martes, 14 de octubre de 2014

Ébola: diferencias en la actitud de los gobiernos de EEUU y España





Dejaré claro previamente que prefiero mil veces la sanidad española antes que la de los EEUU,  una predilección desapasionada que expongo con el conocimiento que me confiere mi condición de médico y la circunstancia de  conocer bien ambos modelos sanitarios. Pero no es de sanidad ni tampoco de ponderar la cualificación de los profesionales sanitarios  de ambos países de lo que trata este artículo, sino de la actitud, calidad humana, competencia y profesionalidad de los políticos norteamericanos en comparación con la de muchos de los españoles en lo que al modo de abordar el problema del ébola ha quedado de manifiesto, así como su respeto y consideración por los trabajadores sanitarios a quienes en EEUU se les ha tratado, al menos en este caso, como héroes mientras en España se le ha llamado mentirosa e inepta a una auxiliar de enfermería infectada sin que nadie haya asumido responsabilidades por ello, haya tenido la dignidad de dimitir o se le haya cesado sin más contemplaciones.

En el titular hago referencia a las diferencias en la actitud ante el ébola por parte de la administración Obama en comparación a la del gobierno de Rajoy, pero citaré sólo dos diferencias aunque hay muchas más que en su momento revisaré.

Apenas concluida la lectura en la web de la NBC News de una información sobre un profesional sanitario contagiado de ébola en Dallas (Texas, EEUU) tras haber atendido a Eric Duncan, primer fallecido en Norteamérica por el mortífero virus, me llamó la atención que las autoridades sanitarias estadounidenses mostraran un respeto exquisito por el sanitario a quien describieron como un héroe y cuyo anonimato preservaron en cumplimiento del deseo de la familia. Recordemos que el enfermero americano es el segundo caso mundial de ébola contraído fuera de África y que el primero fue el de la auxiliar de enfermería española Teresa Romero.


Dice un fragmento del artículo:

“… that health care worker is a heroic person who provided care to Mr. Duncan” (cuya traducción al español es: “..este trabajador sanitario es una persona heroica que proporcionó sus cuidados al [fallecido] señor Duncan”).


Que nadie vea una falta de respeto por mi parte, pero tras leer el artículo de la NBC News, mi subconsciente me envió un sarcástico mensaje sugiriéndome que la traducción del fragmento por parte de nuestros gobernantes podría haber sido:

“… este trabajador sanitario se tocó la cara con la mano, torpe y puede que intencionadamente para infectarse y perjudicar así al partido en el gobierno”.


La segunda diferencia que quiero resaltar entre la actitud de los gobiernos de EEUU y España guarda relación con la mascota de Nina Pham, una enfermera de veintiséis años ingresada en el Texas Health Presbyterian Hospital de Dallas tras haber contraído la infección del ébola como consecuencia de su actividad profesional. Al igual que la auxiliar de enfermería española, Nina era propietaria de un perro que estuvo con ella durante su periodo de incubación; ante tal eventualidad, la decisión de las autoridades estadounidenses fue poner en cuarentena al animal y no sacrificarlo como se ha hecho en España con Excalibur, la mascota de Teresa Romero.

Desde una perspectiva médico-epidemiológica, la decisión de aislar en cuarentena al animal para estudiarlo mediante analíticas y una evaluación diaria de su estado clínico y constantes vitales, posiblemente aporte a la comunidad científica una valiosa información sobre el papel que desempeñan los perros en la cadena de transmisión del virus del ébola así como que actitud adoptar ante una situación similar. Claro, que otra opción sería matar a cualquier ser vivo no humano que haya convivido con un sospechoso de padecer la enfermedad de Ébola y seguir viviendo en la ignorancia cientifica.

Como médico, y también como defensor del derecho de los animales a no ser maltratados, comparto el criterio estadounidense de no haber matado al animal, una solución precipitada (muerto el perro, se acabó el problema que nos supone no saber que hacer con él) que adoptaronnuestras autoridades políticas cuando el tema del ébola aun estaba bajo la jurisdicción de la inepta ministra Ana Mato y no de un comité de expertos como ahora sucede.

Una vez más, Spain is different.


Alberto Soler Montagud
Médico y escritor

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