miércoles, 20 de mayo de 2009

SINFONIA No.3 EN RE MENOR DE GUSTAV MAHLER



LA TERCERA SINFONÍA DE
GUSTAV MAHLER


La Tercera Sinfonía de Mahler fue compuesta durante los veranos de 1885 y 1886.
A lo largo de su vida, Mahler siempre repartió equitativamente su tiempo: en invierno se dedicaba exclusivamente a la dirección orquestal y cada final de primavera se trasladaba a su casa de Toblach (en el sur del Tirol austríaco) para centrarse tan solo en la composición de sus obras utilizando como estudio una pequeña casita de madera muy próxima a la residencia principal en la que apenas si cabía un piano y algunos muebles auxiliares.



Casita de madera
de Toblach



Vista del interior de la Casita de madera
de Toblach


Aunque la tercera es la sinfonía más larga de todas las que compuso Mahler (su ejecución dura alrededor de hora y media) no es sin embargo la que más dificultades entraña a la hora de asimilarla.

Prevista en un principio para contar con siete movimientos, quedó finalmente reducida a seis, y el séptimo se convertiría mas adelante en el final de la cuarta sinfonía.

La obra fue escrita para orquesta, voz de contralto, coro femenino y coro de niños.

Así como en sus dos sinfonías anteriores Mahler imaginó los "programas" (o argumentos) de cada una de ellas después de haberlas compuesto, en la Tercera ocurrió justamente lo contrario ya que la idea programática y los títulos de los diversos movimientos (que modificó varias veces, así como también su orden) fueron previstos por el artista mucho antes de componer la música.

Si bien estos títulos fueron finalmente suprimidos por el compositor, me ha parecido interesante dejar constancia de cada uno de ellos en el análisis que a continuación haremos de cada movimiento de la obra.

Gustav Mahler resolvió finalmente su Tercera Sinfonía subdividiéndola en dos partes: la primera conteniendo exclusivamente el primer movimiento y la segunda los cinco siguientes.



Primer Movimiento
El verano hace su entrada

Este movimiento fue el que más dificultades planteó a Mahler a la hora de llevarlo al pentagrama. Podríamos considerarlo como todo un mundo en sí mismo que el compositor consideró como "un himno gigantesco a la gloria de todos los aspectos de la creación... [y a] el milagro de la primavera gracias a la cual todas las cosas viven, respiran, florecen, cantan y maduran, y después de la cual aparecen esos imperfectos seres que son los hombres".

Para este movimiento, Mahler dijo en una ocasión que necesitaba "una banda de regimiento que diera un efecto rudo y crudo y marcial". Es por ello que en su orquestación se inclinó decididamente por los vientos, el bajo y la percusión de tal modo que la orquesta albergara en su seno toda una banda militar.
La música incluye fanfarrias, marchas, floreos y cadencias de tambores (algo que no se suele asociar con la música sinfónica) con los que Mahler tendía un puente entre lo popular y cotidiano (la música de banda) y lo elitista (la música sinfónica sujeta a los cánones).

Mahler siempre se negó a aceptar la distinción entre lo vulgar y lo elevado ("... ambas son partes de la vida, de ahí que ambas deban ser componentes del arte").

Richard Strauss dijo que en este primer movimiento le parecía escuchar "... incontables batallones de trabajadores marchando en una tumultuosa celebración del Primero de Mayo".




Segundo Movimiento
Lo que me dicen las flores de la pradera

Según Mahler, este fragmento de su tercera sinfonía era "... la pieza más despreocupada que jamás haya escrito, despreocupada como solo las flores pueden serlo. Todo revolotea en el aire con gracia y liviandad".
Al propio compositor le sorprendió descubrir, después de haberlo compuesto, que este movimiento los contrabajos solo ejecutaban pizzicatos (técnica por la que un instrumento de cuerda de frote es tocado pellizcando las cuerdas con las yemas de los dedos) sin un solo toque de arco.



Tercer Movimiento
Lo que me dicen los animales del bosque

La música de este movimiento está inspirada en un recuerdo infantil de la banda militar de Iglau que habitualmente tocaba en el Parque Vlassim de Praga, donde Mahler se sintió impresionado por la "sinfonía natural" de los pájaros y de los animales junto con el sonido de un clarín en la distancia.



Cuarto Movimiento
Lo que me dice la noche

En este movimiento, Mahler incorporó un arreglo para voz de contralto utilizando como letra algunos fragmentos de Así Hablaba Zaratustra de Nietzsche. Se trata de breves frases con largas pausas entre ellas que contribuyen a crear una sensación de aislamiento implícita en las propias palabras.



Quinto Movimiento
Lo que me dicen las campanas de la mañana

Destaca en este movimiento la intervención de un coro de niños y otro de mujeres que interpretan, en tonalidad de fa mayor, una melodía basada en un poema de Des Knaben Wunderhorn (cuyo título traducido al castellano es "Canto de mendicidad de los niños pobres") que ofrece una visión ingenua y a la vez realista del paraíso

El "ding, dong, ding, dong..." entonado por los muchachos con el que comienza el movimiento (con un ritmo que recuerda una canción navideña tal y como sucede con el principio de la cuarta sinfonía en el que unas campanillas imprimen un ritmo que invita a evocar un trineo avanzando por una senda nevada) emula el sonido de unas campanas: las campanas de la mañana.



Sexto Movimiento
Lo que me dice el Amor

Se trata de un extenso Adagio instrumental en re mayor con una apoteosis final ("glorificación de toda criatura viviente") con la que concluye la sinfonía.

En este movimiento (que Mahler estuvo a punto de llamar "Lo que Dios me dice") se intenta representar "... la cúspide, el nivel más alto desde el cual se puede contemplar todo el mundo".

"... mi obra [Tercera Sinfonía] es un poema musical que abarca todas las etapas del desarrollo en orden progresivo. ¡Comienza con la naturaleza inanimada y se eleva hasta llegar al Amor de Dios, pues Él solo puede ser comprendido como Amor".


DISCOGRAFIA RECOMENDADA

Recomendaré en esta ocasión tres interpretaciones; por este orden y por estos motivos: la primera por ser la que desde hace años escucho con más agrado a pesar de ser la grabación más antigua (Charles Adler, 1952); la segunda por estar considerada como la referencia absoluta en casi todas las guías discográficas especializadas (Jascha Horenstein, 1970) y la tercera (Leonard Bernstein, 1974) porque tal vez sea la más fácil de adquirir en cualquier tienda de discos de entre todas mis terceras favoritas.




CHARLES ADLER
Orquesta Sinfónica de Viena
HIldegard Rössl-Majdan, alto
Pequeños cantores de Viena
1952





JASCHA HORENSTEIN
Orquesta Sinfónica de Londres
Norma Procter
The Ambrosian Singers
Unicorn - 1970




LEONARD BERNSTEIN
Filarmónica de Nueva York
Christa Ludwig
Deutsche Grammophon, 1974




VIDEOS


A continuación incluyo dos videos: el primero con el principio de la Tercera Sinfonía de Mahler y el segundo con el coro de niños del quinto movimiento. La interpretación corre a cargo de la Orquesta Sinfónica de Chile dirigida por Juan Pablo Izquierdo (*) en 2000 en la Catedral Metropolitana de Santiago.

(*) Juan P. Izquierdo, afamado director chileno, fue alumno de Scherchen y también director asistente de Leonard Bernstein en la Filarmónica de Nueva York.




No hay comentarios:

Publicar un comentario