Como siempre que acaba un año, los
medios muestran cierta proclividad a los balances así como a destacar los
acontecimientos más impactantes o escoger al personaje, la foto, la canción, el
libro o la frase del año por poner algunos ejemplos. Viene esto a colación de
una fotografía que, a lo largo de 2012, ha aparecido en incontables ocasiones
tanto en prensa como en televisión. Se trata de una imagen que habla por si
sola y que reúne méritos suficientes para ser considerada como la foto del año 2012 aunque, curiosamente, no
se tomara ese año sino el 20 de julio de 2011, el mismo día en que Bankia salió a bolsa.
Radiografía
de un coloso derrumbado
En la instantánea en cuestión podemos ver aun sonriente
y triunfador Rodrigo Rato tañendo una campana cuyo sonido marcó la salida a Bolsa de
la entidad bancaria que entonces dirigía: Bankia.
Se trata del mismo Rato que fue vicepresidente segundo
del Gobierno (1996-2003)
que auspició
la reforma de la Ley del Suelo de 1998 y que tomó medidas que insuflaron la
burbuja inmobiliaria que años después nos estallaría a todos, en la cara y en
los bolsillos.
El mismo Rato que en 2004 accedió al cargo de
Director Gerente del FMI y que en 2007 dimitió (por motivos aun no aclarados) sin llegar a verse
involucrado en la quiebra de Lehman Brothers y el consiguiente
comienzo de la primera crisis económica; una hábil y cobarde huída sin haber
tomado medidas para prevenir la debacle.
El mismo Rato a quien la
revista económica Bloomberg designó como
el
quinto peor CEO de 2012 por su incompetente actuación al frente de Bankia.
El mismo Rato, ya imputado, que hace
unos días ha declarado en la Audiencia Nacional para dar su versión de la salida a bolsa de Bankia
en julio de 2011, su intempestiva retirada como director de la misma en mayo
de 2012 y para responder de las circunstancias que desencadenaron la
nacionalización de la entidad financiera, ante las que el señor Rato negó
cualquier tipo de responsabilidad y ha culpabilizado tanto a Zapatero como a Rajoy y al Banco de España.
¿Por
qué precisamente ésta como foto del año?
La foto en cuestión,
además de mostrar a un hombre derrochando satisfacción y orgullo por los cuatro
costados, pone rostro a tantos y tantos políticos, banqueros, empresarios, sindicalistas
y vaya usted a saber cuanta fauna más de individuos ambiciosos y sedientos de
poder a quienes nada importa el estado de bienestar, la libertad y los derechos
de los ciudadanos, así como tampoco la justicia y la igualdad siempre y cuando
se antepongan a sus propios intereses.
No es mi intención denunciar
al señor Rato como portador de los valores negativos antes enunciados, Dios me
libre. Como tampoco lo es afirmar que todos los políticos, banqueros y
empresarios sean tan proclives al egoísmo social y antepongan sus beneficios
personales al bienestar colectivo. Ni mucho menos. Tan solo intento transmitir
lo que muchas veces he sentido al contemplar esta foto y como me ha hecho
evocar el recuerdo de esos individuos que aman el poder por encima de todas las cosas y utilizan a las personas
para obtener de ellas cualquier tipo de beneficio.
Perfil del
triunfador ambicioso y pérfido
Hay una serie de hombres y mujeres
que desde el mundo de la política, las finanzas y la empresa, controlan al
resto de la humanidad interpretando unos papeles que los hace deseables como
líderes cuando, en realidad, son seres deleznables que solo buscan enriquecer
su ego y su bolsillo.
Son individuos que constantemente
actúan, mienten y fingen una sensibilidad que les es ajena. Maestros en el arte
de la manipulación, usan a los demás como unos objetos que solo les sirven para
obtener poder.
Aman tanto la supremacía que, una vez
la alcanzan, es difícil hacer que se desprendan de ella. Tanto es así que, para
mantener el poder, llegan a promover grandes desastres (económicos o políticos)
para luego erigirse como salvadores. Por ello sus nombres se asocian tantas
veces, directa o indirectamente, a crisis económica o bélicas a lo largo de la
historia de la humanidad.
Tan obsesionados están por el mando y
las riquezas que no soportan la frustración cuando algún plan se sale de sus
esquemas. Es entonces cuando llegan a cometer errores y actos de negligencia
que niegan con empecinamiento aunque sus manejos queden en evidencia para
quienes confiaron en ellos.
Conclusión
Insisto en que no es mi intención
considerar al señor Rato como representante del club de personajes ambiciosos y
pérfidos cuyo perfil acabo de describir. Y en todo caso, no me correspondería a
mi juzgarlo sino, mas bien a su conciencia y a quienes dictaminen si ha
cometido algún delito que sea merecedor de castigo.
Sin embargo, sí que quiero resaltar
el valor fotográfico de una imagen (mi propuesta como foto del año 2012) como transmisora de un mensaje de euforia, tal
vez fingida, durante la presentación de un proyecto que, como Bankia, nació muerto y para mas inri se decidió que cotizara en bolsa
cuando nada valía.
Resaltar también el doloroso
contraste entre los perjudicados de una terrible crisis económica y la
opulencia en la que están instalados quienes la ocasionaron, enriqueciéndose
incluso como consecuencia de la misma.
Resaltar la terrible y eterna dualidad
entre la riqueza y la pobreza (y también
la opresión y la sumisión) que inexorablemente se asocia la historia de la
humanidad, así como la bipolaridad de esos individuos cuyas biografías circulan
por un tobogán de ascensiones y caídas, euforias y depresiones, en las que los
beneficios de las primeras son siempre personales mientras que las
consecuencias de las segundas, siempre van en detrimento del bienestar colectivo.
Colofón
Dijo Platón, que sólo deberíamos permitir que nos gobernaran
quienes no tienen anhelos de poder. Una utopía con la que me despido hasta
2013, deseando a todos un feliz presente y futuro.
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