Elena Valenciano da la cara tras la
debacle electoral gallega y vasca
Tras los reveses electorales de Euskadi y, sobre todo, de Galicia, queda meridianamente claro que el socialismo, o mejor, la socialdemocracia española y el partido mayoritario que la representa necesitan urgentemente una reestructuración de tanta envergadura como la que en su día sucediera con la refundación de Alianza Popular y quien sabe si tan drástica como la autoinmolación de la UCD.
Debacle
electoral
La debacle en las urnas
gallegas y vascas ha sido terriblemente premonitoria de lo que le puede aguardar
a un partido, el socialista obrero
español, que hace tiempo hizo aguas y que, hoy por hoy, no se comporta ni
transmite la imagen de una verdadera alternativa de gobierno.
Las
artimañas de la derecha neoliberal
Mal que les pese a muchos,
el conservadurismo neoliberal juega muy bien sus cartas y ha sabido comerle terreno
al PSOE al enarbolar la bandera del centrismo cuando así les ha convenido.
Igualmente, los populares pasan a
actuar como la derecha que son (incluso dura, aunque no lo reconozcan) ante
aquellos que añoran una mano fuerte que devuelva a la patria las buenas
costumbres perdidas. Tantas facetas pueden mostrar los neoliberales que hasta dicen ser “el partido del pueblo” cuando les
conviene mentir en esa dirección a unos obreros que incomprensiblemente mantienen
en la poltrona a quienes les empobrecen cada vez que votan a un partido que nunca les
ha representado.
Consideremos que si cientos de miles de obreros españoles (muchos de ellos en el paro) han votado (y volverían a votar) a la derecha algo muy mal debe estar haciendo el PSOE y algo muy grave sucede en el PSOE.
Consideremos que si cientos de miles de obreros españoles (muchos de ellos en el paro) han votado (y volverían a votar) a la derecha algo muy mal debe estar haciendo el PSOE y algo muy grave sucede en el PSOE.
Actuar
como un verdadero partido de izquierdas
Nada más lejos de mi intención proponer a los
socialistas que utilicen las capciosas estratagemas que usa la derecha. Más bien sería al contrario, pues así como la derecha obtiene votos si se muestra como
no es, el PSOE los ganaría si actuara
como un auténtico partido de izquierdas.
Muchos de los que hoy se abstienen, probablemente votaran a una opción socialdemócrata si fuera lo suficientemente honesta como para creer en ella.
Es por ello que le sugiero al PSOE que se
autoevalúe, que tenga capacidad de autocrítica y que se invista de un auténtico espíritu de renovación. No ya dirigido solo a cambiar nombres de hombre y mujeres sino
a enmendar y transformar el partido.
Tal vez el PSOE podría resolver un elevado porcentaje de sus problemas solo siendo consecuente con sus siglas.
Los objetivos del PSOE
Tres
deberían ser los objetivos prioritarios de lucha por parte del Partido Socialista Obrero Español: uno dirigido a desmontar las mentiras
del Partido Popular; el
segundo encaminado a acabar con la ‘abstención’ y el tercero centrado en el propio partido considerándolo como un problema que hay que resolver sin dilación.
Si
el partido socialista consiguiera
reaccionar hasta clarificar sus ideas; si hubiera unas auténticas primarias
en las que los números uno de las listas se decidieran desde abajo; si el
programa electoral naciera de las bases y no lo elaborara el aparato; si se analizara a fondo la
abstención; si todo esto se tuviera en cuenta, otro
gallo le cantaría al PSOE. Y también al PP.
Sin duda alguna.
Sin duda alguna.
Un
PSOE con ideas renovadas y caras nuevas
La situación es tan grave en
el seno del PSOE que no basta con dar un ‘golpe de timón’ y corregir el rumbo
cuando tal vez lo que hay que cambiar es el timón, el piloto y también al capitán. Sustituir a los
oficiales y hasta el último marinero que no hagan bien su trabajo. Y si fuera
necesario, cambiar incluso la nave .
Solo después se podría
construir una socialdemocracia sin tapujos que se mostrara como
un auténtico partido socialista y obrero de izquierdas. Un partido con caras nuevas y con ideas renovadas.
Alberto Soler Montagud
Estoy de acuerdo, el PSOE tiene que hacer honor a sus siglas, y ya puestos empezaría por la última, pues siendo un partido centenario como es, me parece sorprendente que siga sin concretar modelo de estado alguno, por no hablar de compromiso para defenderlo como estamos viendo en Catalunya. ¿Se puede confiar en un partido que no se aclara ni en algo tan básico? Yo creo que no, por muy proletario que seas.
ResponderEliminarMuy cierto: si el PSOE y el PP reflexionaran sobre sus programas y sus estructuras, mejor les iría. Lo mismo le ocurriría a la junta de vecinos de mi casa y a mi peña ciclista, entre otras muchas directivas de grupos sociales. Pero a esta reflexión, tan de moda ahora mismo, le falta, a mi entender, otra más necesaria: la de los ciudadanos que hemos perdido el norte, puede que irremisiblemente. Ya pueden mejorar los mensajes y la acción de los partidos, acercándose más a nosotros y nuestra realidad. Si nuestra capacidad receptora es puede tragar que el partido fundado por los franquistas es "el del pueblo", si votamos por mayoría absoluta a sus dirigentes (inocentes judicialmente, pero sorprendidos vistiendo regalos vergonzosamente espléndidos de delincuentes, y llevando maletines llenos de billetes por la calle)si aceptamos una reforma laboral "para crear empleo" que abarata el despido, etc., etc... ¿No cabe también una reflexión al respecto? Eso sí en lo que somos muy eficaces es en, al día siguiente, "rodear el congreso" y pedir que unos cuantos a quienes no conocemos de nada, ni a sus capacidades ni luces, nos hagan una nueva constitución. Estamos "apañáos"
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