martes, 27 de noviembre de 2012

ESTA ‘TASA’ ES UNA RUINA






La última sorpresa del ‘partido del pueblo’ ha sido la publicación en el BOE de una ley que regula determinadas tasas en el ámbito de la Administración de Justicia. Según el ex-centrista Gallardón, las tasas judiciales se crean para “desatascar los juzgados” y sin “afán recaudatorio”, aunque abogados, fiscales y jueces las consideran anticonstitucionales, se han manifestado en su contra en las calles de varias ciudades y han pedido la dimisión de Alberto Ruiz-Gallardón.

Comunicado de FACUA
Los ‘populares’ se han dado prisa en defender el gallardonazo asegurando que lo que se recaude con estas tasas garantizará “la asistencia judicial gratuita a los ciudadanos que menos tienen" y solo se aplicarán a los ciudadanos que dispongan de "más recursos”.
Sin embargo, con igual celeridad, la asociación de consumidores FACUA ha desmontado estos ‘sociales’ argumentos dando a conocer que con esta ley tendrá que pagar 200 euros quien quiera reclamar una multa de tráfico 150 euros; o desembolsarse 312,50 euros al querellarse por la cancelación de un vuelo de una cuantía de 2.500 euros o bien abonar 715 euros si se pleitea por 3.000 euros de intereses cobrados abusivamente en un crédito o hipoteca.

El PP se empecina en el carácter ‘social’ del tasazo
Sin embargo, el PP, erre que erre, insiste en la ‘bondad’ de las nuevas tasas y asegura que se reembolsarán cuando “los tribunales den la razón a quien inició el procedimiento", pero no explican que solo quienes tengan dinero suficiente para pleitear serán quienes se beneficien del hipotético reembolso.
También dicen los ‘populares’ que quienes "realmente no tienen recursos" quedarán exentos de pagar las tasas para que "no se vulnere" su derecho de acceso a la Justicia.
Pero de nuevo, FACUA les desmonta sus falacias ‘sociales’ al aclarar que solo se beneficiarán de esta exención quienes ganen menos de 15.975 euros anuales. Es decir, que según los ingresos medios de las unidades familiares donde aun se trabaja, estas tasas se han diseñado para exprimir aun más las extenuadas ubres de las clase medias hasta hacerlas desaparecer.

 

Exprimir a muchos en beneficio de pocos

La nefasta gestión de una derecha que parece gobernar solo en beneficio de una oligarquía y no del ‘pueblo’ (de quien dicen ser su ‘partido’), ha conseguido que un nuevo derecho social deje de ser asequible a todos. Es como si desmantelar el estado del bienestar fuera el objetivo prioritario de esos neoliberales que dicen ser de centro.
Desde hace un año, en España se gobierna a golpe de decretos-leyes que merman los derechos y el bienestar que tantos años y sufrimientos han costado. Y precisamente en este contexto, agravado por una crisis económica global, el gallardonazo propone una jugada perfecta: elaborar nuevas leyes para que los pobres no puedan denunciar ante la justicia los tejemanejes de quienes se benefician de una política neoliberal y nepotista.


¿Quien protegerá a los pobres de nepotismos y corruptelas institucionales?

Pongamos un ejemplo: el Ayuntamiento de Madrid de la señora de Aznar está a punto de desalojar (en diciembre) a 120 familias que viven de alquiler desde hace décadas en edificios de protección oficial del centro de la ciudad. La idea es vender los inmuebles a buen precio a una empresa con problemas de solvencia en la que —‘casualmente’ según la alcaldía— ejerce como consejero el marido de María Dolores de Cospedal.

Todo apunta a que, con el veto económico de acceso a la justicia, los poderosos van a gozar de una impunidad aun mayor que la que ahora respalda sus fechorías. Y a quien no le parezca bien, si tiene dinero que pleitee contra ellos y si no, que se aguante.


Acabar con la clase media

Privar de tantos derechos a la población evoca el recuerdo de ciertos partidos totalitarios que utilizaron la democracia para acceder al poder mediante unas urnas que luego prohibieron.

Así, la proliferación en Europa de grupos neofascistas es un hecho que preocupa tanto como que, quienes dicen ser demócratas, utilicen unas estrategias de gobierno sospechosamente parecidas a las que la extrema derecha aplicaría si pudiera hacerlo.

