"SI ME EXPULSAN DEL PARTIDO,
ALGUNO ME VA A ENCONTRAR"
Tras ser descubierta su cuenta en
Suiza y el "abandono" que le han dispensado sus compañeros del PP
madrileño, Francisco Granados ha
reconocido sentirse molesto y ha declarado que “si me expulsan del partido, me
van a encontrar” lo que, bien pensado, sería positivo y beneficioso si supone
que, por fin, alguien se atreva
a cantar las verdades del barquero en
vez de emitir falsarios gorgoritos como hacen los populares cuando son pillados con las
manos en la masa.
Es público y notorio que los
políticos de la mamandurria (mamandurria de mamar un sueldo
inmerecido) se apoyan los unos a los otros, sean o no de la misma cuerda,
como una banda de aprovechados que son, adictos a un escaño –no importa si azul,
rojo o mediopensionista– por pura querencia
al poder y al hábito de vivir del cuento, a ser posible con el sudor del de enfrente.
En Valencia disponemos de un amplio
muestrario de políticos mamandurrieros
al sufrir desde hace veinte años un impune desfalco de los populares rematado
por la ineficaz oposición del PSPV-PSOE,
un partido que ante la inminentes primarias que vienen (sólo quedan tres
semanas) apuesta desde la sede de Blanquerías por los de siempre, es decir, por Ximo Puig y su equipo, en contraposición
de Toni Gaspar, un joven valor que aporta una renovada ilusión al luchar
contra el estancamiento del socialismo valenciano y el conformismo de quienes aspiran
a vivir eternamente de la política con del apoyo de militantes fieles a un
ideal y que se sienten orgullosos de poseer un carnet sin considerar cuantos
otros lo guardan en su cartera junto a la acreditación de un club de golf o una
sociedad elitista de acceso restringido.
En un feudo, el hispano, donde
nadie deja su puesto por mas que le insulten ("sillón de mis
entretelas, mi despachito oficial…" cantaba Aute en Forgessound, y luego Rosa
León), el renuncio de Francisco
Granados podría dar mucho juego si, como es de prever, le siguen dando
las espalda sus compañeros de partido. Un feroz ataque por parte de la
cúpula madrileña al exalcalde de Valdemoro (además de senador, diputado,
tertuliano y muchos mas menesteres) tal vez animara a Granados a cantar la Traviata, la misma que aun no ha cantado Luis Bárcenas quizás por
miedo a presuntas amenazas a su familia y motivo por el que el extesorero se
muestra enfadado pero tira de la manta sólo lo justo mientras sus excompañeros
de partido (a quienes tilda de sobresuelderos, cohechistas y
presuntistas) se hacen los
ofendidos.
Ya veremos en que queda el asunto de
Granados y sus rizados cabellos untados de gomina. Si bien es cierto que el
tema promete, quien esto escribe y firma se muestra mitad agorero y mitad
realista al apostar que al final pasará lo de siempre, es decir, nada.
Alberto Soler Montagud
Médico y escritor
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