BREVE DESCRIPCIÓN DEL ESTRÉS LABORAL
Hay quienes describen el estrés laboral como la enfermedad de la clase trabajadora del siglo XXI. Aunque tal vez sea una aseveración algo aventurada, no creo que anden muy desencaminados quienes así opinan.
En un intento apresurado por abreviar el concepto, podríamos definir el estrés laboral como un trastorno de ansiedad relacionado con el entorno de trabajo y caracterizado por la presencia de síntomas de somatización orgánica (dolor de cabeza, palpitaciones, pérdida de apetito, cansancio, sensación de falta de aire, boca seca, aumento de la transpiración…) asociados a una actitud ansiosa con dificultad de concentración, irritabilidad, pensamientos negativos, sentimientos de frustración e impotencia y falta de capacidad para la toma de decisiones.
En cualquier caso, y desde un punto de vista epidemiológico, podemos asegurar que el estrés laboral no es un proceso que se presente en brotes (como ocurre con ciertas enfermedades infecciosas) ni que aparezca en unas fechas preferentes o predecibles.
Si bien es cierto que nadie se encuentra a salvo de sufrir este síndrome, no es menos verdadero que determinadas profesiones se consideran de mayor riego para padecerlo: médicos y enfermeros (especialmente los que trabajan en las UCI y en los servicios de urgencias), profesores, policías, mineros, ejecutivos, controladores aéreos, personal que trabaja con rotación de horarios y en frecuentes turnos de noche, trabajadores con exceso de horas extra, etc.
LOS CONTROLADORES AÉREOS Y EL ESTRÉS LABORAL
Como contrapunto a los habituales análisis políticos que suelo escribir para esta sección de "El Plural", en esta ocasión intentaré plasmar una serie de observaciones, planteadas desde una perspectiva puramente médica, acerca del “brote” de estrés laboral que recientemente se ha "cebado" con el colectivo de los controladores aéreos españoles, y que ha tenido su mayor tasa de incidencia en quienes trabajan en el aeropuerto de El Prat de Barcelona.
1. No existe casuística en la bibliografía médica que correlacione el estrés laboral con su aparición masiva y mucho menos con su manifestación “en brotes”, lo que no excluye que en determinados colectivos laborales puedan darse varios casos simultáneos coincidiendo con reivindicaciones laborales y/o salariales, algo que lógicamente extralimita el campo médico.
2. Cuando un paciente acude a un médico de familia solicitando una baja laboral por estrés, la actitud más prudente del profesional será la de extender el correspondiente parte sobre todo si el enfermo le advierte del peligro de daños a terceros que podría acarrear su permanencia en el puesto de trabajo. Acto seguido, el médico procederá a estudiar el trastorno y/o remitir al paciente al especialista de salud mental para iniciar cuanto antes un tratamiento que restituya su salud y prevenga la aparición de secuelas siempre y cuando sufra el trastorno.
Consideremos que por tratarse de una enfermedad con síntomas netamente subjetivos, le será difícil al facultativo, en una primera entrevista, corroborar si se encuentra ante un enfermo real o un simulador.
3. En el caso de los controladores aéreos, llama poderosamente la atención que los responsables del colectivo atribuyan sus síntomas (fatiga, tensión, agotamiento…) al “excesivo número de horas” que deben trabajar, mientras que la empresa asegura que en junio de 2009 los controladores de El Prat hicieron más horas que en junio de 2009 sin que entonces plantearan queja alguna ni manifestaran síntomas de estrés.
Es curioso constatar la coincidencia de que los síntomas de los controladores se hayan presentado al mismo tiempo que su sueldo ha disminuido, por la aplicación de una nueva normativa impuesta por el Ministerio de Fomento, respecto al del año anterior cuando trabajaban más y, pese a ello, no sufrían estrés.
Aunque la relación entre la predisposición a sufrir el estrés laboral y la reducción del nivel de ingresos puede tener cierta “explicación médica” si nos esforzamos en buscarla, la capacidad que demostraron los controladores para “no estresarse” durante el período en que gran parte de su salario lo cobraban como horas extra sería más difícil de explicar y sobre todo de entender.
4. También me ha llamado la atención (y creo que estoy empezando a incumplir mi propósito de no hacer análisis político en este artículo) que en unas declaraciones hechas por el secretario de Comunicación de USCA, César Cabo, se advierta de que “como consecuencia de la tensión que se vive en las torres de control, las bajas laborales pueden ir a más si AENA sigue programando igual el trabajo”.
