(I)
EL ANUNCIO
Ante la amenaza de no poder garantizar la viabilidad del actual sistema de pensiones a largo plazo, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, anunció el proyecto de un retraso en la edad de jubilación a través de un documento que el pasado viernes 29 de enero fue aprobado por el Ejecutivo y que, de seguir adelante, se aplicaría progresivamente desde 2013, hasta quedar plenamente instaurado en 2025.
Igualmente, la ministra adelantó la intención de ampliar la base de cotización sobre la que se calcula cada pensión (actualmente establecida en los últimos 15 años previos a la jubilación) en base a que “el cómputo actual perjudica a los trabajadores que entran en situación de paro durante los últimos años de su vida laboral” (argumento inaceptable ya que por la misma regla de tres perjudicaría a aquellos que han tenido sueldos más elevados los últimos años que al principio de su carrera profesional).
Como medida complementaria, se pretende establecer un control para restringir el acceso a las jubilaciones anticipadas que tanto han proliferado durante los últimos años así como unas “modificaciones” en las pensiones de viudedad, modificaciones que, presumiblemente, serán a la baja.
Desde un punto de vista demográfico, Salgado ha justificado estas medidas argumentando que en los últimos 35 años ha aumentado el tiempo de cobro de la pensión por jubilación, que en 1975 estaba en una media de 5 años y en la actualidad se ha visto incrementado hasta los 15 años por la mayor esperanza de vida.
(II)
CONSIDERACIONES SOBRE ALGUNAS SOLUCIONES AL PROBLEMA PLANTEADO
1- Según Felipe Serrano (catedrático de Economía Aplicada en la Universidad del País Vasco) sería necesario que el tipo pagado a la Seguridad Social se elevara en un 50% para garantizar el sistema de pensiones a mediados de este siglo (el punto más dramático del desajuste llegaría en 2040 de seguir el actual plan de pensiones tal y como está). Evidentemente no es necesario ser economista para intuir la inviabilidad de esta solución.
2 Otra posible solución al problema podría ser la de reducir drásticamente la cuantía de las pensiones, medida contra la que trabajadores y sindicatos tendrían mucho que decir.
3- Menos contundente sería una tercera medida apuntada por Felipe Serrano (y también contemplada por la ministra Salgado) consistente en ampliar el periodo de cómputo de los actuales 15 años. Francia ya lo ha elevado a 25 años, Austria a 40 años y países como Finlandia o Suecia computan toda la vida laboral.
4- Está claro que nos encontramos ante un grave problema y que el actual sistema de pensiones necesita una revisión a fondo en busca de reformas que, en cualquier caso, se tendrían que aplicar de modo paulatino para que los perjuicios no recayesen en una sola generación.
Que solo la CEOE haya secundado abiertamente la propuesta gubernamental (en el polo opuesto se encuentran los sindicatos, que ya contemplan la posibilidad de una huelga general, mientras que los partidos de la oposición dan muestra de cautela cuando no de tibieza e indefinición) puede darnos una idea que nos ayude a posicionarnos.
(III)
REFLEXIONES REALIZADAS DESDE LA ÓPTICA DE UN TRABAJADOR QUE VE PELIGRAR SU JUBILACIÓN
Aunque la reacción inicial ante la prolongación de la vida laboral (en detrimento de una merecida jubilación) no pueda ser otra mas que un rechazo visceral, se impone ser realistas: esto es algo que veíamos venir desde hace mucho tiempo, y no es un problema exclusivo de España. Todos los países de la Europa comunitaria se encuentran ante el mismo dilema y pretenden adoptar (o han adoptado ya) medidas similares a las que ahora se nos proponen desde un gobierno de izquierdas que, aparentemente, le está haciendo el trabajo sucio a la derecha y a la patronal.
