En aplicación de la
‘reforma espiritual’ con que la ‘nueva’ RTVE quiere unificar criterios
ideológicos y uniformar a los responsables de los programas (o al menos atarlos
bien corto), la última víctima de las ansias de pureza del ente ha sido “Carne Cruda”, un producto radiofónico realizado
desde la calidad técnica y una independencia incómoda para los adictos al conservadurismo. El hasta ahora director y
presentador de “Carne Cruda”, el
periodista Javier Gallego, se ha lamentado de que el recién nombrado director de
la Radio 3, Tomás Fernando Flores, le
mintiera al prometerle a lo largo de este este verano que el programa continuaría la próxima
temporada.
"Un programa muy caro" (con un presentador mileurista)
El colmo
de la desfachatez y las mentiras de los gerifaltes del PP rebasó todos los límites cuando los
responsables de la nueva Radio 3 argumentaron que el programa “Carne Cruda” se suprimía porque
"salía muy caro". Una triste excusa que insulta a la inteligencia ajena y se convierte en una prepotente provocación.
Javier
Gallego no ha querido guardar silencio y ha declarado que él cobraba "alrededor
de 1400 euros mensuales limpios después de pagar Seguridad Social, IRPF, el
impuesto de sociedades y el resto de gastos de la empresa que tuve que
constituir por exigencia de Radio Nacional”. Además, el periodista añadió que muchos
de sus colaboradores contribuían desinteresadamente o cobraban la cantidad
simbólica de 50 euros por programa después de haber trabajado gratis las dos
primeras temporadas".
Javier
Gallego se despachó a gusto en su blog (Radio 3 no le permitió siquiera
despedirse de su audiencia) diciendo que el verdadero motivo de la supresión de
su programa era porque en “Carne Cruda”
“se hacía una carnicería radiofónica
en la que convertíamos en picadillo a la realidad social". "No han ocultado que les estorbaban periodistas
que pueden ponerles en tela de juicio, como Ana Pastor, Toni Garrido o Juan Ramón
Lucas, a los que han despedido cuando mas éxito tenían sus respectivos
programas. Para ellos, mi respeto y admiración porque han caído por una causa
digna y que los periodistas debemos dignificar: hacer periodismo. Lo dije
cuando el Gobierno decidió tomar el control de la radio televisión pública
gracias a su mayoría absoluta: 'Venceréis, pero no convenceréis' como afirmó Unamuno".
¿Llegarán
las purgas a Radio Clásica?
Puestos a preocuparse,
como amante apasionado de la música clásica, me inquieta que este cúmulo de purgas
y ceses que tan tranquilos deben estar dejando a los nuevos directivos del ente público, repercuta de algún modo en mi querida emisora Radio Clásica.
¿Serán capaces los censores del PP de intuir algún
peligro en la radiodifusión de una maravillosa música que no aporta mas que
alimento espiritual?
Arte
degenerad0 ('Entartete Kunst')
Me viene a la mente la etiqueta que el
gobierno de la Alemania Nazi aplicó durante los años 30 y 40 del pasado siglo a
determinadas formas de música que el nazismo consideró perniciosas o
decadentes. La preocupación por la pureza de cualquier manifestación artística
era tal que el gobierno nacional-socialista
promovió una campaña contra todo lo que consideraron “arte degenerado” ('Entartete
Kunst') que es como los nazis calificaron a las obras de ciertos artistas
que bien pertenecían a una etnia indigna como la judía o bien eran puros de raza pero críticos con el
Régimen Nazi. En ambos casos, las autoridades hicieron los imposible por aislarlos,
desacreditarlos o prohibirles sus obras.
Afortunadamente,
vivimos en el siglo XXI y la democracia está atenta ante cualquier aberración que pueda surgir de una mente enferma. Pero, imagínese el lector por un momento que a alguien le patinan las neuronas y al amparo de una mayoría absoluta mal entendida, su retorcida mente le impele prohibir la emisión de la música de Felix Mendelssohn, Gustav Mahler, Leonard
Bernstein, Arnold Schoenberg, Giacomo Meyerbeer, Jerome David Kern, Irving
Berlin, Darius Milhaud, George Gershwin, Aaron Copland y tantos otros
músicos, todos ellos judíos.
Esto es de locos
Reconozco
que lo que acabo de exponer no es mas que una boutade que parece mas la elucubración de un paranoico que no la de una mente sana. Pero es
tanto lo que está sucediendo y son tantas las medidas que se están aplicando en una
oposición frontal al dictado de la razón, que cualquiera, por muy cuerdo que se crea (yo por ejemplo), es susceptible de sucumbir ante las sensaciones angustiantes que le llegan de todos lados y acabar sufriendo delirios como el de
ser perseguido por fuerzas que intenten controlar hasta la música que tiene que escuchar.
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