A finales de octubre pasado, la Conferencia Episcopal Española hizo pública una nota con unas recomendaciones para las elecciones generales del 20-N. Entonces no le hice mucho caso pero hoy, un spot publicitario televisivo que ensalza a la Iglesia católica y a su obra social me ha hecho reflexionar sobre el subterfugio mensaje que pueda subyacer en las entrañas de ese anuncio y su mas que probable relación con la campaña electoral.
Al César lo que es del César
En su nota, como mas adelante veremos, aunque los obispos no recomiendan dar el voto a un partido político en concreto, sí que rechazan que se ofrezca a partidos que promueven ideas opuestas a la moral de la Iglesia católica, con lo que estos hombres de Dios intervienen una vez mas en una campaña electoral y contravienen el precepto evangélico de dar al César lo que sólo debería ser del César y a Dios lo que es de Dios.
Algunas de las recomendaciones de la nota episcopal
Muy sibilinamente, los obispos aseguran que “… nosotros hacemos nuestras consideraciones […] sin entrar en opciones de partido y sin pretender imponer a nadie ningún programa político”. Sin embargo, salta a la vista que en algún “programa” se deben haber inspirado cuando su nota condena el derecho de las mujeres a abortar, el derecho de determinados enfermos terminales a una muerte digna y sin dolor o el derecho a que contraigan matrimonio personas del mismo sexo así como también se aconsejan sobre temas tan alejados de la teología como la crisis económica, el desempleo o el peligro separatista inherente a la nueva configuración nacionalista y regionalista del estado español.
“Cada uno deberá sopesar, en conciencia, a quién debe votar para obtener, en conjunto, el mayor bien posible en este momento”, dice la nota de la Conferencia Episcopal aunque no llega a decir quienes se beneficiarán de ese "mayor bien posible” si llega a triunfar el voto que sugieren.
Aborto y muerte digna
Según dice la nota: “… hemos de llamar de nuevo la atención sobre el peligro de determinadas opciones legislativas que no tutelan adecuadamente el derecho fundamental a la vida de cada ser humano, desde su concepción hasta su muerte natural […] lo que en realidad constituye un atentado contra el derecho a la vida”.
Matrimonio homosexual
“Las decisiones políticas deben ser morales y justas […] y deben fundamentarse en la razón acorde con la naturaleza del ser humano”.
“Son también peligrosos y nocivos para el bien común los ordenamientos legales que no reconocen al matrimonio […] en cuanto unión firme de un varón y una mujer […] y es necesario promover nuevas leyes que reconozcan el derecho de los españoles a ser tratados por la ley específicamente como “esposo” y “esposa”, en un matrimonio estable”.
Crisis económica y desempleo
También los obispos dan su opinión sobre la necesidad de un cambio de modelo para “corregir los errores” del gobierno actual en materia de empleo, economía y política social:
“La grave crisis económica actual reclama políticas sociales y económicas que propicien el trabajo para todos [ y que] corrijan los errores y desvíos cometidos en la administración de la hacienda pública y en las finanzas; que atiendan a las necesidades de los más vulnerables, como son los ancianos, los enfermos y los inmigrantes”.
Autonomías y nacionalismos
La nota de la Conferencia Episcopal es atrevida hasta el extremo de valorar las directrices que deberían regir la política autonómica:
“… se reconoce la legitimidad moral de los nacionalismos o regionalismos que, por métodos pacíficos, desean una nueva configuración de la unidad del estado español [pero] es necesario tutelar el bien común de la nación española evitando los riesgos de manipulación de la verdad histórica y de la opinión pública por causa de pretensiones separatistas o ideológicas de cualquier tipo”.
El PP bajo palio
No hay que ser demasiado inteligente para concluir que la Conferencia Episcopal está promoviendo (por supuesto que sin pretenderlo, Dios me libre de pensar algo así) la imagen de un Partido Popular protegido bajo el palio de la luz crepuscular que alumbra a los obispos y que tutela el sabio dictado de sus próceres tal como sucedió en las infaustas décadas que precedieron a la democracia.
Algo habrá de cierto en todo esto cuando algunas de las medidas propuestas por la nota de la Conferencia Episcopal son contrarias a ciertas disposiciones legislativas llevadas a cabo por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y que el PP recurrió de inmediato ante el Tribunal Constitucional inspirado Dios sabe por qué influencias.
Colofón
Con permiso de los señores obispos, finalizaré éste artículo tal cual lo hacen ellos con la nota que lo ha inspirado:
“Pedimos al Señor de la paz y a su Madre santísima que iluminen a quienes vamos a votar, para que lo hagamos de manera verdaderamente libre y responsable”.
Alberto Soler Montagud
Esta opinión es otra mas de las que intentan hacer creer que la Iglesia dirige sus votos hacia el PP, cuando no es cierto y si nos leemos atentamente los programas electorales veremos que en esas recomendaciones pueden entrar tanto partidos de una derecha mas "ultra" como Alternativa Española, partidos quizás mas moderados como el Partido Familia y Vida e incluso algunos de tendencia izquierdista como el Partido Solidaridad Internacionalista (SAIn)y algunos mas. Muchos de estos partidos quizás no tengan listas en todas las provincias, pero afirmar que la Iglesia recomienda al PP es como poco una falacia, o una mentira manifiesta y claramente tendenciosa.
ResponderEliminarAcabo de comprobar que el Partido Familia y Vida no ha conseguido el minimo de votos requeridos según la nueva normativa para poder concurrir a las elecciones, así que en cuanto a la protección de la vida desde la concepción hasta la muerte, las opciones distintas al PP (que no se decanta claramente por ello y anda con excesivas "tibiezas calculadas") quedan al menos en Madrid, reducidas a dos, que defienden el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Sólo quedan Alternativa Española y SAIN, de derechas el uno, de izquierdas el otro, pero ambos en defensa del más débil, del nonato, del anciano y del enfermo terminal.
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