domingo, 25 de julio de 2010

¿POR QUÉ ME GUSTA LA NOVELA NEGRA SUECA?




Introducción

El pasado verano cayó en mis manos la primera novela de la trilogía Millenium de Stieg Larsson. Algo escéptico, aunque aleccionado por las muchas y efusivas recomendaciones que había recibido, comencé a leer el libro bajo el efecto de la repercusión mediática que había convertido a la obra del escritor sueco en un fenómeno social y editorial de esos que, desafortunadamente, no suceden todos los día (aunque quienes me conocen habrán intuido por qué digo “desafortunadamente”, aclararé que estoy hasta los mismísimos de mendigar una miajita de atención por parte de las jodidas editoriales por si alguna se digna a publicarme un tocho de novela que tengo escrita hace ya más de dos años).

Antes que nada quiero puntualizar que la novela negra nunca ha sido un género que haya acaparado especialmente mi atención, por ello será fácil entender que mis conocimientos acerca del género, y mas en concreto del subgénero nórdico, fueran nulos antes de que Stieg Larsson irrumpiera en mi vida.


Surge un serio problema de "adicción"

Apenas habían transcurrido cuatro semanas desde que había comenzado a leer la primera novela de la trilogía de Larsson, y ya había devorado más de dos mil páginas de la serie. Tomar conciencia de ello dio paso al comienzo de un auténtico calvario.

De no saber nada acerca de un género literario me había convertido en un adicto al mismo con el agravante de “necesitar” de ese especial toque nórdico para sentirme a gusto con la lectura de todos las novelas que vinieron a continuación.


Los bollos de canela y el inicio de una preocupante "dependencia psíquica"

Cuando acabé de leer “La reina en el palacio de las corrientes de aire” (la última novela de la trilogía) me embargó una sensación de orfandad que me impulsó a una desesperada búsqueda de nuevos autores suecos para saciar mi voraz apetito por más y más tramas de asesinatos cometidos en pequeñas y frías ciudades donde los policías trabajan en pequeñas comisarías, toman cantidades ingentes de café y lo acompañan, siempre que pueden, con unos suculentos panecillos recién horneados y, si hay suerte, con unos exquisitos bollos de canela.

Casi sin darme cuenta me estaba convirtiendo en ciudadano sueco "de adopción literaria", un sueco de los de toda la vida que renegaba de su genética mediterránea y se miraba al espejo cada vez con mas frecuencia y con la esperanza de verse convertido en un maduro investigador rubio con los ojos ojos azules e investido de unos rasgos cincelados por las frías y largas noches de los inviernos boreales.

Y de pronto conocí a Henning Mankell, y con él descubrí a Kurt Wallander, un hombre común y corriente, inspector de policía de una pequeña ciudad situada al sur de Suecia (Malmö) y protagonista absoluto de una larga saga de nueve novelas que fui leyendo una detrás otra, por orden cronológico y casi de un tirón, al tiempo que tomaba consciencia de que tenía un serio problema al ser incapaz de leer nada que no fuera novela negra sueca.





El por qué del título de este artículo

Por el título que encabeza este artículo tal podría parecer que mi intención fuera la de exponer las razonas por las que me he hecho adicto a este género literario, pero, nada más lejos de la realidad. Lo que en realidad planteo al preguntar "¿por qué me gusta la novela negra sueca?" es una serie de angustiosas cuestiones:

¿Por qué coño me gusta la novela negra sueca?

¿Podría alguien explicármelo?

¿Puede alguien decirme como he sucumbido ante un género que nunca me llamó la atención y que ahora coarta mi libertad?

¿Quién puede ofrecerme un remedio que me posibilite leer “de todo” tal y como antes hacía?


Mi drama continua

Una vez consumí toda la obra de Henning Mankell, me lancé a una nueva búsqueda de narradores suecos especializados en novela negra y así fue como encontré a dos mujeres: Åsa Larsson y luego Camilla Läckberg, de quien termino de leer la cuarta y última de las novelas que por ahora tiene publicadas en España, y ya espero ansioso a que se editen las siguientes.

Considere el lector cuan angustiosa llega a ser ya mi situación cuando he llegado a plantearme ,muy seriamente por cierto, empezar a estudiar sueco (en cierto modo, algo sueco ya me siento como antes he dejado entrever) para no vivir ya más pendiente del ritmo de trabajo de los traductores y las caprichosas preferencias de las editoriales.

