Señor
González, entiendo que esté usted nervioso debido a las legales y legítimas
huelgas que llevan a cabo estos días los trabajadores de televisión autonómica
madrileña, los profesionales de la Sanidad
y los trabajadores del Metro de Madrid. Entiendo que le resulte duro
llevar a sus espaldas el peso que la señora Aguirre, inteligentemente y con muy
buena visión de futuro, decidió que no recayera sobre las suyas al optar por
una oportuna renuncia. Pero lo que no puedo entender, compartir ni tolerar es
que, desbordado por la situación, diga que "es hora de quien tenga
competencia regule las huelgas, sobre todo las del sector público, porque se
está abusando de este derecho de manera insolidaria e injusta". ¿Qué
desfachatez es esta?
Hoy
miércoles 26 de diciembre de 2012 les ha pedido los profesionales de la sanidad
madrileña que "no jueguen" con la salud de los ciudadanos y les ha
recordado que "no se puede utilizar a los pacientes ni a los enfermos para
reivindicaciones laborales, por
muy legítimas que estas sean". Por mi parte, y del mismo modo, quisiera
recordarle, señor Gonzáles, que es el partido al que usted pertenece el que no
debería “jugar” con la salud de los madrileños ni “utilizar” a su antojo a los
pacientes y enfermos que les votaron y a quienes engañaron con unas promesas
electorales que son incapaces de cumplir al amparo de una herencia recibida con
la que quieren tapar su incompetencia y que, a estas alturas y tras un año de
gobierno deberían estar ya resueltas y descontadas, máxime cuando las peores
‘herencias’ que el señor Rajoy recibió procedían de comunidades autónomas
gobernadas por ustedes durante el zapaterismo.
Dice
usted, señor presidente que "los madrileños tienen derecho a ser atendidos
por los profesionales sanitarios porque pagan sus impuestos" y que “no se debe utilizar los servicios públicos
de salud para reivindicaciones particulares, sindicales o profesionales a costa
de los ciudadanos", pero no tiene la honradez de reconocer que las
urgencias se están atendiendo debidamente durante la huelga ni tampoco dice
nada de los derechos de un colectivo –el sanitario– al que su gobierno está
sumiendo en una precariedad de condiciones de trabajo, cercenando además sus derechos
y recortándoles salvajemente las retribuciones hasta dejarlas muy por debajo de
las responsabilidades que tienen que asumir.
Le parece
a usted mal que quienes están ejerciendo su derecho a la huelga “utilicen los
servicios públicos de salud para reivindicaciones particulares, sindicales o
profesionales” pero calla ante el hecho de que su partido “utilice”
instituciones las Cortes Españolas o los Parlamentos Autonómicos para llevar a
cabo una enloquecida campaña de privatizaciones de lo público.
Dice,
señor González, que la huelga en la sanidad madrileña se basa en argumentos
"absolutamente falsos" porque la Comunidad no piensa “privatizar, ni
vender, ni quitar prestaciones a los ciudadanos ni a exigir que se cobre por
los servicios" cuando es algo que ya se está haciendo y es más que
evidente que detrás de unas inocentes ‘externalizaciones’ de servicios se
esconde una campaña de acoso y derribo de la sanidad pública cuyos
beneficiarios finales serán las compañías y las mutuas que acaben haciéndose cargo
de la salud de los españoles si nadie con dos dedos de frente y tres dedos de
sensibilidad moral y social lo impide.
No
contento con tanto despropósito, señor González, se atreve usted a exigir que
“se regule el derecho a la huelga porque los sindicatos están abusando de
ella”. Sin embargo, los hechos demuestran que los únicos que “abusan” son
quienes, al amparo de una mayoría absoluta descaradamente prepotente, quieren
instaurar un modelo neoliberal, privatizar todo lo que se les ponga por
delante, acabar con cualquier estado de bienestar que no pueda pagarse y
re-pagarse, y al mismo tiempo tener la desfachatez de decir que están haciendo
una política del pueblo y para el pueblo.
Si me
admite un consejo, señor Gonzáles, creo que debería hacérselo ver porque, tal y
como plantea la situación y el modo en que está abordando el conflicto de las
huelgas, con todo mi respeto se lo digo,
anda usted equivocado si cree que va a salir fresco y lozano del
atolladero en que la señora Aguirre le metió al designarle su sucesor. Eso si
que es una ‘herencia’ y lo demás tonterías.
Alberto Soler Montagud
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