viernes, 15 de abril de 2011

¿VERDAD O MONTAJE PARA LIMPIAR LA IMAGEN DE RAJOY?


GÉNOVA DESAUTORIZA PÚBLICAMENTE UNAS DECLARACIONES DE CAMPS


El presidente nacional de los populares, Mariano Rajoy, ha dado muestras de coherencia cuando se ha mantenido firme en su decisión de respaldar a Camps “pase lo que pase y digan lo que digan los jueces”, pero también ha exhibido una supina incoherencia al aprobar unas listas que se contradicen con el compromiso ético que dice defender para su partido.




Rajoy coherente, Rajoy incoherente

Una vez mas hemos podido comprobar como la postura de la sede de Génova ante la repercusión nacional de los escándalos del PP valenciano sigue siendo tibia y ambigua. El pasado viernes, el Comité Electoral nacional del PP confirmó la lista que les enviaron desde Valencia, un relación de candidatos a reincidir como gobernantes populares en la que aparecía el nombre y apellido de muchos políticos metidos hasta el cuello los casos Gürtel y Brugal.

Es decir, al estampar su firma de conformidad en los listados propuestos-impuestos por Camps y su equipo, Mariano Rajoy dio su visto bueno a que en las listas del PP (al menos en las de una comunidad) aparezcan como candidatos una serie de individuos que están imputados y/o implicados, presuntos o no presuntos o como cada cual quiera llamar a lo evidente, en casos de corrupción.


Las televisiones hablan de imputados en las listas del PP y Camps se pone nerviosito

Al poco de que Génova aprobara las listas valencianas al Partido Popular valenciano le faltó tiempo para denunciar ante la Junta Electoral a varias cadenas televisivas (RTVE, Telecinco, Cuatro y la Sexta) por “vulnerar el principio de respeto a la neutralidad informativa” emitiendo informaciones sobre el número de los acusados e imputados en casos de corrupción que aparecían en las listas del PP valenciano.

Camps exigió una “rectificación inmediata” a través de una denuncia en la que adujo que no hubo “neutralidad ni proporcionalidad, sino ánimo tendencioso” al mencionar los nombres de Francisco Camps y de Ricardo Costa por parte de las televisiones.

Según el PP con estas informaciones lo que se pretendía era “de forma deliberada, dañar la imagen pública [de unos] políticos que, en realidad, resultan ajenas a la realidad judicial de estos”.


Insólito: El PP desautoriza a Camps

La misma mañana del día en que escribo este artículo, el secretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, ha declarado indignado que el PP está en completo desacuerdo con Francisco Camps en lo que respecta a la denuncia del Partido Popular de Valencia ante al Junta Electoral contra las televisiones que han informado del número de imputados que aparecían en las listas electorales del PP regional.

En un arrebato de fervor democrático y anti-campsista González Pons ha dicho que “la libertad de prensa es sagrada y está al mismo nivel que el derecho que cualquiera tiene a participar en las elecciones”. Igualmente, Pons le ha restado importancia al número de miembros del PP que se encuentran imputados y que aparecen en las listas ya que “hay personas mencionadas en las informaciones que todavía no están formalmente inculpadas”.


¿Todo un montaje?

Recordemos que estamos en época de elecciones y tengamos en cuenta que para un gran sector de la opinión pública, Francisco Camps tiene cogido a Mariano Rajoy por los mismísimos, tanto que el presidente nacional de los populares tolera con estoicismo y una paciencia propia de Job todas las desobediencias con que es humillado por su hombre en Valencia. La última ha sido la ya lista de candidatos que Camps le ha presentado y que Rajoy no ha tenido mas remedio que dar por buena (él sabrá porque o por miedo a qué).

Una vez mas Rajoy se muestra ante la opinión pública como un blando pusilánime que es incapaz de coger el toro de Valencia por los cuernos.

Ante esto: ¿Cabría la posibilidad de que la historia de las listas, la denuncia de Camps, el cabreo de Pons… no haya sido mas que un montaje que en cierto modo sirva al PP como cortina de humo?

Imaginemos que todo haya estado milimétricamente calculado, tanto la histérica denuncia de Camps contra las televisiones como la democrática e indignada reacción de Pons defendiendo la libertad de expresión por encima de todo.


¿Qué ganaría con esto el PP?

Muy fácil: la lectura final para muchos podría ser la de que el PP nacional no está de acuerdo con la presunta corrupción que aparece reflejada en las listas de Valencia, y que Rajoy ha dado órdenes al secretario de Comunicación del PP para que ponga a Camps en su sitio. Mientras tanto una velada cortina de humo seguirá tapado la triste y cruda realidad de que Camps ha impuesto sus listas, se ha impuesto como ante Rajoy y éste no ha tenido mas remedio que tragar una vez mas.

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