lunes, 7 de julio de 2014

Yo he recibido sobres del PP





Me ha sucedido en otras ocasiones, pero esta vez he decidido confesarlo: el pasado mes de mayo recibí un sobre procedente del partido que lidera Mariano Rajoy en cuyo contenido se me hacía ciertas ofertas a cambio de una contraprestación por mi parte. 

Pero vayamos por partes. La mañana del sábado 24 de mayo, jornada de reflexión electoral previa a las elecciones europeas, tomé conciencia de la situación al sentarme a mi escritorio para revisar la correspondencia atrasada. Era un montoncito de cartas remitidas con motivo de las elecciones al Parlamento Europeo, y tras un repaso somero  de las mismas, antes de tirarlas a la papelera experimenté tres profundas decepciones.

La primera fue constatar que los principales partidos políticos, además de conocer mi nombre y dirección, tenían la desfachatez de pedir mi voto tras ignorarme desde la anterior campaña electoral, no interesarse por mis necesidades como ciudadano y ni siquiera enviarme una felicitación en mi cumpleaños como hacen los grandes almacenes. 

La segunda decepción fue reparar en el inmenso dispendio de tiempo y dinero que deben suponer las campañas electorales cuando su único objetivo es que los más débiles tomen irreflexivas decisiones, amén de denigrar la dignidad de las papeletas de voto mezclándolas, en un buzón convencional, con correspondencia de bancos, recibos, folletos de publicidad de cerrajería, fontanería o, en el peor de los casos, de comida china a domicilio.

Mi tercera y última decepción –sin duda como influencia de la generosidad que los informativos atribuyen al Partido Popular en materia de sobres– fue no encontrar billetes de dinero en el que el PP envió a mi casa, pues además de un folleto con unas falaces promesas electorales (las ofertas antes mencionada) y la petición de que les votara como contraprestación, sólo me encontré con una lista de nombres en una papeleta encabezada por un tal Cañete y un sobre donde introducirla cuando fuera a votar.


Honradamente, no sé que habría hecho si en la carta  de los populares (o de cualquier otro partido) me hubiera encontrado con dinero. Es probable que por cinco euros hubiera denunciado el hecho y por un fajo de quinientos me lo hubiera pensado. O tal vez no, pues ignoro los límites de ese grado de corrupción que todos debemos alojar en un rinconcito de nuestra conciencia. Lo que sí puedo asegurar es que, al día siguiente acudí a votar sin dejarme influenciar –al menos conscientemente– por propaganda alguna y con la ilusión de la poder botar democráticamente a los presuntos farsantes que viven del cuento, en buena parte gracias a los millones de desencantados que no votan en base a un abstencionismo que tanto beneficia al bipartidismo.



Alberto Soler Montagud

Médico y escritor

1 comentario:

  1. La verdad es que con ver el Vaticano sacaría el látigo lo mismo que lo sacó cuando llegó al tempo y lo encontró lleno de mercaderes, y derribó mesas diciendo: «Dios dice en la Biblia: “mi casa será llamada: ‘Casa de oración’.” Pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones.».

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