces invisibles, como Capesius, que, con todo, salió «ileso»: solo nueve años de condena.

«Declarábamos con un micrófono en mano, con ayuda de tranquilizantes -cuenta la superviviente de Auschwitz Ella Salomon-. Cada palabra nos hería y Laternser, el abogado de Capesius, era muy ofensivo y nos abrumó con preguntas desconcertantes. Cuando me interrogó por el número que llevaba tatuado, yo ya no me lo sabía de memoria y me miró con burlona aversión. Fue humillante.»

Dice Dieter Schlesak que el Capesius anciano llegó a confesarle que al principio vomitaba. «Cuando uno ve la miseria, es tan deprimente..., pero luego uno se acostumbra.» Y la fuerza de la costumbre es poderosa. En sus declaraciones, el farmacéutico no tiene el menor sentimiento de culpa, de rechazo o de horror por lo que ha visto o en lo que ha participado: él considera que «debía» hacerlo. Solo recuerda las órdenes, los pelotones, los destinos, las fechas, los números, el calendario, los detalles burocráticos, unívocos y comprensibles, que para él significan la realidad. Todo lo demás son tonterías, dice, «poesía». Según las actas del Proceso de Fráncfort, Capesius nació el 7 de febrero de 1907 en Transilvania. Casado con una colega de profesión, Friederike Capesius, tuvo con ella tres hijas. Hijo de un médico jefe, su pasaporte genealógico demuestra antepasados arios hasta el siglo XVIII. Fue miembro de la SS de agosto de 1943 a mayo de 1945. A partir del ascenso a mayor, en su currículum oficial se produce un vacío: Auschwitz, donde se hace cargo de la farmacia de la SS. Custodia el Zyklon B, el gas de las cámaras, y en la rampa aprovecha los registros en busca de medicinas de las maletas de los condenados para hacer su propia fortuna sisando oro.

Cada vez que llegaba un transporte de judíos a Birkenau, Hölblinger -el chófer de la ambulancia de campo (con el símbolo de la Cruz Roja)- conducía a los médicos y los sanitarios hasta la rampa y después hasta las cámaras de gas. Allí los sanitarios, con máscaras, subían una escalera y vaciaban las latas de Zyklon B. Eran Capesius y Josef Klehr, un carpintero convertido en sanitario. Klehr rompía el cierre de patente de la lata y vertía el gas en la abertura, pero siempre después de que un médico de la SS diera la orden de matar. Capesius, muy riguroso con el procedimiento, seguía por la mirilla la muerte de los prisioneros.

Algunos testigos sostienen que el farmacéutico era «imparcial», «objetivo», pero también codicioso. El 5 de octubre de 1950, olvidado el infierno de Auschwitz, Capesius abrió su propia farmacia en Göppingen (Alemania) y, más tarde, un centro de cosmética en Reutlingen. En 1958, durante el milagro económico, alcanzó unas ventas de 400.000 marcos alemanes. Antes, en 1947, un antiguo prisionero lo reconoció, pero todo acabó en nada: no hubo pruebas. Sin embargo, durante el Proceso de Fráncfort, le preguntaron dónde había conseguido el dinero para su negocio. «¿No apesta a ceniza y humo?» Él, impasible, dijo: «No se me puede reprochar nada».

La farmacia de la SS se encontraba en una casa de obra fuera del campo principal de Auschwitz. La casa disponía de planta baja, primer piso y una buhardilla donde se almacenaban y seleccionaban los equipajes de los médicos y farmacéuticos judíos que llegaban al campo. Uno de ellos, Ferdinand Grosz, contó que Capesius trabajaba tres veces a la semana «en la rampa [recibiendo a los deportados] y, en lo que se refiere a las medicinas, solo le interesaban en tanto podía encontrar joyas escondidas en las pomadas y los tubos de pasta dentífrica».

