martes, 10 de septiembre de 2013

Pongamos que hablo de Madrid, 2020






¿Dónde hemos fallado? ¿Por qué el COI ha rechazado a Madrid como sede de los JJOO de 2020? Aunque casi todos se muestren compungidos (desde Tele Madrid hasta La Sexta pasando por la SER y la prensa escrita en general) a quien esto escribe no le ha afectado la decisión del comité olímpico, y aun a sabiendas de ser tildado antipatriota, mi única preocupación era la posibilidad de que un país que necesita emitir de 4 a 5 mil millones de euros cada semana para seguir a flote, que tiene en venta la sanidad y que no puede atender las prestaciones sociales básicas, tuviera que asumir el gasto de unos juegos olímpicos mientras cada mañana, un sólo niño español vaya al colegio sin haber tomado un simple “cup of colacao con leche” por falta de recursos en su hogar.
Durante el franquismo, cuando perdíamos en Eurovisión, los expertos oficiales analizaban el voto de cada país como si de un asunto de estado se tratara, sin plantearse si la canción española estuvo a la altura y mucho menos otras cuestiones. Así, tras los heroicos esfuerzos de Conchita Bautista, Víctor Balaguer, José Guardiola o el gran Raphael, los televisores en blanco y negro dejaban entrever un gran desprecio hacia España cuando, de haberlo, iba dirigido al último bastión del fascismo europeo personalizado en Franco y no contra los españoles.
En una línea similar, tras el fracaso de Madrid 2020, han surgido las conjeturas, también sesudas, de que tal vez algunos países europeos que quieren ser sede de los JJOO 2024, le negaron el voto a España apostando por otro continente en busca de su beneficio a largo plazo.
No obstante, que Estambul eliminara a Madrid en la primera ronda cuando no se considerada a Turquía como un rival difícil, debería preocupar a quienes, con irresponsable euforia, emprendieron ya las obras (condenadas a quedar inconclusas) de una sede que no llegará a serlo.
Cinco razones de peso
Los JJOO 2020 no han venido a España porque que el COI ha rechazado a países que no sepan gestionar sus crisis económicas y cuya pobreza sólo le permita ofrecer unos juegos de austeridad. Mas bien al contrario, el comité olímpico se ha decantado por una nación que les ofrezca seguridad, poder económico y que haya sabido salir airosa de la crisis que sufrió a principios de los noventa.
Los JJOO 2020 no han venido a España porque no se nos considera un país serio sino un nación infectada de corrupción en la que a nadie se cesa, nadie dimite y a nadie se castiga, al menos como se debería hacer y es norma en democracias consolidadas. 
Los JJOO 2020 no han venido a España porque el COI ha considerado que somos un país endeudado y con necesidades más acuciantes para invertir un dinero que ni siquiera tenemos.
Los JJOO 2020 no han venido a España  porque el fantasma del dopaje y la Operación Puerto han influido negativamente en la decisión final, tanto que dos de las cuatro preguntas que se hicieron a la delegación española por parte de los evaluadores del COI trataban sobre el doping.

Los JJOO 2020 no han venido a España porque tal vez la imponente presencia de Rita Barberá en Buenos Aires, hizo que alguien del COI recelara de la alcaldesa de la ciudad aspirante a ser subsede olímpica de vela en 2020 y se desencadenó el pánico por si Valencia les dejaba plantados dentro de ocho años como acaba de hacer con Bernie Ecclestone al retirarse de la Formula Uno por falta de fondos, incumpliendo un contrato y sin poder pagar la millonaria penalización que le corresponde.






Los JJOO 2020 no han venido a España porque, independientemente del espantoso ridículo de la señora Botella con su invitación a tomar café con leche en la Plaza Real de Madrid y del endeudamiento que hace de España uno de los países menos fiables como sede de nada que quiera ser sensato y posible, fue concluyente que Tokio presentara su candidatura tras hacer el esfuerzo de ahorrar más de 3.400 millones de dólares para asumir los gastos del evento.


Colofón

Tras conocerse la derrota, el príncipe de Asturias manifestó que "un proyecto de esta envergadura ha unido a los españoles y esa es una gran herencia, una lección que procuraremos mantener bien fuerte". Luego, Felipe pidió "ánimo para levantarse de nuevo". Y fue entonces cuando me hice la pregunta que, como reflexión final dejo en el aire:
¿Por qué no plasmar igualmente esta capacidad (la de unirse los españoles para afrontar los eventos deportivos) en otro tipo de esfuerzo que una a las distintas opciones ideológicas para afrontar la crisis económica, social y política con ese  "ánimo para levantarse de nuevo" que pedía Felipe de Borbón?

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