“Por abrazar al apóstol Santiago no se le perdonan a Camps los pecados y comportamientos corruptos que ha cometido en su vida política“
(Juan José Tamayo, teólogo)
FRANCISCO CAMPS QUEDA LIBRE DE TODOS SUS PECADOS
A nueve meses de las próximas elecciones autonómicas, la sombra de la duda planea sobre el más honorable de los valencianos por la "nimiedad" de unos presuntos delitos (total, unos trajes de nada) que podrían acabar con la ambiciosa carrera de un político tan carismático como piadoso.
¿En que consiste el jubileo?
Para quienes ignoren por qué es tan importe la peregrinación a Santiago de Compostela precisamente este año, convendría aclarar que al haber caído en domingo la festividad de Santiago Apóstol, algo que solo ocurre catorce veces cada siglo, nos encontramos en un Año Santo (o Año Jubilar), una circunstancia que, según establece el catolicismo, otorga indulgencia plenaria (perdón de todos los pecados) a los peregrinos que visiten la catedral compostelana, recen allí una oración por las intenciones del Papa y reciban los sacramentos de la confesión y de la comunión.
A Francisco Camps se le han perdonado todos sus pecados
Siendo que el pasado viernes, el presidente de la Generalidad Valenciana, Francisco Camps, cumplió todas y cada uno de estos preceptos, es seguro que se encontrará libre de todo pecado, una circunstancia que, como buen católico, le hará sentirse limpio y dispuesto para ofrecer al pueblo valenciano lo mejor de si mismo sin el lastre de unos errores pasados, algunos aun presuntos y vinculados a una trama corrupta que tanto daño le ha hecho tanto a él como a su partido.
La opinión de un teólogo proscrito por el Vaticano
Sin embargo, no todos están seguros de que Camps haya alcanzado la gracia del perdón.
En una entrevista concedida al diario Levante-EMV el 10-08-2010, Juan José Tamayo (vinculado a la Teología de la Liberación y secretario general de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII) ha considerado que el abrazo de Francisco Camps a la imagen del apóstol Santiago fue "una ofensa al cristianismo" y "un acto de profanación de lo sagrado por parte de un hombre que ha demostrado una corrupción, una falta de honestidad y una irreverencia absoluta que raya en lo simoníaco”.
Según Tamayo, el presidente de la Generalitat acudió a la catedral de Santiago de Compostela para "manipular la religión en el Año Santo Compostelano de una manera descarada, pues recurrió a la treta de la indulgencia plenaria de los pecados para ocultar sus vergüenzas corruptas".
¿Trascenderá al plano político la nueva limpieza de Camps?
Si obviamos la personal opinión de este teólogo proscrito por el Vaticano y damos como cierta la indulgencia que, al parecer, le ha sido concedida al presidente de los valencianos, podría entenderse mejor que pocos días antes de viajar a Galicia, Francisco Camps sorprendiera a propios y extraños inaugurando oficiosamente la precampaña electoral autonómica valenciana en un acto en el que se comportó como si fuera ya cabeza de lista de los próximos comicios, muy a pesar de que Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal decidieran aguardar hasta que la justicia dicte sentencia por las causas que afectan a varios políticos valenciano antes de confirmar su designación.
Analizada la peregrinación de Camps desde una óptica político-teológica, no sería descabellado pensar que al emprender su piadoso viaje lo hiciera presumiendo que los presuntos delitos que se le imputan iban a serle perdonados junto a sus otros pecados, todo un alarde de presunción absolutoria propia de un alma creyente que induce a plantearse una duda legal.
¿Podría el jubileo actuar como atenuante de unos presuntos delitos por cohecho?
Habida cuenta de que hasta 2021 no habrá un nuevo Año Santo Compostelano, es comprensible que Camps sintiera la urgencia de peregrinar para lavar sus pecados, tal vez con la creencia de que la limpieza de su dignidad repercutiría en su condición de político por un trasvase de perdón que le ayudaría a culminar su misión como cabeza visible de una región con vocación de "ofrendar nuevas glorias a España" tal y como reza su himno. Pero, ¡ay!, ¿compartirán estas sutilezas teologales los miembros de un hipotético jurado popular si deben decidir el futuro de este piadoso político?
A Dios lo que es de Dios, y al César…
Mientras Carlos Fabra puso de manifiesto, no hace mucho, su lado más terrenal dando “al César lo que es del César” con una estratagema dirigida a anular (por prescripción legal) los presuntos delitos que se le imputan, Francisco Camps, se ha mostrado más místico y espiritual que el político castellonense dando “a Dios lo que es Dios” con su acción de calzarse unas humildes sandalias y meter sus pecados en una alforja de peregrino para que el Santo Compostelano se los perdone unos tras otro sin excepción.
Oración final
Es de suponer que Francisco Camps habrá elevado sus oraciones para que Mariano Rajoy no intente ser autoritario ni juegue a ejercer de líder, por una vez, interfiriendo así en el estado de gloria mística de este buen católico, español y valenciano que ha decidido emprender, sin mácula, una nueva etapa de su vida.
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