Los funcionarios se están convirtiendo
en el objetivo de todas las iras posibles
Denigrar a un colectivo recurriendo a la generalización entraña
enormes riesgos que, en el caso de la campaña urdida contras los funcionarios, se convierte en un juego peligroso por el contexto de precariedad social y económica en que se lleva a cabo. La descalificación y el ataque contra los funcionarios debería
contemplarse como una ofensiva milimétricamente planificada para desprestigiar
“lo público” frente a “lo privado” en base a razones de insostenibilidad. Luego, seguramente, llegarán las privatizaciones para resolverlo todo.
Una estrategia orquestada
contra los funcionarios
Sea como fuere, la crisis ha avivado una campaña de acoso y
derribo contra los funcionarios, demonizándolos y convirtiéndolos en objeto de
odio por parte de la ciudadanía. Muchos detalles apuntan a que la estrategia en
contra de este colectivo se habría orquestado desde las alturas
gubernamentales aprovechando que la patronal de estos trabajadores es el propio
Estado y que, por mayoría parlamentaria, se puede decretar cualquier tipo de disposición
laboral y salarial sin contar con la opinión de aquellos a quienes van destinadas.
Según Wert, en España "sobran 20.000 profesores",
cuando lo cierto es que tal vez sólo
sobre un mal Ministro de Educación
Dar donde más duele
Nadie nos asegura que no estemos en la primera fase de un plan dirigido a perpetrar ataques contra de la honorabilidad de los funcionarios acusándoles de vagos,
absentistas y simuladores. Pero no sólo se les difama, también se atenta contra sus retribuciones (reducción de
sueldo e incremento de la jornada laboral con una merma de hasta un 20% de su
poder adquisitivo), se vulneran sus condiciones laborales (rebaja del subsidio por enfermedad, minoración de plantilla, aumento
de las ratios en educación, recortes presupuestarios que restringen el margen de trabajo de los funcionarios y repercuten en el Estado de Bienestar de toda la sociedad…).
Así planteado, no es descabellado pensar que la segunda fase de este plan fuera la
privatización del máximo número de organismos públicos posibles, argumentando la excusa de generar prosperidad para la patria y devolver a su cauce las
turbulentas aguas de la crisis.
Con patente de corso
Al parecer, la patente de
corso que la mayoría absoluta le confiere al Gobierno de los populares, les ha animado a ampliar su campaña
de “acoso y derribo” y extenderla a otros colectivos, mas allá del de los trabajadores públicos. A saber: 1. Los pensionistas, que probablemente vayan a pagar por sus medicamentos.
2. Los usuarios de la sanidad, que
sufrirán las consecuencias de los recortes traducidas en reducción de
prestaciones. 3. Los estudiantes, que
tendrán que pagar unas matrículas y tasas mucho más caras. 4. Los trabajadores en general, que van a ser penalizados por la generosa (para la patronal) reforma
laboral recientemente aprobada. 5. Los enfermos
y las mujeres en edad fértil, que
temerán estar de baja (enfermedad o maternal) por miedo a perder su puesto de
trabajo.
Y así, un triste y largo etcétera.
"A partir de ahora, los profesores, al saber que si caen enfermos
tendrán que suplirlos sus compañeros,
ya tendrán buen cuidado a la hora de coger una baja"
Jóvenes sin ilusión ni futuro
No obstante, el sector poblacional más damnificado por la
precariedad socio-económico-laboral que atravesamos son los millones de jóvenes que intuyen un futuro amargo y tenebroso tras haber sufrido el espejismo de unos trabajos abundantes y bien retribuidos como consecuencia del ese castillo de arena llamado boom inmobiliario; el engaño de unos generosos créditos bancarios cuando las vacas gordas aun flotaban en burbujas boyantes; el
consumismo feroz; el silencio de los sindicatos cuando tendrían que haber
salido a la calle y prefirieron aguardar un momento más oportuno; la dejadez e ineficacia de los gobiernos (no sólo el actual) que debieron
haber actuado mas precoz y rotundamente; la incomprensible tolerancia con unos
políticos corruptos y aparentemente inmunes al castigo (casi todos aun en la
calle).
¿Cuándo se podrán incorporar estos jóvenes al mercado laboral,
cotizar y asegurar con sus impuestos las jubilaciones de la población laboral
activa que ahora les acoge en unas unidades familiares diezmadas por la
crisis?
¿Cuánto más aguantará la situación tal y como está evolucionando?
¿Serán eficaces las medidas que se ahora adoptando, al dictado de un país con unas situación distinta a la nuestra como es Alemania y aparentemente en beneficio de los mas poderosos y en detrimento de las clases
trabajadoras?
Colofón
Presentar
la gestión pública como un problema y a los funcionarios como un estorbo, puede
ser la antesala de la entrada en escena de una casta de “funcionarios sin oposición” (cargos de confianza) que, como caídos del cielo, vendrían a salvar a la patria. Una jugada perfecta para
infiltrar en las cúpulas de las distintas administraciones públicas a una
legión de gestores y empresas que, casi seguro, estarían en sintonía e íntima connivencia (y probablemente convivencia) con
quienes ostenten el poder en ese momento.
Una
vez más, que Dios nos coja confesados.
Alberto
Soler Montagud
Invitación Feria del Libro
Viernes 1 de junio
Madrid
Y todavía tienes suerte si eres médico o profesor. Si perteneces al grupo administrativo nadie te defiende, nadie se interesa por tí, aunque te hayas ganado el puesto en una oposición donde también habían médicos y profesores luchando por un puesto de auxiliar.
ResponderEliminarPero, por favor, no se engañe: La campaña contra los funcionarios no es nueva, sino que viene de lejos y desde varias direcciones.