El viernes 12 de octubre, el Comité Noruego encargado de la selección y concesión de los premios Nobel, otorgó el de la Paz 2012 a la Unión Europea por su trabajo para conseguir la "la paz, la democracia y los derechos humanos" en Europa tras la II Guerra Mundial, y porque el concepto de "guerra continental" haya evolucionado hasta convertirse en "paz continental". No obstante, aunque la paz y la reconciliación europea tras la Segunda Guerra Mundial sean un hecho, así como también la plena democracia (con la caída del Muro de Berlín), algo debe estar sucediendo cuando la concesión está siendo cuestionada por inoportuna e inmerecida.
También hay guerras sin tiros
Aunque casi siete décadas ininterrumpidas avalen la paz en Europa, hay un amplio sector convencido de que el Viejo Continente está inmerso en una ‘guerra’ económica en la que los países del norte han 'invadido' a los del sur al imponerles unas condiciones que los sumirán en la pobreza y les harán depender de ellos (y de sus bancos) durante decenios.
Así planteado nos encontramos con la paradoja de que, mientras los países del sur europeo sufren severas restricciones en materias de salud, educación, salarios, pensiones, subsidio al desempleo y otras partidas sociales, a la Unión Europea se le concede el Nobel de la Paz para premiar el arraigo de “la paz, la democracia y los derechos humanos” en su territorio, precisamente los mismos derechos que ahora se vulneran para combatir la crisis.
Un premio al neocapitalismo liberal
Es posible iniciar una ‘guerra’ si se dispone de un ordenador, las órdenes oportunas de quienes controlan el dinero, unas entidades financieras prestas a colaborar con los poderosos y unos paraísos fiscales donde guardar inmensas fortunas de capitales evadidos. Si a todo esto le sumamos la aplicación de unas políticas neoliberales que propicien la masacre de las clases medias hasta hacerlas desaparecer (sin necesidad de utilizar armas) observaremos como las tasas de pobreza aumentan y como se marcan unas diferencias abismales entre los ricos y los pobres confirmándose que tras un conflicto bélico (tradicional o económico) las clases altas incrementan sus patrimonios y riqueza en la misma proporción en que las clases bajas sucumben a la pobreza.
Si bien en nuestra 'guerra' no habrá millones de muertes (afortunadamente) sí que surgirán millones de damnificados por la debacle socioeconómica iniciada en 2008 que convertirá a las clases medias y bajas del sur de Europa en una legión de indigentes sumisos y menesterosos.
Por todo ello, tal vez la concesión del Nobel de la Paz deba contemplarse como una injusticia trasvestida de farsa protocolaria por lo que de reconocimiento y ensalzamiento del capitalismo neoliberal lleva implícito.
Un Nobel polémico
Pero aun hay más. Desde hace años, el Nobel de la Paz se ha visto envuelto en un aura de polémica tras haber sido concedido a ciertas y controvertidas y controvertidas personalidades como fue el caso de Henry Kissinger (1973) quien participó activamente en el 'Plan Condor' para instalar dictaduras en America Latina; o también Yasser Arafat (1994), uno de los ideólogos responsables del asesinato de 11 atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de Munich en 1972; y más recientemente Barack Obama en cuyo caso se premió más las intenciones y proyectos que no unos logros aun hoy inexistentes.
Paz y venta de armas
Otra razón por la que el Nobel de la Paz de 2012 ha sido cuestionado es porque Europa sea uno de los mayores exportadores mundiales de armamento. Y tiene su enjundia el asunto. Vaya si la tiene, pues concederle un premio a la paz a quien vende armas para la guerra es una paradoja tan absurda como los son aquellas guerras que se justifican por emprenderse 'en nombre de la paz'.
Nos encontramos ante la exhibición de una doble moral tan farisaica que, llevada a extremos surrealistas, podría contemplar algún día la concesión de un Nobel de la Paz a la industria armamentística por su contribución a la paz en el mundo.
Ser y no ser al mismo tiempo
Así como Aristóteles proclamaba que “no se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”, no parece lógico (ni ético) fundamentar la concesión de un premio a la paz en base a la consolidación de los mismo derechos humanos que hoy son vulnerados en Grecia, España, Portugal o Italia.
Tampoco es de recibo (ni decente) argumentar que desde el fin de la II Guerra Mundial no ha habido conflagraciones en Europa siendo que aun resuenan los ecos de la guerra civil de la antigua Yugoslavia (un conflicto que la UE no pudo impedir), también cuando la Unión Europea tolera (y hasta alienta) guerras que hoy tienen lugar allende nuestras fronteras.
Que Europa tenga una importante fuente de ingresos procedentes de la ventas de armas, es la guinda que engalana una tarta no tan dulce ni rica como nos la quieren presentar por muchos premios Nobel que se le concedan
Que Europa tenga una importante fuente de ingresos procedentes de la ventas de armas, es la guinda que engalana una tarta no tan dulce ni rica como nos la quieren presentar por muchos premios Nobel que se le concedan
Colofón
Cobra un nuevo sentido la frase de Francisco de Quevedo que, sabia e intemporalmente, proclamaban que “la hipocresía exterior, siendo pecado en lo moral, es una gran virtud política”
Alberto Soler Montagud
Es cierto que uno no acierta entender,como desde una Institución de tanto prestigio,como el Nóbel,se conceda el de la Paz,a un continente,que dentro de sus países,en la actualidad,se estén vulnerando principios tan elementales como la fabricación de armas.Concretamente en España,se han estado fabnricando las destructivas bombas racimo que tanto daño y muertes han ocasionado,e incluso,parece ser que algunas aún permanecen sin explosionar,lo que significa que a pesar de su prohibición,el riesgo de muertes prevalece.El actual ministro español de Defensa,fué uno de los responsables directos de sas armas destructivas,por ocupar un cargo importante en la empresa por aquéllas fechas,y que paradógicamente,en la actualidad,éste mismo personaje,reclama una millonaria cantidad en concepto de indennización al Gobierno,por entender ser perjudicada la empresa,al prohibir la fabricación de bombas racimo.
ResponderEliminarPor otro lado.efectivamente,no se conciben algunos de los destinatarios de éstos premios,como el concedido a Henry Kissinger,en el capítulo de la Paz,siendo en realidad,un experto en guerras.Por consiguiente,la fiabilidad de tan prestigiosos premios,al menos resultan paradógicos,o por interese económicos que sin duda,suscitan muchas dudas.