Estos últimos días, aún hoy cuando escribo este artículo, no consigo decidirme entre Jan Guillou (un autor más próximo al estilo de Henning Mankell) o seguir con las mujeres y emprender el abordaje de las obras de Liza Marklund e Inger Frimansson.

Realmente estoy desesperado.


Tal vez exista un remedio para el mal que me corroe por dentro

Mi mujer me ha sugerido que, a modo de desintoxicación, empiece a leer la autobiografía de uno de sus autores y formadores favoritos (ella es terapeuta Gestalt), el psiquiatra Carlos Castilla del Pino publicada por Tusquets en dos volúmenes: “Pretérito imperfecto” y “Casa del olivo”, por ver si me ayuda a “quitarme" de esta adicción que tan fuerte me ha enganchado.

Creo que intentaré hacerle caso pues, la verdad, empiezo a sentirme saturado de tanto apellido Svensson, Persson, Hedström o Molin; de ciudades como Malmö, Fjällbacka, Gotemburgo o Estocolmo; de cafés recalentados en las cocinas de tantas comisarías suecas como he llegado conocer; y de las galletas y panecillos recién horneados que suelen obsequiar a los protagonistas de las novelas cada vez que visitan una casa para interrogar a sus moradores.

Pero por encima de todo, lo que tal vez mas necesite sea perder de vista esos exquisitos bollos de canela que indefectiblemente aparecen en todas y las novelas de trama negra sueca que he leído a lo largo del último año.

Necesito volver a ser el que era y, si lo consigo, prometo escribir un nuevo artículo con un análisis literario que explique de verdad “por qué me gusta la novela negra sueca”.

miércoles, 21 de julio de 2010

EL ESTRÉS LABORAL DE LOS CONTROLADORES AÉREOS








BREVE DESCRIPCIÓN DEL ESTRÉS LABORAL

Hay quienes describen el estrés laboral como la enfermedad de la clase trabajadora del siglo XXI. Aunque tal vez sea una aseveración algo aventurada, no creo que anden muy desencaminados quienes así opinan.

En un intento apresurado por abreviar el concepto, podríamos definir el estrés laboral como un trastorno de ansiedad relacionado con el entorno de trabajo y caracterizado por la presencia de síntomas de somatización orgánica (dolor de cabeza, palpitaciones, pérdida de apetito, cansancio, sensación de falta de aire, boca seca, aumento de la transpiración…) asociados a una actitud ansiosa con dificultad de concentración, irritabilidad, pensamientos negativos, sentimientos de frustración e impotencia y falta de capacidad para la toma de decisiones.

En cualquier caso, y desde un punto de vista epidemiológico, podemos asegurar que el estrés laboral no es un proceso que se presente en brotes (como ocurre con ciertas enfermedades infecciosas) ni que aparezca en unas fechas preferentes o predecibles.

Si bien es cierto que nadie se encuentra a salvo de sufrir este síndrome, no es menos verdadero que determinadas profesiones se consideran de mayor riego para padecerlo: médicos y enfermeros (especialmente los que trabajan en las UCI y en los servicios de urgencias), profesores, policías, mineros, ejecutivos, controladores aéreos, personal que trabaja con rotación de horarios y en frecuentes turnos de noche, trabajadores con exceso de horas extra, etc.



LOS CONTROLADORES AÉREOS Y EL ESTRÉS LABORAL

Como contrapunto a los habituales análisis políticos que suelo escribir para esta sección de "El Plural", en esta ocasión intentaré plasmar una serie de observaciones, planteadas desde una perspectiva puramente médica, acerca del “brote” de estrés laboral que recientemente se ha "cebado" con el colectivo de los controladores aéreos españoles, y que ha tenido su mayor tasa de incidencia en quienes trabajan en el aeropuerto de El Prat de Barcelona.

1. No existe casuística en la bibliografía médica que correlacione el estrés laboral con su aparición masiva y mucho menos con su manifestación “en brotes”, lo que no excluye que en determinados colectivos laborales puedan darse varios casos simultáneos coincidiendo con reivindicaciones laborales y/o salariales, algo que lógicamente extralimita el campo médico.

2. Cuando un paciente acude a un médico de familia solicitando una baja laboral por estrés, la actitud más prudente del profesional será la de extender el correspondiente parte sobre todo si el enfermo le advierte del peligro de daños a terceros que podría acarrear su permanencia en el puesto de trabajo. Acto seguido, el médico procederá a estudiar el trastorno y/o remitir al paciente al especialista de salud mental para iniciar cuanto antes un tratamiento que restituya su salud y prevenga la aparición de secuelas siempre y cuando sufra el trastorno.