De inmediato, me he preguntado “qué tipo de tensión” sería la que debieron soportar los controladores hace un año cuando algunos llegaban a cobrar más que un jefe de servicio de un equipo quirúrgico, un ministro del Gobierno y un alto ejecutivo de banca, todos juntos, por supuesto.
Recordemos que el ministro de Fomento José Blanco, declaró no hace mucho que alguno de los 2.400 controladores que trabajan para AENA llegó a percibir en 2009 un total de 900.000 euros al mismo tiempo que la media del colectivo rebasaba la nada despreciable cifra de los 300.000.
REFLEXIÓN FINAL
Ante este singular y endogámico colectivo (son los propios controladores quienes deciden que aspirantes superan o no los exámenes de acceso) que se ha estado autogestionando durante 20 años, ver ahora cómo se les desmonta su poder al verse obligados a acatar unas normas retributivas más acordes con lo que cobran por su trabajo sus colegas europeos, parece lógico presuponer que los controladores estén bastante a disgusto.
Por otro lado, parece también justificado que el ministro de Fomento le haya pedido a la Seguridad Social que investigue las masivas bajas laborales presentadas durante los últimos días al coincidir con un momento “caliente" como es el inicio del período vacacional, y con un evidente conflicto de interesas que hace sospechar que la “epidemia” de los controladores estresados sea en realidad una huelga encubierta
Ola Alberto,
ResponderEliminarpara completar tu informe te contare algunas cosas q por espacio u otros no aparecen en los periodicos pero que SI esta documentada por la agencia de seguridad española AESA, controlada por los mismos que prpognaron el r.d.l y posterior ley q es fomento.
el estres viene causado por la incapacidad de mantener el control de la situacion.En un controlador aereo es algo ironico y,ademas,especialmente preocupante porq les pagan para eso.
La nueva ley creada para la ordenacion y regulacion del sector aereo apuesta por organizar nuevos turnos de trabajo.Mas horas de control por persona,menos sectores abiertos y mas aviones a controlar por persona/hora.Para cuadrar esto los controladores pasan en un mismo turno por difernetes sectores y dan mas relevos,siendo este momento el mas peligroso de todos pues la persona se sienta y tarda en chequear la posicion de los aviones mientras estos no dejan de avanzar.Esto es más eficiente pero a la vez incide en mayor probabilidad de accidentes aereos.Es de conocimeinto comun, y OACI,EUROCONTROL y cualquier piloto te lo dira q para q se produzca un accidente se tiene q dar una media de 7 errores de diferente tipo e intensidad.A dia de hoy, el cambio de procedimeintos sin una formacion es uno de ellos,como mantener todo el verano los sectores al maximo de su capacidad. Ademas,en verano se ha anunciado 24 horas de descanso cada 6 dias para la plantilla.En realidad lo que se hace es que durante todo el mes de julio se da de descanso las 24 horas que van de salir de trabjar de noche a las 730 am a volver a trabajar el dia siguiente por la mañana a las 730.Eso da que como despues de trabajar hay q dormir y antes tambien, un controlador aereo pasa 14, o 12 si quieres, durmiendo.Este es el descanso maximo seguido cada 6 dias y se puede aguantar una semana, pero quiza no un mes,o dos, con maxima carga de trabajo.Este seria otro error.
En el turno de trabajo de agosto no se han respetado las vacaciones aprobadas por la empresa y, por lo tanto, el controlador aereo no sabe cuando va a descansar.
El tema de la fatiga es importante pues quiero q seas conciente q cada vez q yo he cometido un error tipografico escribiendo este texto he podido parar,borrar y volver a empezar tranquilamente mientras que para un controlador aereo este error (exacerbado con turnicidad y carga de trabajo maxima) puede costar vidas.Por ultimo,estan los nervios q un controlador,q es una persona,tiene al darse cuenta q de la cadena de 7 errores para el accidente sera el suyo el q saltara a las portadas y sobre su conciencia recaeran esas vidas cuando lo metan en la carcel.
De usuario registrado CCA. Como no he sabido enviar mi comentario a través de su blog lo envié a contacto@elplural.com. Disculpe si causé alguna molestia. saludos
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