La mayoría de los testigos acusa a Capesius de haber participado en las selecciones de la rampa a finales de mayo de 1944, en Pentecostés, la fecha clave de los transportes húngaros desde Transilvania y el punto álgido de la acción de exterminio de Auschwitz. Durante aquella semana, cada día llegaban entre 10.000 y 15.000 personas a la rampa y, en ocasiones, eran gaseadas 9.000 al día, aunque algunos testigos hablan incluso de más de 20.000 gaseados diarios. Según el superviviente Josef Glük, Capesius seleccionó a finales de agosto de 1944, con el médico del campo, Josef Menguele, unos 1.200 jóvenes judíos sanos de Hungría.

Sin embargo, Capesius afirmó que eso no era cierto, que lo confundían con el doctor Klein de Leiden, un convencido nazi, alistado en la SS con 55 años. En los años 60, cuando se produjeron los juicios, Klein ya estaba muerto y Capesius se libró de la pena capital gracias a la pericia de su abogado, que logró que algunos testigos confundieran a Capesius con Klein. Al farmacéutico también lo ayudó el hecho de que Klehr, el carpintero, se declarara culpable de suministrar el Zyklon B en las cámaras, por lo que también quedó exculpado de gasear: las pruebas contra él no eran determinantes.

«Aquella gente que llegó de Rumanía al juicio para acusarme mentía -dijo Capesius a Schlesak, en su plácido retiro alemán en Göpingen-. Todos decían conocerme, pero eran extraños, los habían comprado. Estaban allí para hacer propaganda comunista. Todos venían de la Europa comunista y fueron los que me entregaron!»

Poco antes de la llegada del Ejército Rojo, el gris Capesius huyó hasta Berlín con Rudolf Höb -el comandante del campo- y se reunieron con Himmler, que les dio instrucciones y, pese a que todo estaba perdido, esperanzas. «Al final estuve muy cerca de él...», dijo Capesius, sin ocultar un cierto orgullo provinciano de alemán de Transilvania...

Al final de la guerra, como todos los que participaron en el exterminio, Capesius no sentía culpa, sino miedo. Nunca vergüenza. Tampoco cuando poco a poco se supo qué había pasado: el caparazón de la defensa interior y de la justificación de aquellos hombres era de acero. Su abogado formuló su defensa basándose en dos argumentos: que Capesius fue forzado a hacer lo que hizo y no estaba en condiciones de saber que aquello era criminalmente injusto; y que la selección en la rampa de personas físicamente aptas había sido en realidad una operación de rescate, porque, de lo contrario, todos los que llegaban habrían sido exterminados. Una manera de retorcer la realidad que resultó muy útil jurídicamente y, aun peor, socialmente: Capesius, como el resto de los juzgados en Fráncfort, vivió tranquilamente con su propio nombre y la solidaridad de sus vecinos hasta 1985.


Transcripción de un artículo de

Isabel Navarro


martes, 15 de febrero de 2011

LA FISCALIA ANTICORRUPCIÓN PONE A CAMPS EN EL FILO DE LA NAVAJA




A falta solo de mes y medio para que se convoquen elecciones municipales y autonómicas, la Fiscalía Anticorrupción formuló el pasado viernes una petición de pena para Francisco Camps (41.250 euros de multa) por un presunto delito continuado de cohecho impropio consistente en aceptar regalos de varias empresas de la trama Gürtel a cambio de contratos públicos. Lejos de amilanarse, al día siguiente de hacerse pública la noticia, el presidente de los valencianos se presentó por sorpresa en un multitudinario acto que su partido celebraba en Alzira dispuesto a disfrutar de un relajante baño de masas y recibir los vítores de sus incondicionales.


Camps, mas mesiánico que nunca

La súbita aparición alcireña de Camps supuso una nueva huida hacia adelante en la que el polémico político actuó como si no le afectara, y lo que es peor, como si no existiera problema judicial alguno. Con su eterna e hierática sonrisa de faraón bronceado e instalado en una realidad ajena a la del resto los mortales, el molt honorable president se materializó entre las masas profiriendo: “Aquí está vuestro presidente para seguir liderando este proyecto". El chute de reconocimiento popular que sin duda Camps necesitaba le reafirmó en un fervor mesiánico que plasmó con unas delirantes declaraciones: "Yo escribo lo que me han transmitido mis antepasados […] El PP escribe con las líneas que le dicta el corazón de lo valenciano y esas líneas escritas, ese programa hecho con el corazón, es indestructible".


