El conseller de Sanidad de la Comunidad Valenciana, Manuel Llombart, señaló ayer la posibilidad de que se cierren ciertos puntos de urgencias de atención primaria que sean frecuentados por un ‘escaso’ número de pacientes, lo que los convertiría en poco rentables. El conseller matizó que estas medidas se tomaría siempre que se contara con un hospital ‘cercano’ y entendiendo como tal que el hospital estuviera a menos de una hora de desplazamiento, aunque en ningún momento se paró a analizar las consecuencias de retrasar una hora la primera atención médica en situaciones de urgencia vital.
La sanidad
valenciana se ‘hermana’ con la
castellanomanchega.
Como en Castilla la Mancha,
asistimos en la Comunidad Valenciana a un nuevo ejemplo de anteposición de los
criterios económicos sobre el derecho a una sanidad pública, todo ello en un
marco de precariedad y con las arcas de las administraciones vacías como
consecuencia de una mal llamada crisis (en realidad una estafa) y la mala
gestión que en un pasado muy reciente se ha aliado con corrupción y
despilfarro.
Podría
aumentar el riego de mortalidad en ciertas patologías urgentes
De llevarse a cabo esta
medida, sufrir un infarto en una zona rural con 'baja frecuentación' en el
servicio de urgencias (y susceptible por tanto de cierre desde la última hora
de la tarde hasta la mañana del día siguiente) implicaría no recibir la
asistencia inmediata preceptiva en los momentos más críticos de la emergencia, una
situación que se agravaría considerablemente si concurriera una parada
cardiorespiratoria. Y este es solo uno de los muchos ejemplos de patologías
agudas en las que las que la instauración de un tratamiento urgente precoz es
vital para minimizar el riesgo de muerte.
Privatizar
la sanidad, caiga quien caiga
No hace falta ser
economista, médico y ni siquiera tener muchas luces para concluir que la
privatización de la sanidad pública no es mas que un negocio que prioriza la
rentabilidad de los inversores que hayan conseguido las concesiones muy por
encima del derecho a una asistencia médica universal y gratuita por parte de
los ciudadanos
Muy por el contrario, el
modelo de la sanidad pública es ‘social’ en su esencia hasta el extremo de
asumir 'pérdidas' y ser 'no rentable' en algunas de sus prestaciones (poner una
prótesis de cadera a un anciano mayor de 80 años), a cambio de asegurar el
derecho universal a la salud en el contexto de un estado de bienestar.
Que cada cual saque sus
propias conclusiones. Esto no ha hecho nada mas que empezar y avanzará como una
epidemia si no se toman las medidas adecuadas para frenarlo.
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