Consideremos que por tratarse de una enfermedad con síntomas netamente subjetivos, le será difícil al facultativo, en una primera entrevista, corroborar si se encuentra ante un enfermo real o un simulador.

3. En el caso de los controladores aéreos, llama poderosamente la atención que los responsables del colectivo atribuyan sus síntomas (fatiga, tensión, agotamiento…) al “excesivo número de horas” que deben trabajar, mientras que la empresa asegura que en junio de 2009 los controladores de El Prat hicieron más horas que en junio de 2009 sin que entonces plantearan queja alguna ni manifestaran síntomas de estrés.

Es curioso constatar la coincidencia de que los síntomas de los controladores se hayan presentado al mismo tiempo que su sueldo ha disminuido, por la aplicación de una nueva normativa impuesta por el Ministerio de Fomento, respecto al del año anterior cuando trabajaban más y, pese a ello, no sufrían estrés.

Aunque la relación entre la predisposición a sufrir el estrés laboral y la reducción del nivel de ingresos puede tener cierta “explicación médica” si nos esforzamos en buscarla, la capacidad que demostraron los controladores para “no estresarse” durante el período en que gran parte de su salario lo cobraban como horas extra sería más difícil de explicar y sobre todo de entender.

4. También me ha llamado la atención (y creo que estoy empezando a incumplir mi propósito de no hacer análisis político en este artículo) que en unas declaraciones hechas por el secretario de Comunicación de USCA, César Cabo, se advierta de que “como consecuencia de la tensión que se vive en las torres de control, las bajas laborales pueden ir a más si AENA sigue programando igual el trabajo”.

De inmediato, me he preguntado “qué tipo de tensión” sería la que debieron soportar los controladores hace un año cuando algunos llegaban a cobrar más que un jefe de servicio de un equipo quirúrgico, un ministro del Gobierno y un alto ejecutivo de banca, todos juntos, por supuesto.

Recordemos que el ministro de Fomento José Blanco, declaró no hace mucho que alguno de los 2.400 controladores que trabajan para AENA llegó a percibir en 2009 un total de 900.000 euros al mismo tiempo que la media del colectivo rebasaba la nada despreciable cifra de los 300.000.



REFLEXIÓN FINAL

Ante este singular y endogámico colectivo (son los propios controladores quienes deciden que aspirantes superan o no los exámenes de acceso) que se ha estado autogestionando durante 20 años, ver ahora cómo se les desmonta su poder al verse obligados a acatar unas normas retributivas más acordes con lo que cobran por su trabajo sus colegas europeos, parece lógico presuponer que los controladores estén bastante a disgusto.

Por otro lado, parece también justificado que el ministro de Fomento le haya pedido a la Seguridad Social que investigue las masivas bajas laborales presentadas durante los últimos días al coincidir con un momento “caliente" como es el inicio del período vacacional, y con un evidente conflicto de interesas que hace sospechar que la “epidemia” de los controladores estresados sea en realidad una huelga encubierta

domingo, 18 de julio de 2010

SUSPICIOUS MINDS






SUSPICIOUS MINDS

Mark James, autor de temas tan celebrados como "Hooked on a feelin” o "Always on my mind" escribió y grabó en 1968 una de esas canciones que ya antes de quedar prensada en el vinilo están predestinadas a convertirse en superventas y entrar en la categoría de “temazo” por los siglos de los siglos: "Suspicious Minds".

La versión de Mark James, que sin ser una maravilla era la versión del autor y eso le confiere un valor incuestionable, vio la luz como uno de esos temas del country melódico capaz de seducir hasta a quienes no les gusta el country. Sin embargo, a la interpretación de James le faltaba ese toque especial capaz de convertir en genial a un tema ya bueno de por si.

Cuando Elvis Presley escuchó "Suspicious Minds" quedó seducido de inmediato por su letra y sobre todo por su música, por ello, y a través de su productor, contactó con el autor para solicitarle el tema con la promesa de que haría de él una versión que sería todo un éxito. Y vaya si lo logró.

En enero de 1969, el Rey se metió en el estudio y grabó "Suspicious Minds" de un modo bastante fiel a la versión original en una sesión histórica en la que grabó también “In the Ghetto”, el segundo pilar que le afianzó en su regreso a los escenarios tras un largo tiempo de inactividad y de pobre respuesta por parte del público.