La actual legislación hipotecaria y los desahucios en masa han conseguido que la gente empiece a suicidarse; los recortes a la sanidad y a las ayudas a la dependencia podrían aumentar las tasas de morbimortalidad de los grupos poblacionales más afectados, y con las  implantación de las tasas judiciales, quienes no puedan acudir a la justicia tal vez protagonicen una oleada de acciones de ‘justicia alternativa’ al recurrir a la Ley del Talión y no al Código Civil o Penal.

Se está estrujando a las clases medias mientras los políticos y los ricos viven en un mundo aparte, muy por encima las posibilidades de quienes sufragamos su buena vida. Tanto es así que parece inevitable que se desencadenen acciones para detener una espiral de locura que lleva a muchos a decir: “Si somos millones y ellos apenas unos miles, si somos más decentes y nos ampara la fuerza de la razón, ¿Porque tenerles miedo entonces? ¿Por qué permitir que nos sigan controlando”.


A modo de despedida, una sonrisa




Como es sabido, a los políticos les encantan los eufemismos y también los sinónimos. Por ello, y siendo que a un ministerio se le conoce también como ‘cartera’ ¿no deberíamos llamar ‘carteristas’ a los ministros que dictan leyes destinadas a vaciar sin piedad el bolsillo de los contribuyentes?



Alberto Soler Montagud

lunes, 19 de noviembre de 2012

DALE ALEGRÍA A TU CUERPO ANA BOTELLA






Con sus idas y venidas a un spa portugués, en vez de con el cutis limpio
 la señora de Aznar ha salido con un careto de consternación y amargura.


Cuan nefasta es para todos la despótica superioridad de esos próceres que, mientras todo va bien, hacen lo que les viene en gana pero cuando una situación se les escapa de las manos, no dan la talla. Es lo que ha sucedido con las idas y venidas de Ana Botella a un spa portugués del que, en vez de con el cutis limpio, ha salido con un careto de amargura que demuestra la ineptitud de la alcaldesa para reaccionar cuando se le exige asumir responsabilidades. De la noche a la mañana, las facciones de la señora de Aznar han perdido su alegría y han cambiado su prepotente altanería por un gran canguelo como se evidenció el día que le rezó a la virgen de la Almudena para que ayudara a los padres de las víctimas de Madrid Arena cuando, en su fuero interno, debería estar pidiendo para ella misma dada la situación que atraviesa por su culpa, por su grandísima culpa y no saber actuar como se esperaría de la alcaldesa de la capital de España.


Políticos que van a misa en horario de trabajo

¿Cuándo de una vez por todas los políticos dejarán de hacer proselitismo de la religión que profesan y de su afinidad por sectas y creencias en actos públicos donde representan, incluso, a quienes no creen en Dios, o al menos no creen en el suyo?

¿Cuándo de una vez por todas la derecha decente (me consta que la hay) le plantará cara a esa otra derecha carca, apolillada, nostálgica y tramontana que ni con naftalina recuperará la presunta lozanía de unos tiempos de cara al sol y nacionalcatolicismo en una España donde, bajo el palio sonrosado de una luz crepuscular y mirando al mar, un dictador (también bajo palio, no crepuscular ni sonrosado pero sí episcopal) se embelesaba rememorando gestas imperiales y ordenaba poner muy prietas las filas?

¿Cuando señora Botella ("pido misericordia a la Virgen de la Almudena"), cuándo doña Fátima ("de la Virgen del Rocío un capote siempre llega"), cuándo don Rouco ("el matrimonio homosexual dificulta gravemente la salida de la crisis"), cuándo meapilas imperiales y nostálgicos españoles todos? ¿Cuando os enteraréis de que el cortijo ya no es vuestro y de que Franco ha muerto?


Ciudadanos que protestan, van a manifestaciones y aguantan lo que les echen

¿Cuando los ciudadanos que tan indignados se muestran dejarán de ser unos pobres sumisos que asomados a una triste y pasiva ventana conectan con la realidad, como quien ve en la tele un programa que no le gusta, pero lo ve y lo soporta?

¿Cuando dejaran todos de creer que "las cosas no llegarán a salirse de su cauce" cuando lo cierto es que hace tiempo que el pundonor se salió de su cauce al abandonar a quienes se les roba el bienestar a golpe de autoridad y a base de mentiras?

