Un político popular de veinticuatro años llamado Ángel Mínguez, licenciado en odontología y secretario de Presidencia de les Corts Valencianes, “bromeó” en twitter al asegurar que tras el 20-N, cuando los populares gobiernen, Ana Pastor tendrá que abandonar TVE, y no solo eso, también le pronosticó un exilio a cierta cadena televisiva autonómica. Al poco, el graciosillo pidió disculpas tras comprobar la magnitud y las consecuencias de su poco afortunada chanza, sin embargo la pata estaba ya tan metida que el barro le llegaba a las rodillas.
Menuda la que ha montado ese tal Mínguez para quien la oposición parlamentaria valenciana pide su dimisión y que lo desautorice su partido, algo que será difícil siendo que lo único “malo” que ha hecho el chaval ha sido decir en público lo que sus jefes planifican en privado.
Una amenaza en toda la regla
Según el diccionario de la RAE, “amenazar es dar a entender con actos o palabras que se desea un mal a otro, o bien anunciar o presagiar la inminencia de algún mal”. Dicho así, el desafortunado Mínguez ha amenazado a Ana Pastor, y lo peor es que aun no se ha producido una reacción por parte del colectivo de periodistas en contra de un pardillo sin experiencia que se ha ido de la lengua, ha verbalizado lo que sus jefes piensan y ha mostrado el talante que al parecer desean los populares para la radiotelevisión pública (probablemente el mismo que ejercen en Canal 9 o Tele Madrid) si es que llegan a gobernar.
Precisamente ahora
Es indignante que ésta situación se haya producido “justo ahora”, en el momento de mayor imparcialidad informativa, ecuanimidad y equilibrio del Ente Público. Nunca hasta ahora, ni con Suárez, ni con Felipe González ni con Aznar, fueron los informativos de TVE y RNE tan independientes e imparciales como lo son ahora. Y no se trata de un mérito para los responsables actuales (aunque lo sea) ni tampoco de un desmérito para quienes gestionaron la radiotelevisión pública en el pasado de nuestra corta y reciente historia democrática, sino mas bien la consecuencia de la madurez y del marco de pluralidad y tolerancia que poco a poco ha transformado y normalizado nuestra sociedad. Algo que ha repercutido favorablemente en TVE y RNE y que contrasta con las partidistas gestiones y el sesgo sectario de ciertas cadenas autonómicas (de todos conocidas) cuyos informativos no son mas que portavocías al servicio del dictado de sus amos.
Tal vez Mínguez le haya hecho un favor a Ana Pastor.
Una de las primeras medidas que aguardaremos con expectación, y hasta cierta curiosidad morbosa, serán los nombramiento de las direcciones de TVE, RNE y del Ente Público que se produzcan si los populares gobiernan y, por supuesto, el baile de salidas y entradas de los periodistas responsable de los principales programas informativos.
Son muchos quienes temen que se instaure un neo-urdacismo con la designación de afines como Carlos Dávila, Isabel Durán, Alfonso Rojo, Antonio Jiménez, Miguel Ángel Rodríguez, Luis Herrero y hasta Jiménez Losantos (improbable pero no imposible) tanto en cargos directivos del Ente como al frente de informativos y debates.
Con estas infaustos conjeturas, el PP sufriría un serio daño en su talante democrático si los agoreros presagios de Mínguez se cumplen y Ana Pastor recibe una carta de cese apenas termine el recuento en las urnas.
No habrá purgas inmediatas, pero las habrá.
No parece probable que los populares se vayan a decantar por una purga inmediata ni que conviertan de la noche a la mañana al Ente Público en una prolongación del Intereconomía. Por cierto, recordemos que este grupo multimedia (que expresa su “compromiso con la dignidad innata e inviolable de cada persona humana y con el respeto efectivo a sus derechos y libertades fundamentales”) posee la única cadena de radio a nivel nacional que cada mediodía emite el Ángelus, una transmisión de la que la mismísima COPE prescindió hace ya muchos años)
La falta de libertad informativa en cadenas como Tele Madrid y Canal 9 son demasiado obvias como para que los populares clonen este modelo a escala nacional de modo súbito y sin salir malparados por la críticas que recibirían al respecto desde muchos variados frentes.
¿Un asunto de risa?
El portavoz del PP en las Cortes Valencianas ha afirmado que es "de risa" que los medios de comunicación hayan concedido importancia a algo "que es personal y de un joven que ha hecho lo que ha creído y que, además, ha pedido disculpas".
Está claro que el PP se siente caballo ganador en las generales e inmune al expresar sus opiniones libremente. Llevemos cuidado porque la prepotencia y el desprecio al electorado, y hasta a la democracia, que se han puesto de manifiesto en algunas comunidades como la valenciana o la madrileña, podrían convertirse en el “modus gobernandi” que soportemos durante cuatro largos años si se cumple lo que pronostican las encuestas de opinión.
Sin embargo, deberíamos tener en cuenta que la suerte aun no está echada y que la moneda está aun en el aire, así como también que el próximo 20-N decidirán nuestro futuro quienes voten, pero también (y mucho) quienes opten por no hacerlo.
Difícil disyuntiva
La disyuntiva a la que se enfrenta el electorado es ardua y compleja, cuando las opciones, por conocidas y no conocidas, no son nada halagüeñas.
Opción conocida, es el modo en que se ha gestionado la crisis por parte del gobierno de Zapatero: tan mala gestión como pueda tener una crisis global de la que no se es responsable, como tampoco lo son los gobiernos de otros países de nuestro entorno (independientemente de su color) que también son cuestionados y candidatos a recibir un correctivo en las urnas.
Opción conocida, es el modo en que los populares han gestionado el dinero público durante la crisis en las comunidades valenciana y madrileña. Dos ejemplos de despilfarro e ineptitud que deberían tenerse en cuenta (para atenerse a las consecuencias) tanto a la hora de votar como a la de abstenerse.
Opción no-conocida, es el proyecto que el PP propone para gobernar España: la falta de propuestas aportadas por los populares no son un manido tópico, sino un hecho contrastado, una circunstancia que permitirá a los populares cumplir todos sus promesas electorales, precisamente por no tenerlas, así como tampoco propuestas y quien sabe si ni siquiera programa.
Alberto Soler Montagud
Total, que ahora esos fachas indecentes del PP van a hacer lo mismo que hizo Zapatero nada más llegar, cuando echó a Urdaci, a Dávila y un buen puñado más. Menos mal que entonces era por una buena causa (la socialista) y ahora es porquee esos fachas repugnantes del PP son unos fachas repugnantes del PP. Wonderful.
ResponderEliminarPara anónimo: La diferencia entre aquellos periodistas de la cadena pública y éstos de ahora es, por ejemplo, que Urdaci es el único director de informativos TVE condenado por un juez por manipulación informativa, mientras que los informativos actuales reciben premios internacionales por su tratamiento de la información. Por eso se cesó a Urdaci, y compañía. Si ahora hay buenos profesionales no hay motivos para despedirles; salvo que el PP quiera volver al NO-DO de Urdaci, que es lo que me temo. Un saludo. http://adolfof.blogspot.com
ResponderEliminar