Elvis interpretó por primera vez la canción de Mark James en la mítica actuación-reaparición en el Hilton de Las Vegas el 31 de julio de 1969 y el 26 de agosto salió a la venta el single que se convertiría en el primer y último número uno de su última etapa en la que Elvis consiguió recuperar la popularidad perdida después de muchas y muy malas películas y un sin fin de canciones de escasa calidad. Después, ningún otro single de Elvis escaló hasta el high-top de las listas norteamericanas.

Como la canción prometía ser una mina, el Coronel Parker, manager de Elvis, intentó su maniobra habitual de “robar” los derechos de autor a fin de que éste pasara a ser de su autoría, sin embargo, Mark James no estuvo por la labor y por muy poco no se fue al traste la grabación de no ser por la oportuna intervención de Elvis que, haciendo caso ajeno a las recomendaciones de Tom Parker, se negó a perder la oportunidad de incorporar "Suspicious Minds" a su repertorio.


EL TEMA

"Suspicious Minds" relata los problemas de una relación amorosa marcada por la inseguridad y por los celos.

Desde un punto de vista estrictamente técnico y musical, la canción entra de pleno en el género de las baladas country con la especial característica del toque gospel que aportan, sobre todo, los coros.

En el tema encontramos dos partes bien definidas cuya alternancia marca un efectivo cambio de ritmo al pasar de un rápido 4/4 a un 3/4 mucho más lento para regresar de nuevo al 4/4 inical retomando así la tónica más dinámica del registro.

Llama poderosamente la atención un intencionado “fade-out” que puede escucharse a partir del minuto 3’:43” cuando el sonido se va desvaneciendo poco poco a poco durante casi quince segundos en los que parece que la canción vaya a finalizar para, súbitamente, resurgir de nuevo con fuerza como si se resistiera a desaparecer del todo. Esta característica fue explicada por los productores como una atenuación intencionada con la que se pretendía transmitir al oyente la mayor coherencia posible entre el mensaje de la letra y la música que la envuelve.

Como dato curioso, destacaré que en los coros, que como ya hemos dicho confieren al tema un notable aire gospel, interviene Donna Jean Godcheaux, quien luego sería vocalista de la banda de rock Grateful Death.


VERSIONES DESTACABLES DE "SUSPICIOUS MINDS"

Además de la “versión original” de Mark James y la “oficial” de Elvis Presley, hay muchas otras versiones aunque no tantas como cabría desperar de un tema tan bien instalado en los más conocidos rankings de canciones favoritas.
En primer lugar me gustaría destacar la versión de la cantante de soul Dee Dee Warwik (hermana de Dioone Warwik), quien realiza una excelente interpretación que posibilita el lucimiento de todos los matices de su excelente voz y la canción en un “auténtico” tema soul que parece como si hubiera sido escrito especialmente para ella. La versión de Dee Dee Warwik coincidió en las listas de éxitos con la de Elvis durante 1970, aunque sin llegar a rebasar el puesto número 80.

Otra versión a destacar es la que Waylon Jennings (quizás el mayor propulsor del movimiento Outlaw que revolucionó, en los años ´70, el circuito comercial de la música country) grabó junto con su esposa Jessi Colter para el sello RCA en 1970 y que alcanzó el número 25 en la lista Bilboard en noviembre de 1970. El tema fue relanzado en 1976 alcanzando entonces elnúmero 2 de la lista de ventas.

Candi Staton, cantante de Gospel nacida en Alabama en 1940, hizo una versión de “Suspicious Mind” que alcanzó un éxito considerable en el Reino Unido en 1982.

También la La banda Fine Young Cannibals (con la participación en los coros de Jimmy Somerville y su pecualiar voz) grabó en 1986 una versión del tema que alcanzó el puesto numero 8 en Reino Unido.

Igualmente es destacable la grabación de "Suspicious Minds" realizada por el cantante country Dwight Yoakam incluída en la banda sonora de la película “Luna de miel para tres” ("Honeymoon in Vegas”) estrenada en 1992. El tema fue incluido mas tarde en álbum recopilatorio “The Very Best of Dwight Yoakam”.



