El pasado día 7 del mes en curso, Javier Rey del
Castillo, experto en sanidad, ex alto cargo en gobiernos anteriores y actual
Secretario de la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida del
Ministerio de Sanidad, dio en Valencia una conferencia bajo el epígrafe de “El
futuro del sistema sanitario público y privado” en la que consideró
“crítica y precaria” la situación nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS), un
sistema que fue creado para garantizar la igualdad en el acceso a la atención
sanitaria por parte de cualquier ciudadano y en cualquier lugar del territorio
español, y que se ha convertido en "un árbol de ramas dispersas y sin
límites establecidos” en el que se permite que cada comunidad autónoma haga lo
que quiera, incluso en lo referente a la "gestión público-privada",
motivo por el que se impone una revisión de las bases de este sistema para
garantizar el cumplimiento de los objetivos de accesibilidad, universalidad y
gratuidad que justificaron su creación y no deberían ser puestos en cuestión
bajo ningún concepto.
Habría que unificar los criterios sanitarios de las diferentes
autonomías
Según Javier Rey, cada autonomía “campa por sus
respetos, incluso en temas financieros" y va a su aire con criterios tan
dispares que acabará siendo imposible “ser atendido en
condiciones similares en cualquier parte del territorio español" al
haberse “troceado el sistema de bienestar” y creado diferentes niveles de
prestación en las distintas autonomías. Esta realidad, traducida en una
confluencia de posturas, está ocasionando una anarquía en la que cada cual
actúa según le place y hace necesaria la unificación y coordinación de las
diferentes regiones autonómicas, al menos en materia sanitaria.
El alto cargo en sanidad consideró absurdo que
“una comunidad autónoma funcione con unos criterios de priorización y otra con
otros, cuando deberían ser homogéneos para todo el Estado”, motivo por el que
propugnó la urgencia de un cambio en las bases y el funcionamiento del SNS así
como modificar la Ley General de Sanidad”.
No a una descentralización mal planteada del SNS
Rey aseguró que la descentralización "ha
sido un terrible error", y no porque defendiera una ideología
centralista sino por la nefasta ausencia de criterios uniformes para todo el
país que hace que se multipliquen los gastos, dificulta el acceso a la
información sanitaria (por parte de gestores y profesionales de la sanidad) y a
la atención sanitaria por los usuarios, mermándose de este modo tanto la eficacia
como la eficiencia del SNS.
Para Javier Rey, el proceso de descentralización
de la sanidad en las comunidades autónomas se ha convertido en un “gran
embrollo” y adolece de graves fallos estructurales al no haberse hecho, por
ejemplo, como en Canadá, donde se diseñaron los instrumentos adecuados y se
crearon las condiciones básicas para llevar a cabo la descentralización
“garantizando una atención sanitaria libre de cargas y uniforme para todos”.
Financiación de la Sanidad
Respecto a la financiación, el conferenciante se
mostró en contra de una sanidad público-privada tal y como los neoliberales
propugnan, por considerar que “un modelo de estas características podría
cuestionar los objetivos básicos de la sanidad".
Rey propugnó un sistema de financiación distinto
al actual que fuera también homologable para todas las autonomías. Se mostró
especialmente crítico con el modelo de concesión administrativa del Hospital de
la Ribera de Alzira (luego extendido a otros cuatro hospitales de la red
pública valenciana) y censuró que se defienda la gestión privada sin disponerse
de las pertinentes evaluaciones, sin aportar estudios que avalen la bondad del
modelo privado y actuando con una opacidad contraria a las mínimas reglas de un
sistema democrático.
No al modelo público-privado de financiación
Asegurar que el coste diario de estancia
hospitalaria es mucho más caro en el sistema público que en el privado sin
aportar datos ni hacer evaluaciones induce a sospechar un interés por
beneficiar a quienes reciben las concesiones.
En este sentido, el conferenciante consideró
“llamativo” que en el hospital de Alzira, la concesión se haya otorgado, por
dos veces, al grupo ‘Ribera Salud’ y que Alberto de Rosa, hermano del ex
consejero de justicia de la Generalitat Fernando de Rosa, fuera Director
Gerente del Hospital de la Ribera y actualmente sea el Director general y
máximo responsable del operador sanitario ‘Ribera Salud’. Tal parece como si el
paso de lo público a lo privado del Alberto de Rosa no requiriera más esfuerzos
que el que supone entrar en un puerta giratoria para salir de ella en el
momento y en la dirección que más convenga.
Ante este detalle, Javier Rey reclama la urgente
necesidad de crear "instrumentos de control homogéneos en todas las
comunidades" para evitar fusiones de intereses públicos y privados como la
descrita en el ‘modelo Alzira’.
Sostenibilidad y Sanidad
En ocasiones anteriores, Javier Rey ya había
matizado que, dado el sesgo economicista del concepto “sostenibilidad”, no
compartía el enfoque de priorizarla como problema, ni tampoco solucionarla en
el ámbito sanitario mediante la participación privada en su gestión ya que
conllevaría consecuencias de desprotección, y “la protección sanitaria no puede
desaparecer en una sociedad desarrollada”.
Más que la sostenibilidad, lo que habría que
cuestionar es el modo en que puede extenderse más y mejor la sanidad en unas
condiciones igualitarias para toda la población y como expresión de un derecho
irrenunciable. Eso implicaría no sólo considerarla como una cuestión económica
sino, fundamentalmente, de organización y de concepción general del
sistema.
Colofón: "La sanidad es un bien público"
La sanidad pública debe considerarse como “un
bien público para la sociedad”. Las razones que abonan este postulado tienen que
ver con la reducción de las desigualdades a las que pueden dar lugar los
servicios sanitarios en cualquier sociedad democrática, una desigualdad a la
que, según Javier Rey, se tiende como consecuencia de la globalización y de los
criterios economicistas y que explicaría por qué los servicios sanitarios se
están reduciendo y también cuestionando.
La solución nunca debe ser una privatización impuesta como norma,
sobre todo cuando esta obedece a razones estrictamente ideológicas al auspicio
de postulados neoliberales y cuando el modelo público-privado ha demostrado ser
un fracaso en países que así lo han reconocido como Inglaterra donde, de nuevo,
se defiende y se tiende a un modelo de sanidad pública.
Alberto Soler Montagud
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