Aparentemente nadie en el partido socialista ha cuestionado hasta ahora las decisiones de Zapatero, al menos públicamente. Sin embargo, de la noche a la mañana, el paseo en barca de su mandato se ha convertido en una solitaria travesía a través de un desierto donde empiezan a crecerle los enanos.
El PSOE da muestras de fragmentación cuando alguno de sus líderes consideran que su máximo dirigente debería “reaccionar con carácter urgente”.
El presidente de Castilla-La Mancha, Jose Maria Barreda, ha cuestionado la gestión de su líder y ha apostado por una remodelación del Gobierno así como una reducción de ministerios, alineándose de este modo con las tesis de los populares.
El comisario europeo Almunia ha equiparado la situación económica de España con la de Grecia, posicionándonos en esa segunda división europea a la que aludía el ex-presidente Aznar cuando, además, afirmaba que “nunca nadie [refiriéndose a Zapatero] ha hecho tanto daño en tan poco tiempo”.
Los sindicatos mayoritarios han salido de su silencio de los corderos (corderos obedientes a la voz de su amo) con una firme oposición al reciente pensionazo.
La ministra Salgado ha sido desautorizada por su partido horas después de que remitiese a Bruselas un programa de estabilidad donde proponía ampliar a 25 años el periodo para el cálculo de las pensiones.
Según el semanario Tiempo, el presidente Zapatero ha pedido la ayuda de su predecesor Felipe González y del ex-ministro Solbes en busca de una salida europea a la crisis.
Mientras tanto, la oposición (que aventaja al PSOE casi en cuatro puntos en intención de voto) aguarda sentada a que el barco socialista se hunda solo, incapaces como son de hacer nada más desde un acéfalo partido sumido en luchas internas.
Triste panorama para una ciudadanía que sufre las consecuencias de una crisis tan anunciada como peor gestionada.
No le corresponde a quien escribe exponer soluciones, y no lo haré, aunque si apuntaré algunas sugerencias directamente dirigidas a esa inopia en la que vive instalado el presidente , pidiéndole que, por una vez, gobierne sin miedo a adoptar medidas que, aunque impopulares, aporten soluciones mas allá del rédito electoral de las mismas. Que descienda al mundo real y sea capaz de devolver la ilusión (¡Zapatero no nos falles!) a aquellos que ya no cree en él. Que anteponga la lucha contra el paro (así como la flexibilización de nuestro rígido sistema económico y un más que necesario pacto social) a cualquier otro tipo de problemas. Y por último, que aplique sin tibios tapujos el ideario de izquierdas que le condujo a la presidencia que hoy ostenta.
Hola Alberto. Me alegra ver (y mucho) que tu blog se ha puesto de nuevo en marcha.
ResponderEliminarRespecto a esta entrada comentar u opinar que Zp lo tiene crudo si va a esperar más a que sus brotes verdes den su fruto. Debe ponerse las pilas urgentemente o ni Dios sabe dónde vamos a ir a parar.