¿Cuando se asumirá que mientras se aguante y se calle, se nos irá quitando casi todo lo que teníamos?


¿Cuando se asumirá que, quien nos suma en la miseria no piensa hacerlo de golpe, sino poco a poco. Dosificada y contundentemente. Gota a gota, para no crear sensación de catástrofe. Y también para minimizar nuestra capacidad de respuesta. Y si la hubiere, para amortiguar su contundencia?


Gota a gota, tacita a tacita

¿Por qué protestar por una sola gota vertida en el vaso de nuestra sufrida capacidad de aguante?

¿Por qué protestar por solo una gota mientras una mano negra presiona con saña la perilla de goma del cuentagotas venenoso que suavemente nos mata como en aquella canción ('Killing MeSoftly With His Song') de Roberta Flack?

Quienes esto se plantean, sin duda se equivocan y atentan contra ellos mismos.



Dale alegría a nuestro cuerpo

Como humo, se ha desvanecido la alegría que los poderosos nos metieron en el cuerpo cuando todo era opulencia y pelotazo. 

¡Dale alegría a tu cuerpo Macarena!, se escuchaba en todos los rincones de este santo país cuando aun eran gordas y hermosas las vacas que cebábamos entre todos con la ambición de unos y la ignorancia de otros.

¡Dale alegría a tu cuerpo Macarena!, se canturreaba con el mismo fervor que hoy Fátima se aclama a la Virgen del Rocío o la señora de Aznar pide consuelo a la de la Almudena.

¿A quien o a quienes deben implorar los pobres infelices que hasta 2008 vivieron engañados y creyéndose los reyes del mambo hoy son pobres de solemnidad? Tal vez no fuera descabellado recomendar a las víctimas de la crisis que se encomendaran a la Macarena de la canción de Los del Rio para que les diera algo vidilla a su maltrecho cuerpo y les ayudara a soportar sus muchos males.

¡Dale alegría a nuestro cuerpo Macarena!
Aaaaá.




A mi amiga Coral, 
con agradecimiento 
por prestarme 
la pizarra 
donde escribí el esbozo 
de este artículo.




Alberto Soler Montagud

https://twitter.com/TitanSoler


martes, 13 de noviembre de 2012

HIPÓCRITA FERVOR PRO-MATRIMONIO HOMOSEXUAL EN EL PP




La inmensa mayoría de los prebostes del PP han dado muestras de una hipócrita alegría (empezando por el ministro Alberto Ruiz-Gallardón) tras conocerse la sentencia del Tribunal Constitucional que avala el matrimonio homosexual y rechaza el recurso que ellos mismos presentaron contra este tipo de unión. Recordemos que los populares han defendido con uñas y dientes que la ley que regula el matrimonio entre personas del mismo sexo, desnaturaliza "la institución básica del matrimonio" y vulnera la Constitución al contravenir que "el hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica".

Los ‘recursos’ de los populares
Tras este fallo (que legitima las cerca de 25.000 uniones entre personas del mismo sexo celebradas tras la aprobación en 2005 de la Ley del Matrimonio Homosexual) han surgido múltiples muestras de hipocresía de quienes antes callaron y ahora aplauden las bodas gays con falso progresismo. Además del ministro de Justicia, también Esteban González Pons se muestra feliz con  la decisión del Constitucional y asegura que él no firmó el recurso que en su día respaldaran las rúbricas de Fernández Díaz (ministro de Interior) y Jesús Posada (presidente del Congreso) entre muchos otros.
Sin embargo, y aunque algunos populares se echen ahora atrás y otros maquillen el recurso escudándose en una reivindicación puramente semántica, la postura del partido de la gaviota rezuma un repudio farisaico contra las uniones homosexuales. 

Igualmente sucede con los recursos presentados por el PP contra la ley socialista de igualdad (recurso que también han perdido) y  contra la ley de plazos del aborto (aun pendiente de que el Constitucional se pronuncie). El caso es que el PP, (que está ofreciendo un imagen de partido homófono que no apuesta por la igualdad de género y que en cuestiones de fe actúa el dictado de los obispos) ha hecho ya  el ridículo dos veces con los dos recursos que le han tumbado y tal vez sería inteligente que retiraran el que tienen aun pendiente.

