Señora Colau:
Si bien sus actuaciones desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca merecieron muchas veces mi aplauso, compruebo consternado que ahora anda usted desatinada y muy fuera de lugar al plantearse la intención de desobedecer las leyes injustas cuando llegue a ser la alcaldesa de una de las ciudades más conocidas, reconocidas e importantes de todo el orbe como es Barcelona.
Considero que los resultados electorales de los pasados comicios
municipales le han investido, señora Colau, de un aura de responsabilidad que
debería usted asumir sin fisuras, pues lo quiera o no, ha entrado de pleno en
el juego de la política y es de suponer que deberá acatar sus reglas más que
nadie. Es por ello que, si alguna de estas reglas o leyes le parecen injustas, su
actuación debería ser la puesta en marcha de los mecanismos previstos por nuestro
sistema democrático a fin de modificarla o abolirla en lugar de desobedecer su
cumplimiento y, lo que es más grave, instar a la ciudadanía a que lo haga y por
tanto a que delinca.
Tras leer sus declaraciones en las que dice que « si
hay que desobedecer leyes injustas, se desobedecen», me he imaginado a un hipotético alcalde o alcaldesa de Londres
o Nueva York encabezando una manifestación, vestido con una indumentaria más
corriente que casual y alentando a los manifestantes para que incumplan una ley
determinada y, la verdad, me ha sido imposible admitir la posibilidad de que
los máximos responsables de dos ciudades tan emblemáticas como las mencionadas pudieran
actuar de un modo tan irresponsable al protagonizar un espectáculo tan
bochornoso e impropio de su cargo en lugar de recurrir a los cauces legales
previstos por la democracia.
Piénselo bien doña Ada, actuar de ese modo sería como otorgar
una carta blanca a los ciudadanos para que se erigieran en jueces de las leyes
que ellos quieren cumplir o no cumplir en base a una especie de ley del Talión
por la que cada cual adaptara las leyes a sus necesidades y las cuestionara y
sentenciara en vez de combatirlas por cauces legales.
En cualquier caso, que un ciudadano tome la decisión de no
cumplir una ley por considerarla injusta, es un derecho que sin fisuras le
reconozco, así como también el de manifestarse para protestar por esa
disposición legal que presumiblemente vaya en detrimento de los derechos de la
ciudadanía, pero que sea un alto cargo público, como una alcaldesa (que debería
manifestar un total respeto por la legalidad a la hora de resolver una
situación o legislación no deseada), quien promueva tal incumplimiento, lo
considero un acto nefasto y censurable.
Insisto doña Ada, piense usted bien en lo que ha dicho ya que no
es así como funcionan las cosas desde un cargo oficial electo. Y si no es capaz
de entender lo que de muy buena forma y fe le digo a través de este texto, creo
que lo mejor sería que se retirara y regresara a la lucha por los derechos
cívicos desde una plataforma ciudadana siendo que aún está a tiempo para hacerlo.
Se lo digo
sin acritud.
Alberto
Soler Montagud
Médico y escritor
Médico y escritor
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