Sin embargo, y a diferencia de otros países de nuestro entorno, la lacra del paro y el dudoso honor de encabezar el ranking del desempleo no ayuda para nada a que la clase trabajadora española se muestre comprensiva y acepte las soluciones propuestas por el gobierno socialista. Siendo que el costo de las pensiones debe recaer sobre la cotización de aquellos que aun están trabajando sería lógico priorizar la creación de empleo antes que parchear con la prolongación de la vida laboral de quienes pensaban jubilarse a los 65 años.
El contribuyente español tiene demasiado reciente el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis del ladrillo que tantos puestos de trabajo han lanzado a las listas del paro. También son demasiado recientes los casos de corrupción que han enriquecido a tantos y tantos que nunca tendrán problemas con sus jubilaciones.
Se nos pide que nuestras futuras pensiones se calculen promediándolas más allá de los últimos quince años y que trabajemos hasta los 67 (aproximando así la fecha de jubilación a la del fin de nuestros días) en detrimento de un ansiado descanso, y, mientras tanto, los diputados que administran nuestro bienestar tan solo necesitan 7 años de cotización para obtener una pensión máxima.
¿Por qué tiene que recaer sobre el trabajador el peso de la inviabilidad del actual sistema de pensiones mientras se destinan millones de euros para ayudar a la banca cuando sufre las consecuencias de su mala gestión?
¿Por qué no subordinar los presupuestos generales del estado a una realidad que repercute en el bienestar de los trabajadores? ¿Por que no prescindir de todas aquellas macropartidas presupuestarias (estatales y autonómicas) destinadas a fastos innecesarios y gastos armamentísticos por poner tan solo dos ejemplos?
El trabajador no tiene porqué resignarse pensado que en toda Europa sucede lo mismo.
La cuestión debería ser, en todo caso, descubrir por que sucede lo mismo en toda Europa.
Si nos paramos a reflexionar racional y desapasionadamente, la respuesta se nos presentará como algo bien simple: lo que falla no es el actual sistema de pensiones ni la inequívoca tendencia de la pirámide poblacional, sino, mas bien, ES EL PROPIO SISTEMA LO QUE ESTÁ FALLANDO.
SI ENCONTRARAMOS EL MODO DE CAMBIAR EL MODELO ACTUAL (el sistema económico que se nos ha impuesto como único e inamovible) TAL VEZ DESCUBRIRÍAMOS UNA FORMA DE REPARTIR LA RIQUEZA Y EL BIENESTAR MENOS INJUSTAMENTE QUE HASTA AHORA .
Para todos los interesados en conocer una visión distinta del porqué y las soluciones recomiendo el blog del sociólogo Vicenç Navarro: www.vnavarro.org
ResponderEliminarTodo lo que se esta diciendo sobre la jubilacion y la prejubilacion no son mas que falacias tipicas de politicos. Yo no necesito trabajar depues de los 65 para merecer una pension, habre cotizado casi 50 años, amen de 20 meses de servicio militar cuasigratis para el estado y amen de cuatro hijos españoles productivos y educados. Yo tengo derecho a jubilarme a los 65 o antes y el que no lo tenga pues que se metan con el o ella. Podrian empezar por ellos mismos (los politicos) y ser algo mas solidarios y coherentes con sus mensajes ya que con 7 u 8 años ya tienen pension completa al jubilarse y ademas al dejar sus escaños siguen cobrando dos años aunque estan trabajando en otras cosas. Mire usted lo que esta pasando en España es demasiado. NO SE DEJEN ENGAÑAR MAS.
ResponderEliminarhola gente que camina!
ResponderEliminarpues yo ni tengo hijos productivos ni he cotizado ni siquiera un lustro...pero tengo unas ganas de jubilarme...solo de ver el panorama, no solo en spain, sino en todo el globo, me digo a mi mismo: "PA' QUÉ?"
me dan ganas de dejarlo todo e irme a recorrer el mundo con mi mochila y mi guitarra.
alberto eres el amo!!
ànim i endavant!
besets!