Rouco y sus hermanos
Una vez más (y van más de un millón) la Conferencia Episcopal ha opinado sobre los asuntos del César en vez de  darle a Dios lo que es de Dios y hacerlo en sus templos.  En esta ocasión, su intromisión en política ha sido afirmar que la legislación española sobre el matrimonio es "gravemente injusta" y proponer una "urgente" modificación de la ley para “proteger a la familia” en base al "derecho a ser reconocidos esposo y esposa” y “el derecho de los niños  a ser educados como esposos y esposas del futuro y a disfrutar de un padre y una madre en una familia estable”. 
Se lamentan los obispos de que los españoles han "perdido el derecho a ser reconocidos por la ley como esposo o esposa cuando se les inscribe en el Registro Civil como cónyuge A o cónyuge B". Pero nada dicen de que una virtud teologal como es la caridad (tan etérea e impalpable) se haya convertido en algo tan terrenal y material como es una equis marcada en la casilla de un impreso de la declaración de renta donde dice:  ‘páguese parte de mis impuestos a la Iglesia Católica’.

Con la Iglesia hemos topado
Una vez más, la jerarquía católica se comporta como una organización anclada en el medievo al afirmar "con dolor" que las leyes de España "no reconocen ni protegen al matrimonio” y al pide "que María Santísima interceda por los gobernantes, sobre quienes pesa el deber de ordenar con justicia la vida social". Todo ello mientras exhiben una actitud enfermiza y nada caritativa contra la homosexualidad a la que consideran una enfermedad y tal vez un castigo divino.
Y hablando de castigos divinos, no deja de ser curioso que los países que más sufren las consecuencias de la crisis económica, sean precisamente los más religiosos y en los que el cristianismo (vaticano u ortodoxo) tiene más poder. A saber: España, Grecia, Portugal e Italia. 


Permitir no es obligar

Quienes cuestionan los matrimonios homosexuales, deberían considerar que la ley  que ha refrendado el Tribunal Constitucional “permite” pero no “obliga” a nadie ni a ser homosexual ni a casarse con alguien de su mismo sexo.

Lo mismo sucede con la ley de plazos del aborto, que “permite” pero no "obliga" a ninguna mujer  a abortar

Faltaría más señor Rouco. Aquí, las únicas leyes que obligan son las que ustedes, durante siglos, han predicado para infundir miedo y desesperanza en unos hombres y mujeres de buena fe a quienes han manipulado fomentando su ignorancia. Son ustedes quienes, en lugar de predicar a ese Dios que, según la Biblia, es amor, libertad, dignidad, humildad, justicia y bondad, se han dedicado a "prohibir"  (en vez de permitir), y a imponer unas creencias y unas normas que ustedes incumplen sin escrúpulos.


La herencia de Zapatero
Dejo constancia de que no es mi intención defender a José Luis Rodríguez Zapatero, un político que he censurado hasta la saciedad por la mala gestión del su gobierno al negar la existencia de una crisis mientras otros países tomaban medidas para combatirla. Pero no me duelen prendas en reconocer que la gran herencia que de él hemos recibido, no es la que esgrimen los políticos del PP cuando queda al descubierto su incompetencia, sino haber puesto a España en la vanguardia en cuestiones de igualdad y de derechos sociales y haber antepuesto el estado de bienestar de la ciudadanía a cualquier otro tipo de interés. Valga como ejemplo que nuestra ley de matrimonio homosexual fuera la tercera en aprobarse en todo el mundo.

Colofón

Acuso recibo de la sentencia del Tribunal Constitucional y me congratulo porque que se haya desestimado el recurso contra la Ley del Matrimonios Homosexuales presentada por un partido político, sin duda, persuadido e influido por la impronta de la Conferencia Episcopal Española y por su inmenso poder. 


Alberto Soler Montagud

                                                                                                                     https://twitter.com/TitanSoler


viernes, 9 de noviembre de 2012

VALENCIA ANTIGUA: BREVE HISTORIA DE LA PLAZA DEL AYUNTAMIENTO DE VALENCIA





Plaza de Emilio Castelar (1932)



LOS ORÍGENES
El Convento de San Francisco

Los orígenes de la Plaza del Ayuntamiento de Valencia se remontan al antiquísimo Convento de San Francisco, un monasterio franciscano que ya en tiempos del rey Jaume I el Conqueridor ocupó el espacio que siglos después daría lugar a la plaza que hoy conocemos.



