Hace unos días escuché que en un programa radiofónico alguien proclamaba
a Albert Rivera como “el mejor político que tenemos hoy en España”. Al
darse la circunstancia de que, unos días antes, había participado en un debate
donde se habló de este político catalán, aun sensibilizado como estaba por el
tema, casi llamé a la emisora para dar mi opinión, pero desistí al ver el cariz
demagógico que tomaba el asunto.
Como si me persiguiera la sombra del joven político catalán,
horas mas tarde leí un post que lo ensalzaba en una red social e hice un
sucinto comentario que desató tal polémica que decidí abandonarla por la
futilidad de los argumentos que se esgrimían y la vacuidad ideológica de
quienes participaban. Fue entonces cuando pensé escribir el artículo que ahora
ocupa mi tiempo y, en cierto modo, también me preocupa por las connotaciones
populistas que acompañan a ciertos personajes mediáticos.
A río revuelto, ganancia de demagogos
Hagamos memoria. En 2006, un joven llamado Albert Rivera fue noticia
al aparecer desnudo en un cartel electoral poco antes de que el recién creado
partido que lideraba (Ciutadans, más conocido como Ciudadanos) entrara en el
Parlament catalán.
La popularidad de Rivera ascendió vertiginosamente por su
facilidad para conectar con el público, sus frecuentes participaciones
televisivas y la propagación de unas tesis españolistas marcadamente contrarias
al nacionalismo catalán.
Del mismo modo, Rivera supo sintonizar con el descontento general y
mostrarse hipercrítico con (y contra) los grandes partidos, sustentándose para
ello en argumentos fáciles de calar en una opinión pública más escarmentada y
desencantada que nunca.
“Nunca fui del PP, sólo pasaba por allí”
Apenas se rasca en la capa superficial de este personaje, queda en
evidencia un posicionamiento ambiguo que adolece de definición y que encubre
una ideología tal vez inconfesable, de momento.
Por ejemplo, llama la atención que Rivera reniegue de su militancia –durante
tres años– en Nuevas Generaciones del PP, contradiciendo lo que consta en los
archivos de los populares y argumentando que "sólo fui a la sede del PP a
pedir información".
Otra muestra de su indefinición son los otros antecedentes políticos
que ubican a Albert Rivera en varios actos de Socialistes en Positiu, una
corriente socialista catalana contraria al PSC por considerarlo catalanista.
¿Dónde ubicar a Albert Rivera?
Unos amigos catalanes (politólogos aficionados y los mismos con
quienes debatía hace unas semanas) me han informado sobre el personaje en
cuestión y me sorprende que muchos lo situen “a la derecha del sector duro del
PP, más de lo que muchos de sus votantes puedan siquiera imaginar” y lo
consideren “un político proclive a convencer aplicando una lógica para incautos”
Fue a partir de entonces que entendí (y hasta percibí cierto peligro)
ese discurso de Rivera siempre tan lógico, agradable de escuchar y proclive a
cazar el voto del primer desprevenido al que pille escuchándole.
Y supe
también que había algo en Albert Rivera que me hacía estar de guardia, como si
temiera que fuera a convencerme como convencen los vendedores de mantas
térmicas a los jubilados que acuden a sus excursiones pagadas con comida, vino,
baile y luego charla obligada.
Hay otros Albert Rivera…
Viendo televisión en la intimidad de mi hogar, un programa de La Sexta
me descubrió como showman a Miguel Ángel Revilla, un afable
septuagenario con aspecto de buenazo y proclive a la cháchara fácil que, diga
lo que diga, siempre convencerá porque “habla usted con más razón que un santo,
señor Revilla”.
De inmediato, establecí un paralelismo entre el ‘fenómeno Rivera’, el
presidente cántabro y, para mi sorpresa, con Rosa Díez, una mujer que en
2007 abandonó el PSOE para fundar su propio partido tras un arrebato españolista
que coincidió con ciertas dificultades para colmar sus arribistas ambiciones en
el partido del puño y la rosa .
Un bigotudo bonachón
Miguel Ángel Revilla es un hombre que igual se echa a llorar delante
de las cámaras por su empatía con las víctimas de las preferentes, que actúa
como vengador justiciero y lanza dardos de lógica que siempre aciertan en la
diana de lo que la gente quiere escuchar; dardos que en un momento de crispación,
podrían enervar los ánimos de quienes, hartos de crisis y corrupción, harían lo
que el señor Revilla (o el señor Rivera, o la señora Díez) les pidiera.
El
peligro del populismo acecha
En un
contexto ajustado a lo que es posible y no a unas proclamas dirigidas a
encandilar oídos agradecidos, las propuestas de Albert Rivera, Miguel Ángel
Revilla y Rosa Díez, rozan el límite que separa el mundo real de las utópicas
promesas populistas.
Ciudadanos
ocupa
en Cataluña el mismo espacio ideológico que UPyD en el resto de España. En
cierto modo, se complementan. Y llama mi atención que ambas formaciones,
compartan la misma capacidad para convencer (basada en el hartazgo de la
ciudadanía, e indirectamente el fracaso del sistema democrático que no se
atreven a mencionar) que en los años treinta utilizaron el nazismo y/o el
fascismo en Italia, Alemania y España y, años más tarde, el populismo peronista
o el reciente chavismo entre otros muchos.
La
experiencia histórica nos obliga a ser cautos y a temer a partidos políticos
que partiendo de un socialismo sui generis, captan las simpatías de
votantes de la derecha mas radical y al mismo tempo los votos de una izquierda
desengañada. Sobre todo, si algo similar puede estar sucediendo ahora mismo en
España donde muchos que se sienten progresistas, simpatizan con Ciudadanos o
UPyD (“hay millones de españoles que son votantes de UPyD sin saberlo”,
dijo Rosa Díez a finales de julio)
Pongamos
las cosas en su sitio
Para
que nadie se lleve a engaño, sería conveniente tener en cuenta una serie de
datos, todos ellos opiniones que sin ser de mi autoría, he contrastado en
las hemerotecas y doy a conocer a efectos informativos para que cada cual
elabore sus propias conclusiones.
1- Ciudadanos
se opuso a que el matrimonio homosexual fuera considerado matrimonio.
2- En su
programa electoral (Generales 2011) UPyD se mostró partidario de aumentar el gasto militar.
3- Ciudadanos
acudió a las elecciones europeas de 2009, en coalición con Libertas, un
partido de corte ultraderechista y xenófobo.
4- Alvaro
Pombo, candidato a senador de UPyD, hizo en su momento declaraciones elogiando
a Franco y a Pinochet.
5- Ciudadanos ha
recibido apoyo ideológico de ilustres personajes como Carlos Navarro
(mas conocido como ‘El yoyas’) un exconcursante de Gran Hermano que fue
expulsado por violento.
6- El
expresidiario Mario Conde, recomendó que se votara a la formación españolista Ciudadanos
en las últimas elecciones Catalanas.
7- Las
posturas políticas de Rosa Díez han recibido el apoyo de Fernando
Sánchez-Dragó, bufón de la derecha, escritor y presunto pederasta.
Y así,
un largo etcétera que el lector puede completar sin esfuerzo haciendo las
oportunas búsquedas en Google.
Se ha olvidado usted de Mas
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