Distinguido señor Rajoy:
Justo ahora cuando todos los imputados por el caso Gürtel están suspendidos de militancia, compruebo que ha decidido afrontar la situación de Francisco Camps como si de un caso aparte se tratara. Me remito a sus declaraciones de ayer [por el jueves 6 de mayo] a Onda Cero: "Voy a apoyar a Camps", "Será el candidato a la Generalitat Valenciana diga lo que diga la Justicia" "Eso de los trajes no me lo creo" "La Justicia no va a condenar al señor Camps el día doce de mayo".
Sinceramente, creo que se está equivocando, señor Rajoy, ya que no son solo unos trajes los que siembran dudas acerca de la la honradez de su partido en la Comunitat Valenciana. Es cierto que el próximo miércoles el Supremo solo se pronunciará sobre el tema de los trajes en concreto, no obstante, me consta que usted conoce que es lo que había detrás de los cómplices guiños que su protegido le dedicó a su amigo del alma, El Bigotes, en aquella jugosa conversación que pasará a los anales del cotilleo político como un paradigma de la inadecuada actuación de un político decente.
Usted, que no es tonto, debe saber que la lenta Justicia acabará por pronunciarse sobre la presunta connivencia de los populares valencianos con una pandilla de presuntos delincuentes en base a muchos otros regalos que van más allá de los trajes de Milano, un sin fin de contratos fraccionados y muchas y fundadas sospechas acerca de millonarias comisiones.
Estará conmigo en que se impone un esclarecimiento del por qué y con la ayuda de quien se embolsó, presuntamente, la trama de Francisco Correa más de un millón de euros en comisiones ilegales por los contratos de sonorización y pantallas de video instaladas con motivo de la visita de Benedicto XVI a Valencia y que, también debería salir a la luz por qué el Gobierno valenciano ha negado sistemáticamente la vinculación de la trama Gürtel con este evento y no ha querido nunca informar al Parlamento valenciano sobre las ya famosas cuentas de la visita del Papa.
Honradamente, señor Rajoy ¿Cual habría sido su postura, y la de su partido, si todo esto (exactamente lo mismo, con los mismos indicios, sospechas y presunciones) sucediara en una comunidad autónoma gobernada por los socialistas? ¿Se mostraría usted igual de benévolo y comprensivo con sus gobernantes? ¿Le brindaría todo su apoyo al hipotético presidente de esa autonomía tal y como está haciendo con el señor Camps?
Ya para finalizar este escrito, permítame que le haga unas preguntas.
¿Cuál es el motivo de su incondicional apoyo a un hombre de quien todos los que se atreven a opinar dicen que huele a cadáver político?
¿Qué hechos y razones subrepticias está usted defendiendo y/o ocultando?
¿En base a que secreto miedo ha decidido aplicar en Valencia una vara de medir distinta a la que su partido empleó, aunque tarde, con el caso de los señores Matas y Bárcenas?
¿Por qué se ha obcecado en erigirse como paladín de una quimera opuesta al mas simple de los razonamientos?
¿Por que actúa de este modo, señor Rajoy?
¿A que tiene miedo?
Menos mal que, en este planeta, temos muchos "Albertos" que piensan y hacen buenas preguntas. Seguramente los "Rajoy&Camps" no las responderán, aunque pensándolo bien, no hace falta, nos barruntamos las respuestas.
ResponderEliminar(...ay Señor, que mala es la avaricia y cuantos la padecen)