Convento de San Francisco según el plano del Padre Tosca (1703)
Se identifican calles aun hoy existentes como la de las Barcas, Cotanda, En Llop y Barcelonina y, en el lado norte,  la Bajada de San Francisco (Devallada de San Francesc) naciendo en el punto donde hoy convergen San Vicente y María Cristina y desembocando en la minúscula plaza que quedaba extramuros del recinto conventual . 


En la primera mitad del siglo XIX, parte del convento fue confiscado para ser utilizado como acuartelamiento, de tal modo que los monjes se vieron forzados a retirarse a las zonas del convento que les asignaron los militares hasta que, en 1827, fueron definitivamente expulsados del mismo. 

El progresivo deterioro de la estructura del convento le acabó confiriendo un aspecto tan deplorable que, en el año 1891, se decidió su demolición, quedando como consecuencia un enorme espacio abierto donde las autoridades municipales proyectaron construir la plaza que hoy conocemos como Plaza del Ayuntamiento.




Litografía de la iglesia del Convento de San Francisco 
(cuando ya era cuartel militar en 1840)


Para hacer mas comprensible la ubicación de las edificaciones adyacentes al perímetro de la plaza debe tenerse en cuenta que a espaldas del convento (donde se hoy sitúan los edificios de Telefónica y La Equitativa) se encontraban las huertas anexas al edificio religioso así como también el cementerio. Considérese igualmente que el convento ocupaba casi toda la superficie de la actual plaza con la excepción de un pequeño espacio donde hoy confluyen las actuales calles de San Vicente,  la Avenida María Cristina así como el trozo de plaza que limita con la calle Barcelonina (se acaba de describir la zona correspondiente a la Plaça de San Francesch  que aparece muy bien detallada detallada en el plano del Padre Tosca de 1703 que aparece más arriba)



EL AYUNTAMIENTO



Real Casa de la Enseñanza


En 1854, el Ayuntamiento de Valencia (que hasta entonces había estado ubicado en lo que hoy son los jardines del Palau de la Generalitat) fue trasladado a su emplazamiento, una extensa superficie donde, en el siglo XVII, el Arzobispo Mayoral mandó construir un colegio femenino al que se conoció como Casa de la Enseñanza. Aunque, en principio, el traslado iba a ser provisional, la nueva ubicación se convirtió en definitiva, y en 1904 se aprobó emprender una reforma de la Casa de la Enseñanza para transformarla en un nuevo Ayuntamiento cuya ubicación y estética arquitectónica es la misma que hoy puede contemplarse, salvo muy pequeños cambios y ampliaciones como, por ejemplo, la elevación parcial del arco situado sobre la puerta principal (en cuyas enjutas figuran alegorías de mármol de la Administración y la Justicia realizadas por Mariano Benlliure) cuando en 1967 se adicionó el gran balcón de piedra que hoy destaca en la fachada. 







Para entender la arquitectura de Plaza del Ayuntamiento y facilitar la comprensión de la ubicación de sus edificios, será útil contemplar desde los cuatro puntos cardinales la singular y triangular estructura. Así, la fachada Oeste sería la que antaño ocupó la Casa de la Enseñanza y actualmente el Ayuntamiento. La fachada Este se corresponde con el actual Edificio de Correos. Por el lado Norte se cierra la plaza en el lugar ocupado por el edificio de Generali (o lo que es lo mismo la calle San Vicente). Ya por último, el Sur nos encontraríamos con los edificios de Balanzá y de Telefónica.
Fue a partir de 1904 (con la reforma de la antigua Casa de Enseñanza) cuando comenzó a gestarse la construcción de una gran plaza que fuera a la vez el centro comercial y administrativo de Valencia tal y como la nueva ubicación del Ayuntamiento requería.


LA PLAZA

Para la construcción de esta gran plaza fue necesaria la ejecución de varias obras, una de las cuales fue la demolición del entonces denominado barrio de pescadores, una zona de prostitución y delincuencia con continuos altercados situada aproximadamente donde hoy se encuentra el edificio de Correos.



Barrio de Pescadores 
(1908)


Barrio de Pescadores
 (es este punto se encuentra actualmente edificio de Correos)

Otra obra de envergadura emprendida para poder crear la nueva plaza fue el  laborioso traslado, en 1917, de la antigua Estación de Ferrocarril desde su antiguo emplazamiento (justo donde hoy se encuentra el edificio de Telefónica) hasta su ubicación actual en la calle Játiva.



