miércoles, 26 de diciembre de 2012

FOTO DEL AÑO: ¿POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS, SEÑOR RATO?







Como siempre que acaba un año, los medios muestran cierta proclividad a los balances así como a destacar los acontecimientos más impactantes o escoger al personaje, la foto, la canción, el libro o la frase del año por poner algunos ejemplos. Viene esto a colación de una fotografía que, a lo largo de 2012, ha aparecido en incontables ocasiones tanto en prensa como en televisión. Se trata de una imagen que habla por si sola y que reúne méritos suficientes para ser considerada como la foto del año 2012 aunque, curiosamente, no se tomara ese año sino el 20 de julio de 2011, el mismo día en que Bankia salió a bolsa.


Radiografía de un coloso derrumbado
En la instantánea en cuestión podemos ver aun sonriente y triunfador Rodrigo Rato tañendo una campana cuyo sonido marcó la salida a Bolsa de la entidad bancaria que entonces dirigía: Bankia.
Se trata del mismo Rato que fue vicepresidente segundo del Gobierno (1996-2003) que auspició la reforma de la Ley del Suelo de 1998 y que tomó medidas que insuflaron la burbuja inmobiliaria que años después nos estallaría a todos, en la cara y en los bolsillos.
El mismo Rato que en 2004 accedió al cargo de Director Gerente del FMI y que en 2007 dimitió (por motivos aun no aclarados) sin llegar a verse involucrado en la quiebra de Lehman Brothers y el consiguiente comienzo de la primera crisis económica; una hábil y cobarde huída sin haber tomado medidas para prevenir la debacle.
El mismo Rato a quien la revista económica Bloomberg designó como el quinto peor CEO de 2012 por su incompetente actuación al frente de Bankia.
El mismo Rato, ya imputado, que hace unos días ha declarado en la Audiencia Nacional para dar su versión de la salida a bolsa de Bankia en julio de 2011, su intempestiva retirada como director de la misma en mayo de 2012 y para responder de las circunstancias que desencadenaron la nacionalización de la entidad financiera, ante las que el señor Rato negó cualquier tipo de responsabilidad y ha culpabilizado tanto a Zapatero como a Rajoy y al Banco de España.

¿Por qué precisamente ésta como foto del año?
La foto en cuestión, además de mostrar a un hombre derrochando satisfacción y orgullo por los cuatro costados, pone rostro a tantos y tantos políticos, banqueros, empresarios, sindicalistas y vaya usted a saber cuanta fauna más de individuos ambiciosos y sedientos de poder a quienes nada importa el estado de bienestar, la libertad y los derechos de los ciudadanos, así como tampoco la justicia y la igualdad siempre y cuando se antepongan a sus propios intereses.

No es mi intención denunciar al señor Rato como portador de los valores negativos antes enunciados, Dios me libre. Como tampoco lo es afirmar que todos los políticos, banqueros y empresarios sean tan proclives al egoísmo social y antepongan sus beneficios personales al bienestar colectivo. Ni mucho menos. Tan solo intento transmitir lo que muchas veces he sentido al contemplar esta foto y como me ha hecho evocar el recuerdo de esos individuos que aman el poder por encima de todas las cosas y utilizan a las personas para obtener de ellas cualquier tipo de beneficio.


Perfil del triunfador ambicioso y pérfido

Hay una serie de hombres y mujeres que desde el mundo de la política, las finanzas y la empresa, controlan al resto de la humanidad interpretando unos papeles que los hace deseables como líderes cuando, en realidad, son seres deleznables que solo buscan enriquecer su ego y su bolsillo.

Son individuos que constantemente actúan, mienten y fingen una sensibilidad que les es ajena. Maestros en el arte de la manipulación, usan a los demás como unos objetos que solo les sirven para obtener poder.

Aman tanto la supremacía que, una vez la alcanzan, es difícil hacer que se desprendan de ella. Tanto es así que, para mantener el poder, llegan a promover grandes desastres (económicos o políticos) para luego erigirse como salvadores. Por ello sus nombres se asocian tantas veces, directa o indirectamente, a crisis económica o bélicas a lo largo de la historia de la humanidad.

Tan obsesionados están por el mando y las riquezas que no soportan la frustración cuando algún plan se sale de sus esquemas. Es entonces cuando llegan a cometer errores y actos de negligencia que niegan con empecinamiento aunque sus manejos queden en evidencia para quienes confiaron en ellos.


Conclusión

Insisto en que no es mi intención considerar al señor Rato como representante del club de personajes ambiciosos y pérfidos cuyo perfil acabo de describir. Y en todo caso, no me correspondería a mi juzgarlo sino, mas bien a su conciencia y a quienes dictaminen si ha cometido algún delito que sea merecedor de castigo.






Sin embargo, sí que quiero resaltar el valor fotográfico de una imagen (mi propuesta como foto del año 2012) como transmisora de un mensaje de euforia, tal vez fingida, durante la presentación de un proyecto que, como Bankia, nació muerto y para mas inri se decidió que cotizara en bolsa cuando nada valía.

Resaltar también el doloroso contraste entre los perjudicados de una terrible crisis económica y la opulencia en la que están instalados quienes la ocasionaron, enriqueciéndose incluso como consecuencia de la misma.

Resaltar la terrible y eterna dualidad entre la riqueza y la pobreza  (y también la opresión y la sumisión) que inexorablemente se asocia la historia de la humanidad, así como la bipolaridad de esos individuos cuyas biografías circulan por un tobogán de ascensiones y caídas, euforias y depresiones, en las que los beneficios de las primeras son siempre personales mientras que las consecuencias de las segundas, siempre van en detrimento del bienestar colectivo.


Colofón

Dijo Platón, que sólo deberíamos permitir que nos gobernaran quienes no tienen anhelos de poder. Una utopía con la que me despido hasta 2013, deseando a todos un feliz presente y futuro.

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