Como un autómata enajenado

Apenas se dejó ver Camps en Alzira, los periodistas que cubrían al acto se abalanzaron sobre él con la vana esperanza de arrancarle alguna declaración sobre la solicitud de pena formulada por el fiscal. Pero Camps, como un autómata enajenado y con esa falsa y forzada sonrisa de resorte mecánico que le caracteriza, se limitó a responder haciendo caso omiso a lo que se le preguntaba: "Estamos ante un éxito sin precedentes que demuestra que los valencianos quieren que el PP siga gobernando en la Comunidad Valenciana y en la inmensa mayoría de los ayuntamientos".

¿Qué mortal en su sano juicio hablaría de “éxito sin precedentes” cuando se está a punto de ocupar el banquillo de los acusados y un fiscal acaba de solicitar para él una pena por delito de cohecho continuado?


Rajoy a la espera

Mientras en Alzira se daban muestras de fervor campsista, en la sede de Génova, Rajoy se refugiaba en un discreto y cobarde segundo plano, ajeno como siempre a aquellos conflictos que le incomoden y a la espera de que el juez Flors (el mismo que instruye la causa contra Camps) le hiciera el trabajo sucio si es que por fin se decide enviar al presidente imputado al banquillo. De este modo, Rajoy, como Pilatos, se lavaría las manos mientras el propio Camps, las circunstancias o vaya usted a saber quien o qué, se encargarían de borrar a este nefasto personaje de las listas electorales de los populares.


González Pons está a la que caiga

En Alzira, como único representante de la cúpula nacional popular, Esteban González Pons ofreció todo su apoyo –y el del partido- al presidente valenciano diciendo no entender como la Fiscalía le investigaba “por cuatro corbatas […] cuando no dice ni mu de los dirigentes socialistas [porque] para los fiscales, los españoles no todos somos iguales ante la ley”. Don Esteban, don Esteban, cuan sibilino y hábil puede ser usted y con que gracia sabe posicionarse al lado de un claro perdedor por si, llegado el caso, cayera en desgracia y le tocara en suerte ser el elegido para ocupar su puesto.


Rita y Cotino contra la Fiscalía

En Valencia, Rita Barberá, que no tenía previsto en su agenda acudir a Alzira, cuestionó esa misma mañana de sábado en una rueda de prensa, la independencia del poder judicial y exigió “un debate para darle una vuelta a la independencia de la Justicia”.
Por otro lado, el conseller Juan Cotino escribió inmediatamente en su blog que "No hay pruebas, no hay ni un sólo papel que acuse a Francisco Camps, pero la Fiscalía de Rubalcaba entra en campaña y volvemos a la manipulación, a la mentira y a la falsedad".


Cospedal prende la mecha y el PP valenciano reacciona

Tras un agitado fin de semana en el que (según fuentes próximas a la cúpula del PP) Valencia y Génova habrían mantenido tensos y estrechos contactos tras el jarro de agua fría que supuso la decisión de la Fiscalía Anticorrupción, el comité electoral del PP valenciano (tras presionar con insistencia a Rajoy) se reunió con carácter urgente a última hora de la tarde del día de San Valentín e hizo pública su decisión de designar a Francisco Camps como candidato, sobre todo después de que esa misma mañana María Dolores de Cospedal sembrara dudas sobre el futuro político de Camps al declarar que aunque es el "mejor candidato [todavía] no está señalada la fecha para designarlo”. 


Apenas se hizo pública la designación de Camps como candidato a presidente de la Generalitat por parte del PP valenciano, comenzaron a llover comunicados de dirigentes populares regionales ratificando la decisión y congratulándose de una noticia sobre la que, hasta ahora, Génova aun no se ha pronunciado.