Por el lado norte, la ampliación de la gran plaza fue posible gracias al derribo  de los edificios de la conocida como Bajada de San Francisco (Devallada de Sant Francesc), una calle que desembocaba en una plaza llamada de San Francisco desde 1423 hasta 1840. El nombre de Bajada tenía su origen en la pendiente que hacía la calle con dirección hacia la plaza. 





La Bajada de San Francisco era una calle que corría paralela aproximadamente entre donde hoy día se encuentra el Pasaje Ripalda en la calle San Vicente y la calle Barcelonina. Se trataba de una calle con edificios antiguos pero al mismo tiempo con muchos comercios, restaurantes, fondas y hoteles de larga tradición. 











La desaparecida Bajada de San Francisco era un calle importante y céntrica de Valencia que corría paralela a la zona donde hoy confluyen el Pasaje Ripalda, la calle San Vicente y la calle Barcelonina. Se trataba de una calle con edificios antiguos y con solera y al mismo tiempo con un sin fin de comercios, restaurantes, fondas y hoteles de larga tradición en la ciudad. 


Ya por último, otro espacio que posibilitó la construccíon la nueva plaza fue el que surgió tras la demolición de la Plaza de los Cajeros (dels Caixers) que vendría a estar situada en la zona hoy comprendido entre la calle de San Vicente, Maria Cristina y la porción norte de la Plaza del Ayuntamiento. Puede servir también como referencia el Pasaje Ripalda que se encontraba (aun lo está) en la citada demarcación.





Otro espacio que se abrió para la apertura de la nueva plaza consistió en la desaparición de la conocida como plaza de los Cajeros (dels Caixers) que vendría a estar aproximadamente en el lugar que hoy ocupa el espacio comprendido entre las calles de San Vicente, Maria Cristina y la propia plaza del Ayuntamiento. 



De la unión de estos tres espacios (el Parque de San Francisco ya existente y los creados a expensas de la Bajada de San Francisco y la Plaza dels Caixers) surgió la amplia zona que hoy constituye la Plaza del Ayuntamiento con su característica y singular forma triangular.


Todas estas actuaciones urbanísticas fueron realizadas entre 1905 y 1933 por los diversos alcaldes de la ciudad, aunque fue Carlos Sousa Álvarez de Toledo, Marqués de Sotelo, el gran impulsor de la creación de la nueva plaza, y quien fomentó la construcción de los edificios que la componen y la creación de importantes comercios con el dinero aportado por grandes terranientes valencianos. Aunque ya desde principios del siglo XX hubiera comenzado una tímida construcción de edificios en la plaza, fue en el corto espacio comprendido entre 1927 y 1933 cuando se completó el conjunto arquitectónico monumental que hoy delimita el perímetro de la Plaza del Ayuntamiento de Valencia.




LOS DISTINTOS NOMBRES
DE LA PLAZA

Han sido muchos los nombres que a lo largo de la historia ha recibido esta plaza, pero tal vez el de mas fortuna y repercusión haya sido su nombre original -Plaza de San Francisco- por el que fuera conocida desde 1423 hasta  1840 cuando se le cambió su nombre por el de General Espartero.
En 1843 se le volvió a cambiar la denominación por la de Plaza de Isabel II y en 1868 por Plaza de la Libertad.
En 1874, la plaza recuperó de nuevo el nombre de Plaza de San Francisco para perderlo de nuevo en 1899 cuando pasó a llamarse Plaza de Emilio Castelar, quien fuera Presidente de la I República Española. Este nombre también tuvo una buena y prolongada aceptación y con él se cambió de siglo hasta que, al finalizar la Guerra Civil española en 1939, cedió el paso a la denominación de Plaza del Caudillo, que perduró durante cuatro décadas hasta el fin de la dictadura de Franco.
Ya con la democracia, en 1979 pasó a llamarse Plaza del País Valenciano, un nombre que no cuajó entre la población y que creó gran polémica. En 1987 se le volvió a cambiar el nombre a la plaza por el de Plaza del Ayuntamiento, denominación que actualmente ostenta.



Alberto Soler Montagud




GALERÍA 
FOTOGRÁFICA