"Distinta" podría ser el calificativo más apropiado para la versión de "Suspicious Minds" hecha por Gary Glitter, creador del glam-rock, un género musical nacido en Gran Bretaña en pleno auge del Gay Power (recordemos los cultores del gay-rock y del glam-rock como Lou Red o su amigo David Bowie que enarbolaron la iconografía nostálgica mas andrógina de la época) y caracterizado por la proliferación de cantantes luciendo vestimentas plateadas y un profuso maquillaje con predominio de purpurinas y barras de labios, y que alcanzó su apogeo a principios de la década de los ´70.

En 1996 también la banda de pop punk estadounidense Bowling for Soup sucumbió a la magia del tema grabándolo en uno de sus álbumes.

En 2002 Gareth Gates (jovencísimo cantante británico nacido en 1984) lanzó un single con dos "caras A" que alcanzó el número 1 en las listas del Reino Unidos. Los temas de este sencillo fueron sus versiones de “The long a winding road” y una buenísima interpretación de “Suspicious Mind”.

Entre las mas recientes versiones grabadas de este tema que, como vemos, sigue estando vigente, destaca la de la banda estadounidense Rusted Root (2009) conocida por su fusión de bluegrass, rock y una base de percusión étnica, y, ya por último la del cantante pop norteamericano Clay Aiken (2010)



LA LETRA DE LA CANCIÓN


SUSPICIOUS MINDS

WE´RE CAUGHT IN A TRAP
I CAN´T WALK OUT
BECAUSE I LOVE YOU TOO MUCH BABY
WHY CAN´T YOU SEE
WHAT YOU´RE DOING TO ME
WHEN YOU DON´T BELIEVE A WORD I SAY?
WE CAN´T GO ON TOGETHER
WITH SUSPICIOUS MINDS
AND WE CAN´T BUILD OUR DREAMS
ON SUSPICIOUS MINDS
SO, IF AN OLD FRIEND I KNOW
DROPS BY TO SAY HELLO
WOULD I STILL SEE SUSPICION IN YOUR EYES?
HERE WE GO AGAIN
ASKING WHERE I´VE BEEN
YOU CAN´T SEE THESE TEARS ARE REAL
I´M CRYING
WE CAN´T GO ON TOGETHER
WITH SUSPICIOUS MINDS
AND BE CAN´T BUILD OUR DREAMS
ON SUSPICIOUS MINDS
OH LET OUR LOVE SURVIVE
OR DRY THE TEARS FROM YOUR EYES
LET´S DON´T LET A GOOD THING DIE
WHEN HONEY, YOU KNOW
I´VE NEVER LIED TO YOU
MMM YEAH, YEAH


MENTE SUSPICAZ
(PENSAMIENTOS DESCONFIADOS)


ESTAMOS ATRAPADOS EN UNA TRAMPA
NO PUEDO MARCHARME
PORQUE TE AMO DEMASIADO NENA
¿PORQUÉ NO PUEDES VER
LO QUE ME HACES
CUANDO NO CREES UNA SOLA PALABRA QUE DIGO?
NO PODEMOS SEGUIR JUNTOS
CON UNA MENTALIDAD SUSPICAZ
Y NO PODEMOS CONSTRUIR NUESTROS SUEÑOS
EN PENSAMIENTOS DESCONFIADOS
ASÍ QUE SI UN VIEJO AMIGO QUE CONOZCO
LLEGA POR AQUÍ PARA SALUDAR
¿SEGUIRÍA VIENDO DESCONFIANZA EN TUS OJOS?
AQUÍ VAMOS OTRA VEZ
PREGUNTANDO DONDE HE ESTADO
NO PUEDES VER QUE ESTAS LÁGRIMAS SON REALES
ESTOY LLORANDO
NO PODEMOS SEGUIR JUNTOS
CON UNA MENTALIDAD SUSPICAZ
Y NO PODEMOS CONSTRUIR NUESTROS SUEÑOS
EN PENSAMIENTOS DESCONFIADOS
OH DEJA QUE NUESTRO AMOR SOBREVIVA
O SECA LAS LÁGRIMAS DE TUS OJOS
NO HAY QUE DEJAR QUE UNA COSA BUENA MUERA
CUANDO NENA, TU SABES
NUNCA TE HE MENTIDO
MMM SÍ, SÍ






Como curiosidad final no he podido reprimir la tentación de incluir un enlace con la
versión en español que de "Suspicious Minds" hace un colombiano llamado Marco (también conocido como "La Voz"), toda una muestra de mal gusto tan, tan cutre que hasta puede llegar a ser entrañable.