"El PP es el partido de los trabajadores", afirmó hace un par de días la secretaria general del PP, y se quedó tan ancha. La cosa sucedió en un acto para jubilados celebrado en Talavera de la Reina donde la señora secretaria añadió, sin cortarse un pelo, que el PP "proteje a los pensionistas" y es “el único y auténtico partido social y progresista" en clara alusión al PSOE y en contra de sus recientes y 'antisociales' medidas para frenar el gasto público.
Aunque los jubilados que acudieron al evento no fueran conscientes de la trascendencia del momento, se estaba produciendo el nacimiento de una corriente 'social-popular' dentro de un partido conservador hasta la medula. Si repasamos los libros de historia, podremos ver en seguida lo que siempre ha sucedido cuando se embute un ideario de conciencia social dentro de una ideología conservadora y de derechas . No hay mas que retroceder a la Argentina peronista o hasta, si me apuran, a la Alemania del período 1933-1945, para saber como acaban estos curiosos maridajes que unos llaman populismo y otros cosas aun peores.
Ya lanzada al ruedo y sin ningún miedo, María Dolores de Cospedal le adjudicó al PP el mérito de ser "el partido de los autónomos y de los pequeños y los medianos empresarios", o sea, nada de grandes empresas ni menos aun de grandes fortunas, que eso no es cosa del pueblo y solo interesa a los ricos, faltaría más.
Por las características del acto y la situación de los asistentes, jubilados casi todos, la secretaria general del PP aseguró que su partido votaría contra la congelación de las pensiones y dijo que "para ser un país solidario, primero hay que serlo con los pensionistas". Todo un alarde de demagogia justo en un momento en el que se deberían aportar soluciones en vez de criticar al Gobierno por lo tardío y poco atinado de sus medidas anticrisis.
Resulta curioso que esta recién nacida líder 'social-popular' no les hablara a los pensionistas talaveranos (y ahora soy yo quien se apunta a la demagogia) acerca los millonarios sueldos y las obscenas jubilaciones de esos grandes banqueros y empresarios tan afines al PP que, aun en plena crisis, declaran beneficios y pese a todo se quejan de puro vicio para que "papá estado" les saque las catañas del fuego que ellos han prendido.
Como tampoco exigió la nueva ‘embajadora de los trabajadores’ que quienes han provocado la crisis (léase especuladores, constructores, gran capital, banca o cualquier otro grupo de privilegiados) sean los primeros en soportar el peso de las medidas que colaboren a paliar sus negativas consecuencias.
Tampoco prometió la señora de Cospedal que su partido, el más "social y progresista" de todos, fuera a exigirles más impuestos a los ricos que al resto de los contribuyentes. Estoy seguro de que, en estas circunstancias, Evita Perón habría sabido sacar más jugo de la triste coyuntura. En cualquier caso, consideremos que la señora de Cospedal aun es neófita en estas lides 'social-populares', pero, pese a ello, voy a lanzarle algunas preguntas por ver si se anima y va cogiendo ritmo.
¿Como no se le ocurrió contarles a los pensionistas de Talavera que existen otras jubilaciones, como por ejemplo, la del consejero delegado del BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, que con 55 años dejó de ir al curro llevándose en la cartera una pensión anual de tres millones de euros?
¿Por que no protestó ante tamaña y vejatoria desigualdad cuando se encontraba en medio de unos ‘auténticos jubilados’?
¿Por que no puso el grito en el cielo y se opuso a esos sueldos y jubilaciones escandalosas que de vez en cuando leemos en la prensa y exigió que cuando a un banquero lo manden a casa con unos cientos de millones en el bolsillo tribute un 80%, por poner solo un ejemplo?
¿Por que no incluye su partido la promesa de reimplantar el impuesto del patrimonio incomprensiblemente suprimido en 2008?
¿Por qué no son las indemnizaciones, subsidios y pensiones de ciertos políticos de alto rango igual que las del resto de los mortales?
Hágame caso señora secretaria general y reflexione, pues si fuera capaz de responder a estas preguntas (o simplemente tuviera la valentía de formularlas en público) tal vez consiguiera llegar a ser la ‘Evita del siglo XXI’.
Por cierto, y antes de acabar este artículo, permítame una última pregunta:
¿Cree usted que alguien que cobra un sueldo como senadora autonómica de 78.940,49 euros anuales, más cerca de 130.000 por su cargo de secretaria general del PP (que traducido a nuestra antigua moneda, resultan ser casi 100.000 pesetas diarias) está moralmente legitimado para promocionar una imagen de 'partido de pobres descamisados' como pretende usted mostrarnos al PP?
"Aunque la mona se vista de seda..."
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