jueves, 14 de febrero de 2013

SANIDAD PÚBLICA ¿UN DERECHO COLECTIVO O UN NEGOCIO PRIVATIVO ?






El pasado día 7 del mes en curso, Javier Rey del Castillo, experto en sanidad, ex alto cargo en gobiernos anteriores y actual Secretario de la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida del Ministerio de Sanidad, dio en Valencia una conferencia bajo el epígrafe de “El futuro del sistema sanitario público y privado” en la que consideró “crítica y precaria” la situación nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS), un sistema que fue creado para garantizar la igualdad en el acceso a la atención sanitaria por parte de cualquier ciudadano y en cualquier lugar del territorio español, y que se ha convertido en "un árbol de ramas dispersas y sin límites establecidos” en el que se permite que cada comunidad autónoma haga lo que quiera, incluso en lo referente a la "gestión público-privada", motivo por el que se impone una revisión de las bases de este sistema para garantizar el cumplimiento de los objetivos de accesibilidad, universalidad y gratuidad que justificaron su creación y no deberían ser puestos en cuestión bajo ningún concepto.

Habría que unificar los criterios sanitarios de las diferentes autonomías
Según Javier Rey, cada autonomía “campa por sus respetos, incluso en temas financieros" y va a su aire con criterios tan dispares que   acabará siendo imposible  “ser atendido en condiciones similares en cualquier parte del territorio español" al haberse “troceado el sistema de bienestar” y creado diferentes niveles de prestación en las distintas autonomías. Esta realidad, traducida en una confluencia de posturas, está ocasionando una anarquía en la que cada cual actúa según le place y hace necesaria la unificación y coordinación de las diferentes regiones autonómicas, al menos en materia sanitaria.
El alto cargo en sanidad consideró absurdo que “una comunidad autónoma funcione con unos criterios de priorización y otra con otros, cuando deberían ser homogéneos para todo el Estado”, motivo por el que propugnó la urgencia de un cambio en las bases y el funcionamiento del SNS así como modificar la Ley General de Sanidad”.


No a una descentralización mal planteada del SNS
Rey aseguró que la descentralización "ha sido un terrible error", y  no porque defendiera una ideología centralista sino por la nefasta ausencia de criterios uniformes para todo el país que hace que se multipliquen los gastos, dificulta el acceso a la información sanitaria (por parte de gestores y profesionales de la sanidad) y a la atención sanitaria por los usuarios, mermándose de este modo tanto la eficacia como la eficiencia del SNS.

Para Javier Rey, el proceso de descentralización de la sanidad en las comunidades autónomas se ha convertido en un “gran embrollo” y adolece de graves fallos estructurales al no haberse hecho, por ejemplo, como en Canadá, donde se diseñaron los instrumentos adecuados y se crearon las condiciones básicas para llevar a cabo la descentralización “garantizando una atención sanitaria libre de cargas y uniforme para todos”.

Financiación de la Sanidad
Respecto a la financiación, el conferenciante se mostró en contra de una sanidad público-privada tal y como los neoliberales propugnan, por considerar que “un modelo de estas características podría cuestionar los objetivos básicos de la sanidad".



Rey propugnó un sistema de financiación distinto al actual que fuera también homologable para todas las autonomías. Se mostró especialmente crítico con el modelo de concesión administrativa del Hospital de la Ribera de Alzira (luego extendido a otros cuatro hospitales de la red pública valenciana) y censuró que se defienda la gestión privada sin disponerse de las pertinentes evaluaciones, sin aportar estudios que avalen la bondad del modelo privado y actuando con una opacidad contraria a las mínimas reglas de un sistema democrático.

No al modelo público-privado de financiación
Asegurar que el coste diario de estancia hospitalaria es mucho más caro en el sistema público que en el privado sin aportar datos ni hacer evaluaciones induce a sospechar un interés por beneficiar a quienes reciben las concesiones.


En este sentido, el conferenciante consideró “llamativo” que en el hospital de Alzira, la concesión se haya otorgado, por dos veces, al grupo ‘Ribera Salud’ y que Alberto de Rosa, hermano del ex consejero de justicia de la Generalitat Fernando de Rosa, fuera Director Gerente del Hospital de la Ribera y actualmente sea el Director general y máximo responsable del operador sanitario ‘Ribera Salud’. Tal parece como si el paso de lo público a lo privado  del Alberto de Rosa no requiriera más esfuerzos que el que supone entrar en un puerta giratoria para salir de ella en el momento y en la dirección que más convenga.
Ante este detalle, Javier Rey reclama la urgente necesidad de crear "instrumentos de control homogéneos en todas las comunidades" para evitar fusiones de intereses públicos y privados como la descrita en el ‘modelo Alzira’.

Sostenibilidad y Sanidad
En ocasiones anteriores, Javier Rey ya había matizado que, dado el sesgo economicista del concepto “sostenibilidad”, no compartía el enfoque de priorizarla como problema, ni tampoco solucionarla en el ámbito sanitario mediante la participación privada en su gestión ya que conllevaría consecuencias de desprotección, y “la protección sanitaria no puede desaparecer en una sociedad desarrollada”.




Más que la sostenibilidad, lo que habría que cuestionar es el modo en que puede extenderse más y mejor la sanidad en unas condiciones igualitarias para toda la población y como expresión de un derecho irrenunciable. Eso implicaría no sólo considerarla como una cuestión económica sino, fundamentalmente, de  organización y de concepción general del sistema.  

Colofón: "La sanidad es un bien público"
La sanidad pública debe considerarse como “un bien público para la sociedad”. Las razones que abonan este postulado tienen que ver con la reducción de las desigualdades a las que pueden dar lugar los servicios sanitarios en cualquier sociedad democrática, una desigualdad a la que, según Javier Rey, se tiende como consecuencia de la globalización y de los criterios economicistas y que explicaría por qué los servicios sanitarios se están reduciendo y también cuestionando.
La solución nunca debe ser una privatización impuesta como norma, sobre todo cuando esta obedece a razones estrictamente ideológicas al auspicio de postulados neoliberales y cuando el modelo público-privado ha demostrado ser un fracaso en países que así lo han reconocido como Inglaterra donde, de nuevo, se defiende y se tiende a un modelo de sanidad pública. 



Alberto Soler Montagud


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