Con relativa frecuencia
encontramos en nuestra clase política (sobre todo en la derecha, aunque también en otras formaciones) ciertos apellidos precedidos por la preposición
"de" o “del”. También hay otros separados por un guión y que se forman por la
unión del primero y el segundo de uno de los progenitores. Ya por último, es relativamente usual el hábito de separar con la conjunción copulativa “y” los dos apellidos para conferir
más empaque al conjunto. Aunque sea éste un tema, el de los apellidos, que ya traté hace algún tiempo, he decidido volver a hacerlo tras haberse hecho público el rimbombante nombre de quien será el
próximo presidente de RTVE, Leopoldo
González-Echenique Castellanos de Ubao, un hombre con quien, confiemos, no
desaparezca la pluralidad informativa y la calidad que durante los últimos
siete años ha caracterizado a la radiotelevisión pública española.
Leopoldo González-Echenique
Castellanos de Ubao
Ministros
con apellidos linajudos
Un rápido repaso a los nombres de los ministros y altos cargos de los diferentes gobiernos del Partido
Popular en sus diferentes legislaturas, ofrece interesantes ejemplos de apellidos con presunta prosapia: Julia Garcia-Valdecasas, Rafael Arias-Salgado, Pilar del Castillo, Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, Margarita
Mariscal de Gante, José María Romay y Beccaría, Fernando López-Amor, María
Dolores de Cospedal, Soraya Sáez de Santamaría, Luis De
Guindos, Alberto Ruiz-Gallardón o José Manuel García-Margallo.
Esperanza Aguirre y Gil de Biedma María Teresa Fernández de la Vega
Sin embargo, si hacemos una revisión
del listado histórico de los ministros socialistas, observamos que el prestigio
genealógico no es privativo de los políticos conservadores: Javier Solana de Madariaga, Tomás de la
Quadra-Salcedo, Javier Sáenz de Cosculluela, Javier Gómez-Navarro Navarrete,
María Teresa Fernández de la Vega o Jesús Caldera Sánchez-Capitán.
Los populares ganan por goleada
Tras hacer un recuento
comparativo de los distintos gobiernos habidos desde el primero de Felipe
González hasta el actual de Mariano Rajoy, he contabilizado seis ministros
socialistas con apellido de postín (durante casi veinte años de gobierno)
frente a doce apellidos de alta alcurnia en las filas populares (con una permanencia en el Gobierno de menos de diez años).
Habida cuenta de que los
apellidos que contienen las preposiciones “de” o “del” son los que mas pedigrí
aportan y que estos se dan con más frecuencia en los políticos conservadores, he deducido que la prosapia de la derecha vence por goleada a la izquierda, al
menos en lo que a orígenes genealógicos respecta.
Prestigio
y preposiciones.
Dice el diccionario de la
RAE que la preposición “de” indica posesión o pertenencia al tiempo que mejora
y añade rango al apellido que precede. Recabando información, he descubierto que no es lo mismo encontrar una “de” (o "del") entre el nombre y el
primer apellido que separando los dos apellidos. En el primer caso, casi
siempre indicará un titulo de nobleza mientras que en el segundo solo informará de los lugares geográficos
de procedencia de una familia sin otorgar distinción ni linaje.
Valga
este detalle para ayudar distinguir a los nobles de cuna de quienes quisieran serlo.
Conjunción copulativa
También
la conjunción “y” aporta una interesante información acerca de los orígenes de quien la incorpora en sus apellidos. En el
pasado solía utilizarse esta conjunción para unir los apellidos de dos familias, mientras que
en la actualidad, es una costumbre que ha caído en desuso y apenas si se utiliza más allá de los países
catalanes donde sigue siendo de un uso relativamente frecuente.
No obstante, hay que ser cautos ya que, a
falta de linaje, algunos frustrados por carecer de alcurnia, recurren
a la “y” para aparentar una hidalguía que no poseen. Se trata de un fenómeno que es más
frecuente cuando va asociado a apellidos demasiado comunes para las
aspiraciones de quienes los poseen.
Es este un fenómeno bastante fácil de detectar que, en ocasiones, se llega a improvisar en la imprenta donde
se encargan las tarjetas de visita.
Cuestión de guiones
Hay, por último, circunstancias en
las que, a falta de las consabidas preposiciones o de una conjunción copulativa
que confiera porte y alcurnia, se recurre a un guión para satisfacer a quienes más necesitados están de lisonjas y reconocimientos.
Es así como han surgido ciertos
apellidos llamados compuestos, y que están formados por la
unión de los dos procedentes de un progenitor a lo que se une con un guión.
El origen de este hábito suele surgir de la vanidad de quienes desean un apellido rimbombante que compense su falta de
linaje, o también de los vástagos de un progenitor ilustre que, al ser conscientes de que nunca destacarán como su
progenitor, toman sus dos apellidos y se los apropian transformándolos en uno solo.
Alberto Soler
Montagud
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