¿Es políticamente correcto que Camps sea candidato?

Hoy por hoy, la marca de la Comunidad Valenciana se ha convertido en un sinónimo de corrupción por mor de ciertos personajes que, por citar solo un ejemplo, han sido capaces de amedrantar a mas de un juez y han salido indemnes de delitos por obra y gracia de la prescripción de los mismos. Sinónimo también de despilfarro cuando son tantos los millones de euros que se han desperdiciado en fastos impropios de una comunidad deficitaria en servicios y derechos sociales tan básicos como la sanidad o la enseñanza. Sinónimo de amiguismo cuando su mas alto dignatario, y en teoría el mas honorable de los valencianos, no se ruboriza al reconocer como “amiguitos del alma” a delincuentes a quienes “quiere un huevo” y a los que declara sin pudor que “lo nuestro es muy bonito”.

Aunque en política es habitual que cada cual arrime el ascua a su sardina con tal de no reconocer nunca un error (una táctica común a todos, absolutamente todos los partidos), el esperpento en que Francisco Camps y sus acólitos han convertido la Comunidad Valenciana no debería saldarse mas que con el procesamiento de su presidente autonómico y la aplicación de la pena que por ley se le imponga por sus (presuntos) delitos.


Un desalentador panorama

Así planteado, el panorama no puede ser mas desalentador un país donde la derecha mediática, y hasta parlamentaria, echa todo la culpa de una crisis económica internacional al partido en el poder. Un país donde la oposición, patriota por definición, asegura tener recetas mágicas para resolver esa crisis mientras su líder aguarda sentado a la puerta de Génova hasta ver pasar el cadáver de su enemigo o, lo que es mismo, a no hacer nada hasta que le corresponda recoger las ruinas de lo que quede de esa España a la que tanto dice amar.

Y mientras esto ocurre, un atajo de corruptos campa a sus anchas burlando a la justicia y dilatando tiempos con tal de sobrevivir al amparo de las triquiñuelas legales que les brinda un sistema democrático que mas de uno aboliría si tuviera en sus manos la posibilidad de hacerlo.

Lo triste es que no existen profesionales de la política, todos ellos políticamente correctos que los hay y muy buenos en todo el espectro ideológico que sean capaces de resolver una situación en la que, con toda seguridad, no es la derecha, el centro ni la izquierda quienes están fallando ni quienes puedan aportar soluciones. Tal vez nos hallemos ante un sistema que se está desmoronando por ineficiente e ineficaz mientras la banca sigue declarando escandalosos beneficios al tiempo que el paro no s castiga sin piedad. Y es que, tristemente, al igual que ocurre en los casinos, la banca siempre gana, pues cuando su gestión es incompetente, papá Estado está ahí, generoso, solícito y dispuesto a echar una mano e inyectar una dosis de moral.
Todo esto mientras una plaga de corrupción y delincuencia institucionalizada en la clase política sigue sin resolverse por miedo a enfrentarse a una progenie política que mantiene su estatus de casta tan privilegiada como intocable.


Colofón

Así planteada la situación, es de pura lógica pensar que el próximo mes de mayo, la ciudadanía, al menos la ciudadanía valenciana, reaccionará con energía y resolverá en las urnas una situación que desafía a la razón y cuya reparación inmediata clama al cielo con una prioridad tanto de justicia como de supervivencia.

Sin embargo lo cierto es que, aunque parezca kafkiano e inverosímil, dentro de tres meses, un cadáver político que hace tiempo perdió la noción de la realidad, ganará de nuevo las elecciones autonómicas valencianas apuntalado por los turbios intereses de unos grises grupos fácticos que le han subido a la grupa de un caballo ganador, igual que ocurriera siglos atrás cuando el Cid Campeador, también cadáver pero tal vez mas digno, derrotaba en Valencia a los moros.

¿Podría alguien explicar que es lo que está pasando?