lunes, 5 de agosto de 2013

García-Margallo actúa como en el film "Casablanca"





En la política, una cortina de humo es una distracción dirigida a encubrir una acción puesta en marcha por el poder para desviar la atención ciudadana y ocultar sus verdaderas intenciones. Viene esto a colación de que, tras varios meses de conflictividad fronteriza entre España y Gibraltar (por el trabajo de pesqueros españoles en unas aguas que el Gobierno del Peñón consideran suyas) y tras un vertido de bloques de hormigón con ganchos para que estos barcos no puedan faenar, el Gobierno español se ha dado cuenta de pronto de que hay contrabando de tabaco en la frontera de La Línea de la Concepción y ha decidido obrar en consecuencia con una contundencia de cruzada patriótica. Se extiende así una inmensa cortina de humo que no conseguirá devolver el prestigio a un Gobierno (el de Rajoy) que atraviesa su momento mas crítico de impopularidad ni aportará credibilidad alguna a un pusilánime presidente que intercambiaba mensajitos (“Luis, sé fuerte. Hacemos lo que podemos, Mañana te llamaré. Un abrazo”) con un delincuente encarcelado aun sabiendo que éste atesoraba cuentas millonarias no justificadas en Suiza.

¡Qué escándalo, hay contrabando de tabaco en La Línea!
El Gobierno de España ha decidido incrementar los controles en la frontera con Gibraltar al sospechar –de repente–  un aumento en la entrada ilegal de tabaco a nuestro país. El ministro de Exteriores García-Margallo ha aplicado una política de “hechos consumados” y se ha sentido en la necesidad de hacer cumplir “la legislación española y comunitaria en materia de lucha contra el contrabando, el fraude fiscal y la protección del medioambiente”. El comportamiento de Margallo recuerda (en versión patética) a la escena de la película Casablanca cuando el capitán Renault se ve forzado a clausurar el local de Rick donde el mismo juega al póker todos los días, con la hipócrita excusa de: “Qué escándalo, qué escándalo, he descubierto que en este local se juega”.





Menos cinematográfica y con mucho menos clase ha sido la chulesca frase proferida por el inepto ministro español al decir, en plan patriota y pendenciero (portada de ABC por cierto) que “con Gribaltar se ha acabado el recreo de la época de Moratinos”.



Reacciones inmediatas

La reacción del gobierno gibraltareño a las palabras de García-Margallo no se ha hecho esperar. A través de un comunicado, las declaraciones del ministro de exteriores han sido consideradas como unas “amenazas retrógradas y claramente reminiscentes de las políticas y tácticas desarrolladas por el régimen fascista de Franco en los años 50 y 60”.

También David Cameron, según un portavoz del Gobierno británico, ha manifestado  su "seria preocupación" por un plan de España para "apretar las tuercas" a la colonia británica al aplicar unas medidas que ya repercuten a ambos lados de la frontera (con largas y tediosas colas para atraversarla) y sobre todo en los mas de 7.000 trabajadores españoles que cada día deben cruzar la frontera para trabajar.


Un nuevo verbo llamado “malvinar”

De pronto, además de Casablanca, el concepto de la cortina de humo expresado al principio de este artículo ha traído a mi mente el recuerdo de la guerra de la Malvinas y me ha inspirado un neologismo que someto a la consideración de mis lectores, y quien sabe si hasta propondré a la RAE. 

Se trata del verbo “malvinar”

1.

Verbo derivado del sustantivo "malvinas", nombre de un archipiélago administrado por el Reino Unido y situado en la plataforma continental de América del Sur dentro del sector que Argentina denomina mar Argentino.

2. 

2a. malvinar expresa la acción de ocultar algo, o impedir que llegue a saberse, distrayendo la atención y fomentando el fervor patriótico de una nación que ha perdido la fe en sus dirigentes.


2b. malvinar tiene también la acepción de un exacerbado, desproporcionado y extemporáneo ardor patriótico desencadenada en tiempos convulsos para el gobierno de una nación y con la única finalidad de distraer a la opinión pública de los errores y negligencias institucionales consecuentes a un mal gobierno.

3. Este neologismo tendría su origen en la acción militar conocida como Guerra de la Malvinas (1982) y habría surgido (vox populi) en alusión a una intervención del ejército argentino

3. 

Sinónimos:

Perejilear

En alusión a la gloriosa gesta del ejército español que culminó con la toma del islote Perejil en agosto de 2002.

Gibraltalear

Por el desesperado intento del gobierno español, en agosto de 2013, dirigido a desviar la atención de los españoles de una situación que en cualquier país democrático, se habría saldado con la dimisión del presidente de gobierno.



Alberto Soler Montagud

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